24 enero, 2010

Pérez de Cuéllar: Toda una vida

Nació en 1920, un año después de la llegada de Leguía al poder. Acaba de cumplir 90 años de vida, 40 de los cuales los dedicó a servir al país desde la Cancillería, a donde ingresó como amanuense a los 17 años.

Pasó otros 15 años sirviendo al mundo como secretario general de las Naciones Unidas, siendo dos veces electo. Javier Pérez de Cuéllar es, por todo ello -como lo llamó Harold Forsyth en su libro-entrevista-, un peruano universal.

Conoció a diversas personalidades políticas nacionales e internacionales; demócrata por convicción, le cupo, sin embargo, servir al Estado en al menos dos golpes de Estado. Leyó incluso, como encargado de la Cancillería, las resoluciones respectivas de los gabinetes de facto.

Quién diría que con el tiempo, esas anecdóticas intervenciones terminarían descolocándolo en su carrera diplomática al punto de ser baloteado como representante del Perú ante el Brasil.

El mundo se encargaría de reparar el error de los políticos peruanos. Y también el Presidente Belaúnde quien envió a un emisario a Nueva York –Celso Pastor de la Torre–para impulsar la candidatura de Pérez de Cuéllar a la Secretaría General de la ONU.

Le cupo entonces a nuestro embajador la portentosa tarea de encarar los problemas del mundo con espíritu neutro, y basado en el derecho, la ley y la justicia. Afganistán, Irán – Iraq, Namibia, Centroamérica, El Salvador, Las Malvinas.

En el otoño de su vida, fundó Unión por el Perú, incursionando en política nacional, quizás para devolver a su país lo que éste le había dado. Allí tuve oportunidad de conocerlo. Lo acompañé en su ingreso al Perú y estuve con él en el ómnibus de campaña, en su ingreso a Lima por Villa El Salvador. Yo era periodista de La República.

Siempre me sorprendió la serenidad con la que asumió su rol de candidato. Al final, el pueblo no entendió su mensaje, ni su forma decente de asumir la política y reeligió a Fujimori. Y la extrema tolerancia que evidenció con sus rivales políticos.

Hasta que el año 2000, con el presidente Valentín Paniagua, pudo finalmente desempeñarse como Presidente del Consejo de Ministros, manteniendo para sí el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Fue una tentación irresistible”, confesaría.

Javier Pérez de Cuéllar, posee un espíritu y virtud aplomados que lo distingue de la fauna política nacional.

22 enero, 2010

Lourdes, Flores, pétalos y dudas

La margarita de Lourdes Flores se está quedando sin pétalos. La lideresa del Partido Popular Cristiano, debe decidir si acepta la propuesta de Lucho Castañeda para postular por Unidad Nacional a la alcaldía de Lima Metropolitana. O si persiste en su carrera al sillón presidencial.

Jugando con los plazos y con sus cavilaciones más profundas sobre su propio futuro político, Lourdes ha pasado de un férreo No a la alcaldía de Lima inicial a un misterioso “Quizás”, “Tal vez”,

¿Es momento de dejar de pensar en la Presidencia de la República y asumir el premio consuelo de ir a Lima? ¿No es acaso una oportunidad para demostrarles a todos que sí tiene capacidad de gestión y ejecución? ¿Y si acepta, significa que a cambio debe dejar el paso a Luis Castañeda el 2011?

Ella en el sillón municipal y Lucho en el sillón de Pizarro, sueña Castañeda.

¿No era injusta la vida? Piensa Lourdes.

Y duda: Pero si hace un buen gobierno en Lima ¿no podía acaso tentar el salto a la casa de enfrente?... no, para lograr resultados en Lima se necesitan dos periodos y para entonces ya no tendría opción de nada…

La decisión de Lourdes cambiaría el escenario político. Por un lado allana el camino a Castañeda al 2011 manteniendo la Alianza de Unidad Nacional y, por otro, podría sacar de carrera a Alex Kouri el 2010.

Pero en política no toda alianza suma. Un acuerdo entre Lourdes y Castañeda no basta para asegurar la victoria de ambos en los comicios que se avecinan.

Una alianza de este tipo empuja a ambos personajes a la derecha del espectro político, dejando el codiciado centro para quien logre articular una propuesta no sólo de crecimiento económico, sino de redistribución social.

Como le recordó hoy en RPP, Raúl Vargas, la encrucijada de Lourdes tiene como música de fondo el bolero que dice: "Estás perdiendo el tiempo, pensando, pensando, por más que tú quisieras, hasta cuándo, hasta cuándo"...

18 enero, 2010

Veletas de la política

Que un grupo de alcaldes cambie como veleta de bandera política y pretenda postular por movimiento distinto al que los eligió, es una señal de un pervertido pragmatismo político, producto de una angurria desmedida por el poder.

No de otra manera puede explicarse que alcaldes distritales de Lima estén ahora pensando dejar Solidaridad Nacional o Unidad Nacional y postular con los colores de Alex Kouri, presidente regional del Callao que aspira a ser alcalde de Lima pero cuyo movimiento Chin Pum Callao no le sirve para la capital.

La primera impresión es que una conducta camaleónica como ésta es producto de la debilidad y fragilidad de nuestro sistema democrático, basado más en caudillos que en instituciones.

También es una señal de la crisis de los partidos políticos, estructuras desfasadas que sólo se activan en tiempos electorales.

Pero, lo concreto es que estos saltimbanquis electorales no piensan en otra cosa que no sea su propio futuro.

Su conducta de furgones de cola puede entenderse en alcaldes que llegaron donde están como invitados de los partidos o movimientos, pero ¿cómo se explica en militantes de partidos políticos, como Salvador Heresi, alcalde de San Miguel, miembro del PPC?

¿Seguirá Heresi el camino de Alex Kouri, Antero Flores, Manuel Masías, Natale Amprimo y otros, aún cuando Lourdes Flores ha aclarado que los cuestionamientos morales alejan a Kouri del PPC?

Urge una respuesta inmediata de los aludidos y un llamado al orden de los partidos en cuestión.

De lo contrario, dejemos de subir la valla para fortalecer a los partidos, juntar firmas y realizar elecciones primarias.

Nada detendrá la personalísima decisión de tener candidatos que van en dirección de donde soplen los vientos.

Nada, excepto nuestro voto de protesta y castigo en las ánforas.

17 enero, 2010

Bayly, el amigo chacota

No es descabellado que Jaime Bayly sea candidato a la Presidencia de la República del Perú. En nuestro querido país pueden pasar estas y otras barbaridades. La Constitución no pone más requisitos que ser peruano de nacimiento y mayor de 35 años.

Pero, ¿es viable una candidatura del periodista-escritor? La lógica dice que no, pero a juzgar por el 3% que le otorga la encuesta de DATUM, algunos ciudadanos piensan que sí. Y ya sabemos que la política, como el fútbol, por lo general, carece de lógica. O de racionalismo constructivo para ser más precisos.

Lo cierto es que alguien se ha tomado el trabajo de hacer banderolas con la frase “Bayle Presidente. Sácalos a todos”, no por pura broma.

Bayly es un personaje que está en la televisión hace más de 20 años. Eso le da un nivel de reconocimiento que ya quisieran muchos políticos. En promedio, cada sábado hace 20 puntos de rating con “El Francotirador”. Es inteligente, franco, simpático y joven. Es fresco, irreverente, perspicaz y habla con propiedad y soltura.

Pero quizás su punto débil sea su facilidad por la chacota. No está mal que tome las cosas serias con humor. Pero hay momentos en que no parece que sus compromisos fueran realmente serios. Como, por ejemplo, disminuir el sueldo de congresista a mil soles mensuales o desaparecer las Fuerzas Armadas.

Desde ese punto de vista, la candidatura de Bayly no pasaría de ser un entretenimiento. Un sano experimento producto de las luces hechizas de la televisión. El objetivo no es otro que meter chacota a la campaña. Ver qué pasa, pero todo en plan de joda.

Ahora bien, por más que nos parezca un chiste, una payasada, la candidatura de Jaime Bayly podría no ser una locura del todo. Para empezar sólo bastaría que acepte formalmente la propuesta del ubícuo José Barba y se encarame sobre Cambio Radical, movimiento legalmente inscrito en la Organización Nacional de Partidos Políticos.

Bayly, por lo demás, encarna perfectamente en el voto joven alpinchista. Ese que no quiere saber nada de política, que odia a los políticos y que es alimentado por los medios y las denuncias de los mata-perro, come-pollos, plancha-camisa o paga-cantantes. Ese mismo voto alpinchista que eligió a Susy Díaz.

El alpinchista es aquel joven que se siente frustado por su mala educación, que no tiene empleo o está subempleado, que ve que el desarrollo y la modernidad en la televisión, y que siente el hambre y la necesidad en el estómago y en los bolsillos.

Bayly también representa la corriente cada vez mayor de libre pensamiento y libre actuar sexual, propio de todo “organismo bilateral”, como lo ha llamado César Hildebrandt.

De manera que si la cada pueblo tiene los gobernantes que se merece quizás haya un espacio para quienes levantan las banderas de la chacota en política.

05 enero, 2010

No sabe, no opina, no responde

El Presidente García anuncia en una entrevista radial que ha mandado a realizar una encuesta a 27,000 ciudadanos a nivel nacional, según la cual, un candidato del Apra sería el outsider de las elecciones generales del 2011.

- ¿What? ¿27,000 encuestados dijo?

Es un número gigantesco de encuestados, rompe la metodología de las empresas encuestadoras cuyo universo para este tipo de estudios oscila entre 1,200 y 1,500 ciudadanos.

- ¿Y encima el outsider sería del Apra?... No, es demasiado. Esta vez, el presidente se pasó.

Preguntemos ahora al gobierno cuánto costó la encuesta, quién la hizo, cuándo se realizó y cómo se pagó. Allí sí, todos a una, sus principales voceros se amparan en la cómoda y medrosa respuesta del no sabe, no opina, no responde.

El presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, dice, por ejemplo, que el gobierno no ha destinado “ni un centavo” de los recursos del Estado para la realización del gigantesco sondeo de opinión.

Jorge Del Castillo señala que no sabe nada, pero que tampoco es para tanto porque el Apra siempre fue “ninguneada” en las encuestas privadas y al final obtuvo mucho más de lo que pronosticaron las empresas de opinión de mercados.

Vayamos por partes.

Primero, habría que señalar que los gobiernos tienen el perfecto derecho de realizar encuestas de opinión para conocer no sólo el humor nacional, sino fundamentalmente para realizar el seguimiento a las obras de Estado.

Estos sondeos ofrecen información necesaria para la planificación de medidas propias de gobierno, miden el impacto de las mismas y ofrecen percepciones de la ciudadanía que ayudan a mejorar las acciones y la propia comunicación del gobierno.

La comunicación política está basada en el conocimiento de la opinión de los ciudadanos; en el análisis de sus respuestas y en el mejoramiento de la respuesta del Estado en sus servicios. El radar de la opinión ciudadana son las encuestas.

El problema radica cuando un gobierno en lugar de indagar sobre los principales problemas del país en sus diversas regiones, medir el impacto de las políticas de gobierno aplicadas y obtener observaciones que ayuden a corregir y mejorar dichas políticas, se dedica a auscultar la opinión política de la población con fines electorales.

Es probable que no exista una encuesta hecha a 27,000 personas mayores de 18 años. Ninguna empresa seria podría aceptar realizar ese esperpento técnico por otra razón que no sea la de embolsicarse más de 250 mil dólares, que es lo que se calcula costaría.

Pero, de por sí, preocupa que tengamos al presidente de la República jugando con los números, anunciando al país parcialmente los resultados e interviniendo de manera directa en el proceso electoral. Manipulando de alguna manera resultados que nadie sabe bien cómo se obtuvieron, quién los hizo, por encargo de quién y cómo se pagaron.

Nadie duda que el gobierno contrate encuestas. Los servicios de Inteligencia hacen encuestas. Las Fuerzas Armadas realizan encuestas.

Las empresas encuestadoras tienen entre sus clientes a ministerios y OPDs que disfrazan los sondeos de opinión con encuestas sectoriales.

Todos se conocen; saben quién es quién. Y saben también qué empresas encuestadoras han ganado más licitaciones en los últimos cuatro años.

¿Qué Contraloría ya anunció que investigará quien financió la mega encuesta del Presidente de la República?... Ese es un chiste tan grande como entrevistar a 27,000 connacionales. Primero que muestre la ficha técnica del sondeo. Será la delicia de los chicos de Estadística.

ACTUALIZACIÓN

Presidente García aclara que encuesta la realizó el APRA. En diálogo con RPP, afirmó que el sondeo se realizó a través de los 830 locales que el Apra tiene en todo el país, y se canalizó en su red informática.

El presidente de la República, Alan García Pérez, aclaró enfáticamente que la encuesta electoral, que ha despertado controversia en diversos sectores del país, se realizó con fondos del Partido Aprista Peruano (Apra), a través de su red informática, y que no se gastó "ni un centavo del Estado".

En diálogo con RPP, lamentó las críticas surgidas a raíz de la revelación de la realización de un sondeo, el cual, insistió, fue estrictamente privado.

"Quiero decir, respondiendo todas estas tonterías y temores, que es un estudio absolutamente privado, hecho por el Apra a través de su red informática", indicó.

Refirió que el sondeo se realizó a través de los 830 locales que el partido aprista tiene en todo el país, así como más de mil comités distritales.

El mandatario sostuvo que la información recogida por el personal de Apra permite tener un flujo de información que se centraliza en esta red informática.

Agregó que se consultó a la población aprista, así como externa, sobre la gestión de los ministros y la eficacia de los programas sociales.

.... Bien, es una encuesta hecha por apristas, al pueblo aprista y al pueblo en general, tabulada en el centro informático aprista... ahora ya sabemos porqué el "outsider" en ese sondeo fue el candidato aprista.

04 enero, 2010

¿Fujimori libre antes del 2032?

¿Qué podría provocar que Fujimori salga de la prisión antes de cumplir su condena el año 2032? El indulto, ya sabemos, no procede. Tampoco la amnistía, puesto que ha sido sentenciado por delitos de lesa humanidad. Entonces, ¿qué tendría que pasar para que el ex presidente no termine sus días en la cárcel?

Una primera vía sería la generación de una gran conmoción social. Un estallido civil violento de masas desbordadas que anhelan y reclaman por la fuerza la libertad de su líder. Una acción política de masas. En la línea del titular de hoy del diario fujimorista La Razón: "¡Comienza guerra por Fujimori!". Una lucha política en las calles, en suma.

Una segunda, no violenta, sería fruto del resultado electoral 2011.

Aunque primero sería necesario transformar la campaña electoral en una especie de plebiscito en el que se pone al pueblo en la disyuntiva de decidir por Keiko y la libertad de su padre, o no votar por ella y ratificar la pena del condenado.

En este caso, si Keiko gana de manera aplastante, no habrá forma de evitar que no le abra las puertas a su padre. Excepto, claro, una acción violenta de las masas que perdieron las elecciones.

Otra posibilidad es que Keiko no triunfe en las ánforas, pero alcanza una votación respetable que le permite tener una buena representación parlamentaria. En ese caso, el fujimorismo tendría la fuerza necesaria para obligar a los demás grupos políticos a reconsiderar el “asunto Fujimori”.

El país se dividirá entonces entre quienes querrán voltear la página de la historia y mirar hacia adelante y entre quienes defenderán el derecho a castigar los abusos del Estado y sus gobernantes.

En todos los escenarios el “factor Fujimori” será una constante en la política peruana. Su condena ratificada en segunda instancia es un capítulo más de una lucha política más larga.

Esta lucha política pasa por reconocer que todo delito debe ser castigado. El castigo debe ser justo y razonado, en consideración al daño infringido.

También que el primer deber del jefe del Estado es preservar la vida de todos los ciudadanos. No quitársela. Ni aplicar la justicia por mano propia. Ni apoderarse de todos los poderes y concentrarlos.

Un gobernante no puede abusar del poder ni caer en delitos de lesa humanidad sin que sea castigado ejemplarmente. No hacerlo es debilitar el estado de derecho y la democracia. Aceptar ser vasallos y no ciudadanos.

Lógicamente, nos ahorraríamos todos estos caminos si las fuerzas democráticas tuvieran la grandeza y lucidez de derrotar al fujimorismo, de manera contundente, en las ánforas.