31 agosto, 2007

El blog es ancho y libre

En términos simples un blog es un registro en línea. Un espacio virtual que se llena con lo que se quiere o se puede.

Un blog puede ser cualquier cosa: un diario íntimo, un sitio de información, un cuaderno de bitácora, una agenda de viaje, una libreta de reportero, una columna de opinión, un archivo o un Cajón de Sastre.

Pero, básicamente, el blog es una extensión de libertad.

Un blog es a veces un encuentro con uno mismo. El espejo en el que nos mostramos como queremos que nos vean. O quizás como realmente somos.

El blog puede ser un pasatiempo divertido, una forma creativa de aprovechar el tiempo o también una aburrida pérdida de tiempo.

Si un bloguer es exhibicionista, un consumidor de blogs tiene algo de vouyer. Ambos se encuentran husmeando siempre en territorio ajeno.

El blog es también una herramienta, un instrumento, una cota, un arma.

Si aborda temas personales, es lo más parecido a un diario íntimo develado. Si ingresa al terreno social o político se transforma en columna de opinión.

El blog es tan variado y anchuroso que puede ser simplemente un archivo ordenado y cronológico de naderías.

En ocasiones el blog puede transformarse en expresión de “la mayoría silenciosa”. En ese sentido, adquiere la voz de los que no tienen voz.

Los blogs son correas de transmisión del pensamiento. Un referente para una comunidad virtual.

En un ambiente informativo enrarecido por mass media hechizados, paralizados, comprometidos, con el poder de turno, los blogs airean la prensa monocorde.

Algunos blogs compiten con los medios informativos tradicionales y aspiran o amenazan en convertirse en un poder fáctico en sí mismos.

El blog es un producto de la globalización. Una señal que nos identifica como ciudadanos del mundo. Urbi et Orbi. A la ciudad y al mundo.

Un blog es un punto en medio del caos infinito.

Es el resultado de la democratización de la tecnología.

El blog circula en el ciberespacio libre y ancho. Las ideas también. Ergo: el blog es ancho y libre.



29 agosto, 2007

Sub 17: Buenos muchachos



Hay algo que diferencia a los chicos de la Sub 17 del resto de seleccionados peruanos: firmeza en la cancha de juego, disciplina táctica, anticipación en la marca y aguante hasta el final. Si tendría que resumirse en una palabra esta nueva forma de encarar el fútbol, sería: actitud.

Estos muchachos saben lo que quieren en la cancha de juego. Sin mucho aspaviento, trasladan con propiedad el balón sin adormilar el juego con pases laterales, improductivos. Avanzan en diagonal, encaran, sirven la pelota a las espaldas del rival; tienen horizonte de juego.

Por lo que les hemos visto, adolecen de ese mal de las selecciones de mayores que hace que el equipo se desarme en los minutos finales y pierda irremediablemente el partido: la falta de concentración.

Lo ha dicho Reimond Manco: “cuando estás bien de la mente todo es posible”.

El fútbol se juega con los pies, pero se diseña en el cerebro. El jugador mide al rival y se mide a sí mismo en relación al orden que ocupan los demás jugadores en la cancha.

El cerebro analiza las posibilidades que tiene de trasladar el balón con efectividad, y la técnica y el físico indicarán el grado de eficacia de la jugada.

La pasión, el corazón, la garra, son resultado de estas mismas variables combinadas y aceleradas de nervio templado, mente rápida y músculo activo.

La gambeta es por eso el chispazo armónico entre el cerebro y las piernas en una fracción de segundo.

Estos chicos nacieron en 1990. Jamás vieron a su selección nacional de fútbol en un mundial. Las hazañas futbolísticas que tienen en su retina son los triunfos del Cienciano a nivel sudamericano e intercontinental.

Son muchachos de barrio, provincianos muchos de ellos. Buenos muchachos, que nacieron en la era del internet, el MP3 y el play station.

No se han mareado con los triunfos. Y, por el momento, son inmunes a los flashes y luces de las cámaras.

No es que sean infalibles, tampoco. Se están acostumbrando a ganar. Y cuando eso ocurre en un jugador, le duele la derrota y la vende más cara.

Ojalá aún viviera Augusto Ferrando para que hubiera visto jugar a Hermoza, Arce, Duarte, Hernández, Muñoz, Bazalar, Salazar, Correa, Manco, Avila y La Torre, y pudiera este sábado reiventar su frase a todo pulmón: “¡No nos ghanan!; ¡No nos ghanan!”.



27 agosto, 2007

El ladrillo de los pobres

El adobe o barro secado al sol, como materia prima de construcción, ha acompañado al hombre casi desde sus orígenes.

Al salir de la cueva, las primeras casas probablemente fueron hechas con ramas de árboles, pero al descubrir la agricultura y fundar las primeras ciudades, el hombre echó mano a la tierra húmeda y construyó con ella no sólo casas, sino murallas, templos y pirámides.

Se calcula que hoy al menos un tercio de la humanidad, unos 2 mil millones de personas, viven en casas de barro. En el Perú, según el Instituto Nacional de Estadística (INEI), más de 9 millones de personas viven en casas de adobe.

Por eso, son loables –aunque irreales- las intenciones de quienes como el decano del Colegio de Ingenieros del Perú, Javier Piqué del Pozo, creen que, aprovechando el colapso habitacional que ha causado el terremoto en el sur peruano, es hora de dejar el adobe y pasar al ladrillo y cemento.

El adobe es el ladrillo de los pobres.

Cifras moderadas consideran que se necesitan alrededor de 450 millones de soles para reconstruir las ciudades afectadas. El gobierno ha creado Fondo de Reconstrucción del Sur (Forsur) y ha desembolsado un adelanto de 100 millones de soles –de un presupuesto anunciado de 250 millones de soles- que resultará insuficiente.

Mientras un 44% de familias sigan viviendo debajo de la línea de la pobreza es irreal pensar que se pueda dictaminar por decreto la construcción de casas en material noble. No se puede prohibir lo que realidad determina.

Lo que sí se puede hacer es reglamentar el uso del adobe reforzado, difundir las técnicas de construcción de casas de barro, capacitar a los maestros constructores. Para ello se puede aprovechar las investigaciones que desde hace más de 20 años realizan universidades como La Católica o la UNI.

El caso contado en el portal de La Católica es particularmente estimulante.

En 1998, como parte del proyecto entre la Cooperación Técnica Alemana (GTZ por sus siglas en alemán), el Centro Regional de Sismología para América del Sur (CERESIS) y la PUCP, ocho viviendas de Guadalupe y Pachacútec en Ica, fueron construidas con paredes de adobe reforzadas con mallas electrosoldadas.

Estas viviendas -por increíble que parezca- resistieron los sismos del 23 de junio de 2001 y el reciente del 15 de agosto de 2007. Don Ego Espinoza, domiciliado en la Calle Callao 304, esquina con la Calle Rímac, en Guadalupe, puede dar fe de esto. Las paredes de su casa no se rajaron y aguantaron a pie firme los dos terremotos.

El adobe, bien tratado, combinando el uso tradicional con las técnicas modernas de construcción, constituye una alternativa para construir casas económicas y seguras para una gran mayoría de la población.

Después de todo, si alguno recuerda la casa del abuelo en la provincia podrá convenir en algunas de las ventajas del adobe: fresco en verano y abrigador en invierno; algo que no tiene la gélida mezcla de ladrillo, fierro y cemento.

Ver: http://blog.pucp.edu.pe/index.php?blogid=603



26 agosto, 2007

Política y economía en Ecuador

El Congreso ecuatoriano deberá resolver el pedido de la Corte Suprema de levantar la inmunidad del presidente Rafael Correa para llevarlo a juicio por injuria. Es difícil que la solicitud proceda debido a la mayoría oficialista que controla el Legislativo. La turbulencia política que se avecina, sin embargo, no es el principal problema del Ecuador, aún cuando presidentes anteriores como Bucarán, Gutiérrez y Alarcón hayan enfrentado procesos diversos en el Poder Judicial que pasaron primero por decisiones políticas en el Parlamento. El problema de fondo del Ecuador es el estancamiento y desmoronamiento económico, algo que podría repercutir seriamente en la estabilidad que por ahora goza el presidente Correa.

En el V Foro de Empresarios del Ecuador – FEDE 2007-, realizado recientemente en Guayaquil, el economista Walter Spurrier trazó un cuadro desalentador del futuro económico de su país. Con la frialdad de un hombre acostumbrado a mirar cuadros estadísticos, Spurrier señaló que en los dos últimos trimestres Ecuador no ha crecido, y que en los últimos cinco trimestres apenas lo ha hecho en 0,08%. La proyección oficial para el 2007 señala un crecimiento económico del orden del 4,1%, pero sumando los últimos doce meses la cifra real bordea el 2,7%, lo que ubicaría a Ecuador con la tasa de crecimiento más baja de América del Sur.

El impacto será un crecimiento del desempleo en la población y una baja en las expectativas empresariales para arriesgar nuevas inversiones. Por si fuera poco el largo compás de espera en que se encuentra la renegociación de los contratos petroleros hace que el resto de inversiones privadas, se retariga. Según ha declarado el ministro de Economía, Fausto Ortiz, en lo que va del año “Ecuador ha perdido alrededor de 300 millones de dólares por la reducción de su producción petrolera”.

“Si a ello le sumamos el proceso electoral que ocupará todo este año y el próximo tendremos un escenario donde los empresarios andarán con cautela”, explica el economista. Y tiene razón. A la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, en setiembre próximo, le seguirá un referéndum para consagrar la nueva Carta Magna que reemplazará a la de 1998, y luego, si se sigue el modelo chavista, se debe instaurar el nuevo gobierno bolivariano del Ecuador con Correa reelecto, por supuesto. El problema es que el proceso se entrampe como ocurre actualmente en la Bolivia de Evo Morales, país que arrastra una rémora constituyente y que está seriamente amenazado por movimientos escisionistas.

Frente a este panorama de casi parálisis económica en Ecuador se abre una oportunidad inmejorable para que el Perú pueda atraer las inversiones de ese país, en especial, ahora que el presidente Correa ha endurecido su postura frente a Estados Unidos y ha dicho que no se pondrá de rodillas ante el imperio para rogar la ampliación del APTDEA. El Perú puede ser la alternativa para que los productos ecuatorianos lleguen al mercado norteamericano; si es asociado con empresas peruanas, mejor. Por lo que debemos observar con atención el desarrollo de los acontecimientos políticos y económicos de nuestro vecino del norte. Después de todo, la llegada de Correa no es tan mala.



23 agosto, 2007

¿Aló, Presidente?

¿Estuvo incomunicado el presidente de la República el miércoles 15 de agosto a las 6 y 41 de la tarde, hora del terremoto?, ¿pudo comunicarse con la base aérea de Pisco para conocer la verdadera dimensión del daño?, ¿si fue así por qué no dispuso la movilización inmediata de esta base para socorrer a las víctimas? A juzgar por la desinformación que evidenció en su mensaje a la Nación, García no tuvo datos precisos de la magnitud de la tragedia y, lo que es peor, estuvo desconectado como todos los mortales.

De otra manera no se entiende por qué dio gracias a Dios por no haber tenido tantas víctimas cuando a esa hora ya se sabía que Pisco estaba destruido al 80%. El premier Del Castillo ha dicho en estos días que en ese momento nadie conocía el verdadero impacto de los daños, pero la verdad es que sólo Palacio no lo sabía.

Según la propia Secretaría de Prensa, el presidente de la República, se reunió esa noche con los ministros de Transportes, Verónica Zavala; Salud, Carlos Vallejos; Interior, Luis Alva Castro; Energía y Minas, Juan Valdivia; Educación, Luis Chang; Justicia, María Zavala; y de la Producción, Rafael Rey; “con el fin de evaluar las consecuencias del fuerte sismo registrado hoy”.

Una fotografía oficial difundida por la Secretaría de Prensa grabó ese momento:

Palacio de Gobierno, miércoles 15 de agosto de 2007, 19:00 Hrs

El presidente está en su despacho privado rodeado de los ministros Garrido Lecca, Valdivia, Vallejos (estos dos últimos tratando de llamar infructuosamente por teléfono) y Chang. Más atrás, Alva Castro y Nava. El petit comité presidencial. ¿Por qué no llamó al jefe del Comando Conjunto o al jefe de Defensa Civil? ¿Está su edecán –fuera del despacho- usando el teléfono satelital del Presidente? ¿Usó García el teléfono satelital para comunicarse con las zonas afectadas? En su escritorio, cerca a su puño izquierdo, el presidente tiene un teléfono celular volteado, inservible. ¿Funcionó algún teléfono presidencial?

A juzgar por la experiencia en el terremoto del setenta en el Callejón de Huaylas, García se equivocó al no activar el sistema de socorro en casos de desastres naturales que tiene como primera falange a las Fuerzas Armadas. El arquitecto César Díaz -entonces asesor del ministro de Vivienda- recuerda el convoy militar con profesionales de múltiples disciplinas que el gobierno movilizó esa misma noche para llevar ayuda a los damnificados del terremoto del 31 de mayo de 1970. Los soldados llevaron carpas y panes y fueron dejando hombres y víveres en los pueblos que encontraron en la ruta a Yungay, el pueblo más afectado.

El presidente García, en cambio, llamó a sus ministros y decidió –sin informarse debidamente- dar un mensaje a la Nación que puso el acento en el colapso telefónico y no en el envío de auxilio a los damnificados. Quizás lo traicionó su propia frustración de no poder establecer comunicación con Pisco para comprender con precisión qué estaba pasando.

Al día siguiente, cuando llegó a la zona, recién lo supo. No era tarde aún, pero nuevamente lo ganó su inspiración, esa manera de actuar que tiene de tomar decisiones sin consultar a nadie. En lugar de seguir el manual de procedimientos inventó una cartilla nueva. El primer día recojo de cadáveres, el segundo día, remoción de escombros y búsqueda de sobrevivientes, el tercer día organización del trabajo, pero entonces, ya era tarde. Estalló el caos y al presidente le sobrevino, de súbito, un mal humor incontrolable que repercutió fuera de nuestras fronteras. En medio del desastre, García reveló su verdadera careta: impulsivo, personalista, indolente. Y de paso, su incomunicación evidente, en términos de seguridad nacional, es una mala señal para vecinos quisquillosos.



20 agosto, 2007

AGP: Telúrico protagonismo

La visita del Presidente Alvaro Uribe sirvió para desnudar el principal error de manejo del terremoto del sur: el afán protagónico del presidente Alan García. Sin medir las consecuencias de su temeraria acción, el presidente peruano cruzó las cintas de peligro colocadas por los bomberos en la Iglesia San Clemente de Pisco e invitó a su homólogo a caminar por entre los escombros.

Según reporta hoy El Comercio, uno de los bomberos resumió bien la escena: “ahora ya sabemos de quien viene el desorden”. El afán del presidente de la República por colocarse en el centro del desastre para las cámaras de televisión ha sido el factor que ha distorsionado el accionar del Sistema de Defensa Civil, organismo creado precisamente para actuar en situaciones como las presentadas.

Ello, sumado al error de lectura inicial de la magnitud del daño ocasionado por el sismo, generó que en 48 horas estallara, por todos lados, la ineficiencia para montar una cadena logística que lleve ayuda inmediata y ordenada a los damnificados. El toque de queda impuesto para frenar la ola de pillaje y vandalismo generado ha sido sólo el resultado de la pésima actuación que ha tenido el Ejecutivo en la tarea de atender el desastre.

El presidente García desconocía el real impacto del terremoto y salió a dar un mensaje que en lugar de activar de inmediato el sistema de Defensa Civil con responsabilidades y tareas para alcaldes, presidentes regionales, Fuerzas Armadas y Sociedad Civil, buscaba disminuir –con palabras, con discurso- lo que la naturaleza ya había causado. Recién al día siguiente, cuando llegó a Pisco comprobó la dimensión de la tragedia. Entonces, cometió su segundo error: asumió personalmente el control y rodeado de una nube de ministros, se movió al ritmo de las cámaras, otra vez.

En lenguaje militar, se puede afirmar que el general fue a la guerra sin conocer al enemigo ni el terreno de combate y, lo que es peor, ya en el campo de batalla, reparó que carecía de logística y avituallamiento. El resultado: un desastre que ahora se busca remediar no asumiendo responsabilidades o respondiendo de manera grotesca como lo ocurrido al equipo de bomberos de la ONG española K-9 De Creixell que decidió abandonar el país después de denunciar falta de seguridad en la zona.

Ante esta situación, según la agencia EFE, el presidente García dijo: «El que tenga miedo, que se marche». La respuesta del bombero español a ABC fue elocuente: «el caos reinante es uno de los peores que he visto y he estado en nueve terremotos. Nosotros venimos a ayudar y nos hemos pagado el billete de nuestro bolsillo».

Algo similar pasó luego con otro equipo de médicos españoles que hasta ahora está dando vueltas por la zona de desastre pero que no puede actuar porque sus equipos y ropas no les llegan. Frente a este caso, la respuesta del presidente García ha sido de antología: “Cuando uno viene a ayudar no se queja mucho. Estimo que la embajada española tiene recursos para trasladar los equipos hasta Pisco”.

Tiempos de unión, tiempos de solidaridad, sí. Pero, frente al desastre, lo menos que se puede esperar de nuestras autoridades es más eficiencia y menos protagonismo. Déjese de pasear por los escombros buscando las cámaras, señor presidente. El verdadero general es el que dirige, el que administra los medios de la guerra, no el que se desvive por estar en la trinchera.



17 agosto, 2007

Tras el desastre, el caos

El desastre natural ha revelado nuestras carencias. Un país pobre, con casas de adobe, servicios públicos deficientes y con un Estado incapaz de responder a la emergencia. Por si fuera poco las autoridades nacionales han sido desbordadas y la desesperación de la gente empieza a generar actos de pillaje.

De todas las desgracias post sismo, la peor quizás sea la desorganización de la ayuda. En situaciones como esta, el caos logístico actúa como catalizador de la tragedia. El efecto inmediato es la desesperación.

El sistema de Defensa Civil ha probado su absoluta inutilidad. No ha funcionado ni como organización de respuesta, ni como ente centralizador de la ayuda. Tenemos que reformular sus alcances, métodos y procedimientos una vez superada la emergencia.

El gobierno nacional ha refirmado su incapacidad de gestión. En lugar de organizar un comando operativo con responsables zonales, con jefes visibles en cada lugar, se ha privilegiado el comando personal encabezado, dirigido y sostenido sólo por el jefe del Estado. El primer ministro, además de ponerse una casaca de Defensa Civil –naranja fosforescente-, ha sido una pálida sombra del presidente. El resto de ministros disputaba el centro de la plaza de armas por las cámaras de televisión allí dispuestas.

Los gobiernos regionales y los alcaldes municipales de las zonas en emergencia simplemente desaparecieron. Si no fuera por la respuesta de algunos alcaldes distritales de Lima, el Presidente Regional del Callao y el alcalde de Lima, podría afirmarse que los alcaldes y presidentes regionales de Ica, Chincha y Pisco, sucumbieron en el desastre.

La empresa privada ha mostrado su sentido de solidaridad, lo mismo que la sociedad civil que ha movilizado ayuda y recursos con más voluntad que eficacia.

La televisión y la radio en un primer momento sirvieron para que la gente busque contactarse con sus familiares tras el colapso de las comunicaciones telefónicas. Pero luego, actuaron como focos de luz para los ministros que cual luciérnagas se lanzaran con afán sobre ellos.

La Fuerza Armada, la única institución en capacidad de responder a desastres eventuales, inexplicablemente, no fue convocada desde el comienzo. Recién ahora se ha visto al Ejército repartir agua y a La Marina traer ayuda por barco. Pero lo que constituye un crimen es no usar el mejor avión que tiene la FAP, el avión presidencial, para llevar ayuda no sólo a los pueblos de la costa sino a los de la sierra, también afectados por el sismo.

Siempre es odioso criticar las operaciones de ayuda y atención a los damnificados, pero es mejor hacerlo temprano y no esperar que el tiempo o la complicidad cubra las fallas. La desorganización que han mostrado las autoridades ha sido pasmosa. Una vez más debemos coincidir con quienes queremos ver del gobierno más acciones que declaraciones.



16 agosto, 2007

Terremoto: testimonio personal

Tenía diez años cuando sentí el primer terremoto de mi vida y me aferré a mi madre. Treinta y tres años después hice lo propio con mi hijo de ocho años. Antes busqué la protección, ahora me tocó darla; a mis tres hijos, en realidad, a quienes abracé y acaricié buscando apaciguar sus temores. El terremoto nos recuerda lo vulnerable que somos los humanos y la necesidad de afecto que tenemos. No es sólo el instinto de sobrevivencia el que se alerta; es la vena del amor la que se yergue. Recordaba el momento en que abracé a mi madre buscando consuelo y terminé dándole protección; mientras ella clamaba al cielo yo le repetía acariciándole la cabeza que ya iba a pasar, que se tranquilizara. Dany, mi perra saltaba en el patio y se enfrentaba a las paredes que se movían en una danza espeluznante, descascarándose y dejando ver como costillas los bloques de adobes que se abrían dentro de sí. Ese terremoto entró en mi cuerpo desde la planta de los pies. Ahora fue distinto. Estaba dentro de mi camioneta, en la última luz roja, a cuatro cuadras de mi casa, cuando empezó el movimiento. El carro saltaba como si de pronto hubiera cobrado vida. No apagué el motor ni bajé. Algunos vehículos se estacionaron a un costado, pero otros aumentaron la velocidad y pasaron la luz roja; corrieron despavoridos. Escuché el chirrido de llantas a lo lejos. “Felizmente estoy cerca”, pensé. Había dejado a mi esposa hacía dos minutos en la Universidad. Por un momento dudé. ¿Regreso a buscarla o voy a la casa? La Universidad debe ser un caos, pensé. Todos estarán saliendo apurados para ir a sus casas. No podré localizarla. Iré a casa. En el segundo remezón avancé, puse la luz intermitente y crucé la doble vía. Tres cuadras más y entré a la recta de la casa. La gente estaba en la calle; algunos rezaban mirando el cielo. Otros se reunieron en el parque. Al llegar a casa encontré a mis hijos en la puerta. Estaban con su abuela. Abracé a mi hijo pequeño, el más asustado. Le di calor, mientras le decía que el terremoto es un fenómeno natural, que cada cierto tiempo ocurre y que había que estar siempre preparados. Una a una se fueron acercando mis otras dos hijas. Sentí que me abrazaban fuerte. La mayor muy serena y la segunda algo juguetona. Me contaron cómo los agarró el movimiento. Los más pequeños estaban jugando en su cuarto; la mayor estaba en el suyo y la abuela viendo la tele. Se juntaron con los primeros sacudones y se cobijaron debajo de una puerta del segundo piso. Cuando pasó la peor parte bajaron y salieron a la calle. Allí los encontré. Los teléfonos no funcionaban, el cable se había desconectado. Prendimos la radio y les conté que cuando era pequeño nos enterábamos de las noticias así: reunidos todos alrededor del aparatito. Al poco tiempo llegó su madre. En efecto, la Universidad había sido un caos. Los polluelos corrieron a sus brazos. Más abrazos y cosquilleos en la cabeza. Llamé a mi madre. Estaba tranquila. El susto había pasado. Estaba sola. Me preguntó por sus nietos. Recordamos el terremoto aquel que pasamos juntos. ¿Te acuerdas de Dany; ella sintió primero que todos y empezó a ladrar como loca, te acuerdas? Sí, recordaba. Recordaba que al final abracé a mi perra y sentí su corazón acezante y su aliento agitado y caliente que me quemaba la cara; babeaba. Pero era mi perra y cuando uno es niño nada de eso importa. Yo sólo quería protegerla y calmarla. Creo que quedó nerviosa. Sus ojos cambiaron. Y aunque ella no me dijera nada, yo había visto el temor en sus ojos. El terremoto nos desnuda como seres vivos. No sólo a los humanos, pienso ahora. Quizás sea el temor lo que nos despelleja y nos vuelve vulnerables. Por eso necesitamos amor, afecto; para cubrirnos, para arroparnos, para volver a ser nuevamente. El amor nos devuelve nuestra condición humana. Para eso también sirven los terremotos; para saber que tenemos seres que nos aman y a quiénes amamos.



15 agosto, 2007

Perú Chile: pescadores y statuo quo

El área en controversia de 37 mil kilómetros cuadrados de dominio marítimo en el sur peruano la puede explicar bien un pescador tacneño. Este hombre sale con su bote a pescar y sólo puede llegar hasta las 13 millas; más allá rige la jurisdicción chilena. Un barco pesquero de Ilo puede penetrar un poco más; llega a las 40 millas. En cambio una nave de Arica, puede internarse sin problemas hasta las 200 millas. ¿Por qué el Estado chileno puede tener un anchuroso mar de 200 millas a lo largo de toda su franja costera y el Estado peruano no?

Hay varias formas de encarar una respuesta de este tipo. Pero siguiendo al pescador usemos un mapa. Se nota con claridad la desviación geográfica que tiene el continente sudamericano en el lado peruano, precisamente casi a partir del punto divisorio entre Tacna y Arica. La franja costera del Perú no sigue la línea recta que tiene la franja costera de Chile. Se abre en ángulo hacia el Pacífico. Por eso, el paralelo que propone Chile como línea divisoria, hace ángulo de 90 grados y es perfecto respecto de su costa, pero no funciona para dividir los mares de ambos Estados de manera justa y equitativa, porque deja casi sin mar a Tacna y Moquegua.

Para eso existen los tratados bilaterales de frontera marítima. Para acordar la repartición de las aguas internacionales fronterizas y señalar con claridad sus espacios de dominio. Actuar en contrario no es sólo un acto de prepotencia, sino de usurpación. Esto es lo que en la práctica ha venido ocurriendo en esa parte del litoral sur. Chile proyecta sus 200 millas usando el paralelo y con eso recorta el mar de Tacna e Ilo. Hay cientos de casos de pescadores peruanos de estos departamentos que salieron a pescar y terminaron detenidos por patrulleras misileras chilenas.

La reciente publicación de la cartografía marítima –hay que decirlo- no cambia esta situación de statuo quo. Lo ha reafirmado el canciller García Belaunde. Esto quiere decir que los pescadores de Tacna e Ilo seguirán siendo apresados por la Marina de Chile si salen de sus trece o cuarenta millas, respectivamente. Esa es la realidad. Chile seguirá ejerciendo soberanía sobre esos 37 mil kilómetros cuadrados que ahora el Perú considera un área en controversia. La publicación del mapa marítimo peruano no otorga soberanía per se a esta parte de mar, como quisiéramos. Esto hay que tenerlo en claro para evitar provocaciones innecesarias. Tanto Chile como el Perú han trazado sus respectivas delimitaciones marítimas. Sus trazos se superponen en esos 37 mil kilómetros cuadrados. A punta de presencia armada, Chile ha ejercido soberanía sobre esta porción de mar. Están de testigos los pescadores peruanos que continuamente pierden redes, pesca, pero jamás dignidad.

La cartografía marítima publicada por el Perú sirve de documentación oficial para presentarnos a la Corte Internacional de la Haya y resolver esta controversia. Es el paso natural de los Estados democráticos. Cuando los Estados no se ponen de acuerdo, apelan a un tercero neutral. Usan el camino de la negociación diplomática, de la paz. Si esto falla, se abren otros caminos más duros y dolorosos. En ese caso se rompe el statuo quo y es la Defensa la que toma posiciones para que las 200 millas se ejerzan soberanamente a lo largo de toda la costa del territorio nacional y no existan pescadores peruanos impedidos de cumplir su faena en esos 37 mil kilómetros en controversia.



13 agosto, 2007

Perú – Chile: área en controversia

El Perú ha puesto en banco y negro su disputa con Chile por un área de 35 mil kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico que reclama como suyo. Un trángulo en el sur peruano, frente a las costas de Ilo y Tacna, donde Chile ejerce hoy soberanía. A esa zona la ha llamado “área de controversia”. Chile, por supuesto rechaza esta posición peruana y señala que no existe diferendo marítimo ni territorial fronterizo con el Perú. Corresponde por tanto a las partes dirimir sus diferencias en una corte neutral, La Corte Internacional de la Haya, para hablar en términos amistosos y no otros.

Lo que ha hecho el Perú es ratificar que su dominio marítimo comprende 200 millas marítimas de su mar adyancente, es decir, definir un límite de dominio marítimo que es el espacio que proyecta el perfil de su franja costera, 200 millas mar adentro. Fijar por ley las Líneas de Base del Dominio Marítimo de Perú, aprobada en 2005, es una decisión soberana. Lo ha hecho Chile también. Pero, resulta que las pretensiones de ambos países se sobreponen en el triángulo de 37 mil metros cuadrados. Tienen pues que dirimir sus diferencias.

Es un tema que compete sólo a los dos Estados. De ahí que no sería conveniente mezclarlo con los intereses -legítimos también por cierto- de Bolivia de acceder al mar. Sin embargo, no es casualidad que en las últimas semanas se hable con insistencia de un acuerdo inminente entre su Chile y Bolivia, según el cual Bolivia obtendría un corredor en Arica con “soberanía pendiente” hasta que el Perú se pronuncie. La salida que Chile ofrecería a Bolivia no sería otra que un corredor “al norte de Arica”, cuya proyección marítima caería en el triángulo de 37 mil metros cuadrados que el Perú considera un área de controversia con Chile. El problema, entonces, ya no sería de dos, sino de tres. Un burdel. Además, Chile ratificaría su posición del uso del paralelo como límite fronterizo marítimo. Esta solución es inviable si antes no se resuelve la disputa territorial marítima entre Perú y Chile.

El hombre que ha hecho posible que Bolivia sueñe con un corredor sin soberanía en Arica es el ex consul de Bolivia en Santiago, Roberto Finot. Durantes casi tres años, Finot ha machacado su propuesta a los miembros más connotados de la clase política y militar del país del sur. Su tesis es la siguiente: “Chile estuvo íntimamente vinculado a la inestabilidad política que se vivió en Bolivia. La crisis de octubre del 2003 se desata por la imposibilidad de Bolivia de acceder a los mercados del Pacífico, incluso a EE.UU., para exportar el gas natural. Si Chile el 2004 estaba en su mejor año como el país de referencia de América Latina, Bolivia era identificada como la antítesis por la situación interna que confrontaba. Y si a esto sumábamos que Argentina se veía en la imposibilidad de honrar su compromiso con Chile en el gas natural, entonces estábamos en una situación muy especial. Chile necesita resolver el problema boliviano para afirmar su liderazgo en la región y proyectarse como plataforma de las inversaciones y comercio del Asia Pacífico con América del Sur. Resolver este problema resuelve el problema con el Perú y el abastecimiento de gas”. (El Mercurio, 7 de agosto de 2007).

En palabras del propio Finot, “Si Chile quiere comercio, energía y diplomacia, debe resolver el problema del mar con Bolivia”. Una variante de la tesis boliviana de gas por mar; vendida a Chile como "desarrollo por mar". Lo que preocupa de esta terna de intereses en juego es que Bolivia ya está convencida de usar su gas como instrumento de negociación. Y Chile sabe que si no encuentra energía pronto sus planes de seguir desarrollando serían nulos. Por eso, lo mejor en esta película de a tres es avanzar de a dos y luego invitar al tercero. Todo a su debido momento.



09 agosto, 2007

Accidentes y descentralización fallida

Un hecho que ha pasado desapercibido en la estela de sangre que a diario dejan los accidentes de tránsito es la luz roja que se prende en el proceso de descentralización que lleva adelante el gobierno.

La defensora del pueblo llamó la atención sobre la poca atención que prestan los gobiernos regionales al plan Tolerancia Cero del Ministerio de Transportes.

La ministra Zavala les sopló también la responsabilidad a los gobiernos regionales y éstos respondieron que carecen de presupuesto para contratar la cantidad de inspectores de transporte que se necesitan para ejecutar el plan.

Pero fue Alan García quien entendió el problema de fondo, creado por él mismo, claro: la entrega apurada de funciones a los gobiernos regionales, en aras de un falso proceso de descentralizació que no ha funcionado.

“Si no se cumple la fiscalización de los vehículos en provincias alejadas, hay que recuperar para el Gobierno Central dicha competencia. La descentralización es muy buena, pero si no se cumplen las responsabilidades, se recuperan”, señaló el presidente.

La pregunta es. ¿qué otras funciones transferidas por este gobierno no funcionan en las provincias?, ¿funcionará la atención de salud?, ¿funcionará la gestión de proyectos productivos?, ¿funcionará la municipalización de la educación?, ¿funcionará la administración de bienes arqueológicos?

Lo primero que hizo este gobierno fue desaparecer el Consejo Nacional de Descentralización, eliminando así una instancia institucional de relación entre el gobierno central y los gobiernos regionales y locales. Pero, además, se perdió un espacio ganado para llevar adelante un proceso de reestructuración adecuado del poder en sus tres instancias: nacional, regional y local.

En lugar de avanzar hacia la formación de auténticas regiones (con integración de departamentos), se repartió funciones sin estudios adecuados de costo-beneficio, ni criterios de subsidiariedad alguno. Peor aún, en el reciente mensaje a la Nación del presidente García fue claro que se buscó señalarles responsabilidad en la ejecución de obras.

La descentralización se vio como una repartición antes que como distribución ordenada del poder. Un ejemplo de lo que puede pasar cuando se deja de administrar funciones nacionales y se las descuartiza es lo que vemos ahora en el sector transportes.

Nadie quiere asumir responsabilidad en las muertes que a diario saltan de las carreteras a las primeras páginas de los diarios. La ministra le echa el pato a las regiones y las regiones se la devuelven a la ministra. Y el presidente de la República afirma que "todos somos responsables"; o sea nadie.

Ante el fracaso del modelo de descentralización, el presidente ha respondido con dos propuestas: endurecer las penas y tratar a los transportistas en falta como criminales (poco le faltó para pedir pena de muerte), y recuperar la función de administrar el sistema de transportes.

Lo ha dicho bien el especialista Edwin Derteano consultado por El Comercio: “La gravedad del tema obliga al ministerio a tomar medidas reales que se usan en otros países y que verdaderamente reducen los accidentes: educación vial, control y record de brevetes, revisiones técnicas, programa de renovación vehicular, etc. No así las medidas aisladas de bajo costo de implementación que el ministerio pretende aplicar”.

Escuche bien, señorita ministra de Transportes: acciones combinadas de corto y largo plazo. No medidas efectistas para la televisión.



07 agosto, 2007

¿A qué vino Evo Morales?

Evo vino a Lima, picó a García, marketeó el proyecto bolivariano, pero su verdadera intención habría sido otra: sondear la posición del gobierno peruano ante un posible entendimiento entre Bolivia y Chile para canjear mar por gas a través de un corredor por Arica que no implique –necesariamente- el veto soberano del Perú.

Bolivia tiene una agenda bilateral de 13 puntos con Chile entre los que se encuentra el reclamo centenario del país altiplánico de recuperar su salida al mar. Las relaciones entre ambos países han avanzado mucho en los últimos años. Delegaciones militares, políticas y ministeriales de ambos países han realizado visitas de intercambio, en una política pragmática de distensión y confianza sin precedentes.

Pero lo más sorprendente fueron las declaraciones del cónsul boliviano en Santiago, Roberto Finot, apenas dos días antes de que Evo Morales llegara a Lima. Finot reveló que Bolivia y Chile estaban a punto de lograr un acuerdo que los acercaba a una “integración estratégica” por la cual Bolivia tendría una hoja de ruta que los conduciría con seguridad a las costas del Pacífico.

Esta salida sería vía un corredor a través de Arica que no comprometería la decisión del Perú, como señala el Tratado del 29, ya que los terrenos otorgados a Bolivia serían en cesión de uso, sin soberanía. Mediante este artilugio Bolivia habría encontrado la manera de abrir el candado chileno sin usar la llave peruana. Esta fórmula ingeniosa y peligrosa a los intereses nacionales implica que Bolivia abdique de su planteamiento de corredor soberano, para evitar el reclamo del Perú. “No hay que pensar en soberanías decimonónicas”, señaló Finot.

A cambio, Bolivia ofrecería sus inmensas reservas de gas, tan necesarias para Chile, ratificando el sentido del referéndum del 2004 que aprobó la formula “mar por gas”. Suena a ciencia ficción, pero en política internacional no puede descartarse posibilidad alguna. Un paso así sólo sería posible con el visto bueno del Perú, de quien depende autorizar una concesión territorial con soberanía sobre territorios que antes le pertenecieron.

Nada ha trascendido en Lima sobre este tema. La broma de Evo a García –en el sentido que lo había conocido antes más flaco y más antiimperialista-, así como el llamado al pueblo peruano a plegarse a las banderas de Hugo Chávez y Fidel Castro acapararon la atención de la prensa. De lo que conversaron ambos mandatarios en privado no se sabe nada. Excepto las palabras del canciller, repetidas en Bolivia y Chile, de que el Perú no se opondría a una solución que encuentren ambos países, pero que haría respetar sus derechos si la solución compromete territorios que antes fueron peruanos.

¿Es una salida ofrecer a Bolivia un corredor por Arica sin soberanía para evitar el pronunciamiento peruano? No lo creemos. Es más bien una provocación, de parte de Chile; y una traición de parte de Bolivia si decide hacer una alianza estratégica con quien lo desplazó a la condición de país mediterráneo. Por lo pronto, el cónsul Roberto Finot ya fue retirado de Santiago por la cancillería boliviana. Evo, por su parte, ha asegurado en su reciente mensaje a la nación por el 182 aniversario de la independencia, que su país pronto tendrá una salida al mar. En este tema ha dicho menos que cualquier otro presidente de su país. Sin embargo, ha diferencia de los demás, ha puesto un plazo indeterminado, pero corto. Ha dicho pronto. Quién sabe que concepto tenga de tiempo.



05 agosto, 2007

Presidente García: más transpiración, menos inspiración

El grito de la generación parisina del 68 “la imaginación al poder”, se ha convertido en cosa de todos los días para el Presidente García, a juzgar por lo que viene pasando con el Pacto Social (PS), la nueva invención al paso del gobierno, del cual nadie -ni siquiera sus propios representantes-, entiende con exactitud qué es y para que servirá.

Todos escuchamos que García propuso en el mensaje presidencial la creación de un Pacto Social sobre la productividad, el empleo y los salarios, una de cuyas funciones era “tratar sobre el salario mínimo como corresponde a una sociedad democrática y moderna”. Ahora resulta que el encargado del nuevo proyecto, Víctor García Toma, ha dicho que lo único que no verá el PS será el sueldo mínimo vital, contradiciendo de plano al Presidente de la República.

Y no podía ser de otra manera, debido a que el Consejo Nacional del Trabajo (CNT) ya tiene una propuesta técnica sobre el sueldo mínimo, que según adelantó la ministra Pinilla debiera ser regional. Estamos, pues, nuevamente frente a uno de los arranques del Presidente García que busca sorprendernos con propuestas imaginativas, fruto de una inspiración audaz, pero ineficaces en términos de gestión de la cosa pública.

El gobierno tiene la potestad de ejercer el mandato que le dimos en las ánforas y promover la remuneración mínima vital, asumiendo su responsabilidad. No necesita un foro especial de concertación para consensuar una política de este tipo, más aún cuando el CNT fue creado, entre otras cosas, para eso.

Ahora se entiende por qué los ministros anotaban, cuál atentos secretarios, cada una de las recomendaciones que el presidente iba soltando en su mensaje a la Nación. Para ellos, como para todos los peruanos, fue una sorpresa. No conocían lo que el presidente –en afiebrada soledad- había preparado. Lo que se traduce en que hasta ahora no es posible una declaración coherente sobre la finalidad del Pacto Social. Basta con preguntarle a la ministra de Trabajo, al premier, al presidente del Acuerdo Nacional o al propio encargado del PS.

Desorden, cortinas de humo, preopuestas mediáticas, o como quiera llamársele, el gobierno en su primer año de gestión persiste en dar señales de un manejo irresponsable de la administración pública, con medidas efectistas que buscan ganar puntos en la agenda política, pero que difícilmente pueden calificarse como actos de Estado.

Las metas autoimpuestas por el presidente García para el final de su mandato son muy altas como para andar perdiendo el tiempo en discusiones seudoconcertadoras, como las del Pacto Social. Es mejor recordarle al presidente ciudadano que jefaturar un país y llegar a buen puerto requiere mucho trabajo y menos sorpresas, como las que insiste en lanzar a la palestra.

El grito entusiasta de los jóvenes de mayo del 68 sirve para movilizar y encandilar a las masas, pero ayuda poco para gobernar. En otras palabras, señor presidente: más transpiración y menos inspiración.



03 agosto, 2007

Prensa peruana: ¡Dame mierda!

Cecilia Valenzuela, directora de la Ventana Indiscreta, de Frecuencia Latina, Canal 2, envía a su reportero, César Hildebrandt (hijo), al penal de San Jorge a entrevistar a José Francisco Crousillat, ex mandamás de América Televisión, que fuera grabado por Montesinos recibiendo rumas de dinero, junto a su padre, en una de las salitas del Servicio de Inteligencia.

Crousillat, usa las ondas del Canal 2 para acusar a Gustavo Mohme Seminario, director del diario La República, de haber tenido un pacto secreto con Montesinos a cambio de favores editoriales. La República replica con una portada contra Baruch Ivcher, dueño de Frecuencia Latina, retratándolo como “El Padrino”, jefe de un a mafia, que usa a sus trabajadores para interponer recursos de amparo que buscan evitarle pagar 54 millones de soles de impuestos al Estado.

César Hildebrandt (padre) presenta, por la mañana, en su programa de Radio San Borja, un audio en el que Genaro Delgado Parker, dueño de Panamericana Televisión, reclama a Alejandro Guerrero por no haber puesto en el noticiero una recomendación del presidente de la República. Todos fijaron sus ojos en Alan García manipulando Panamericana Televisión. Por la noche, Rosa María Palacios, en Prensa Libre, presenta el mismo audio, pero más extenso, en el que queda claro que la discusión ocurre en setiembre del 2005, cuando el presidente era Alejandro Toledo. Pero, lo que esta grabación no dice es la frase "el presidente me ha ordenado", que es el meollo del asunto para demostrar la intervención presidencial en los medios de comunicación. El audio original se refiere a que en el noticiero del Canal 5 no apareció el sound bite del presidente ordenando el inicio de la construcción de la Carretera Interoceánica.

Genraro se queja por la pobre edición televisiva: "Esta inauguración es algo tan importante para el país, tres minutos y, además, todo al revés, porque lo que pusieron, las palabras de Toledo, no eran las mejores. Un desastre la publicación (...) El presidente dio la orden para empezar la obra y eso no salió en Panamericana".

Y lo que añade es su propia ira: "Me enojo porque yo he llamado especialmente a recomendar esto, dos veces. Resulta que por más que recomiendo, me ponen tontería y media". La cinta, pues, ha sido groseramente manipulada para dar a entender que: 1) había una orden presidencial 2) esa orden era del actual presidente de turno. Por supuesto esto no deja libre de sospecha al presidente Alan García, más aún cuando la Secretaría de Prensa de Palacio emite un comunicado señalando que todas las relaciones de comunicación se tramitan por su despacho, cuando los periodistas sabemos que el secretario general de Palacio de Gobierno, Luis Nava Gilbert, y el propio Alan García Pérez, llevan una agenda personal y directa de relación con medios de comunicación.

En medio de este barro cruzado mediático, se acaba de cerrar la venta de acciones de América Televisión, por la cual, el Grupo El Comercio –según Hildebrandt (padre) con la ayuda del ministro de Economía, Luis Carranza y del presidente Alan García- se deshace del Grupo colombiano Bavaria y queda como dueño del cien por ciento de las acciones, mientras su socio, Gustavo Mohme Seminario, gana con la operación unos 34 millones de dólares.

¿Qué está pasando en los medios de comunicación del Perú que han entrado en una danza de acusaciones, zancadillas y cuchillos largos que está haciendo aflorar las aguas negras en las que se mueven por depender de las migajas del poder?, ¿Quién graba, edita y difunde audios a los medios?, ¿Es la misma mano que entregó a Beto Ortiz un audio de Montesinos acusando a Mohme Seminario de topo? ¿Tendrá relación con la visita de inspectores laborales del Ministerio de Trabajo a Panamericana Televisión? ¿Quién gana con esta política de distracción diaria?, ¿A quien le conviene esta guerra de medios?, ¿Quién pasa piola poniendo altoparlantes al escándalo entre medios? ¿Quién nos quiere sedar con basura mediática?

Por ahora son más interrogantes que respuestas. Por eso, no nos queda más que suscribir esta frase (editada) de Genaro:

"Yo nunca he estado tan avergonzado como hoy día…. O sea, es un desastre la comunicación. Que se murió una señora, que se murió un señor... ¡Cojudeces que pasan todos los días! O sea, no es una cosa interesante; no es un programa interesante... ¡Dame mierda!".



01 agosto, 2007

Evo Morales y el flaco antiimperialista

Medio en broma, medio en serio, el presidente boliviano Evo Morales recordaba haber conocido así a Alan García: más flaco y antiimperialista. Era la segunda mitad década de los ochenta, cuando el mozalbete García, fuera de distancia, se aferraba a un modelo económico que empezaba a desaparecer en el mundo.

En 1985, Evo era dirigente cocalero del Chapare, y al final del gobierno de García era líder de la Central Obrera de Cochabamba. La década del 90 encuentra a García refugiado en Colombia y Francia, tras el autogolpe de 1992. Morales continuó su carrera política y para 1999 ya se había desligado de la Izquierda Unida y tenía su propio partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS).

En el 2000, mientras en el Perú se larvaba un importante movimiento de resistencia a la tercera reelección de Fujimori y García espectaba desde su balcón parisino el desenlace de las tensiones sociales, Morales inició en Bolivia lo que se conoce como la «guerra del agua» que terminó expulsando de Cochabamba a la transnacional Aguas del Tunari. Fue el primer ramalazo contra el modelo neoliberal.

De ahí en adelante el camino de ambos –Evo y Alan- continuó su proceso de bifurcación. García ganó las elecciones el 2006 y Evo Morales hizo lo propio un año antes. El peruano se deshizo de su discurso antiimperialista de campaña y el boliviano profundizó un modelo de nacionalización de los recursos naturales.

Los modelos diferentes del antiguo Alto y Bajo Perú quedaron hoy ratificados durante la visita oficial del presidente boliviano al Perú, cuando Evo encontró a Alan más entrado en carnes y menos antimperialista. “No somos idénticos ideológicamente, no somos clones, pero luchamos por los mismos objetivos, utilizando medios distintos”, señaló García, ratificando la apreciación del boliviano.

Evo representa hoy en día parte de la ola de resistencia a la globalización, de afirmación nacionalista y encaminado hacia un modelo antimercado, anti norteamericano, populista, que podría denominarse como un neo-socialismo de Estado latinoamericano.

García hace esfuerzos denodados por olvidarse de su cháchara ochentista y en la práctica, ha trompicones, ha optado por un camino distinto, y mantiene, con marchas y contramarchas, las líneas maestras del modelo económico que busca la inversión privada y aleja al Estado de los sectores productivos, aunque, su personalidad voluble y bipolar, haga temer que las presiones sociales lo devuelvan al García populista de antaño.

El tiempo dirá, en efecto, cual de estos caminos asegura mejor a los pueblos solucionar el problema de la pobreza, la falta de empleo, y puede consolidar un crecimiento sano y sostenido hacia el desarrollo. El verdadero sentido de justicia social no es ya un asunto de discursos, o plazas públicas; ni siquiera de planes de gobierno, ni de enfoque político, sino de economía y gestión pública y privada. Algo que, por ahora, no se vislumbra ni en Bolivia, ni en el Perú.