Mientras el país convulsiona socialmente, el Congreso, ajeno a las marchas y contramarchas del interior, vive su propio tira y afloje, negociando bajo la mesa, puestos y cuotas de poder, en un tole-tole de todos contra todos.
A poco menos de diez días para renovar la Mesa Directiva, los grupos opositores no han logrado perfilar una candidatura que dispute la dirección del Congreso al oficialismo, el cual ya aseguró los votos de UPP y de los fujimoristas.
La responsabilidad es sólo de la oposición. Los apetitos de siempre lo impidieron.
Javier Bedoya y Alberto Andrade pugnaron por encabezar una fórmula alternativa, hasta ayer, pero, me temo, que la pista les quedó corta. A ello habría que agregarle una preocupante intervención de la lideresa de Unidad Nacional, Lourdes Flores.
La Dra. Flores Nano debe aclarar si recomendó a su bancada del Congreso retirar la candidatura de Javier Bedoya para apoyar la de Luis Gonzales Posada en aras de un respaldo al gobierno y al sistema democrático “frente a grupos violentistas que pretenden desestabilizarlo”, según refiere la Agencia Andina.
Sería una confusión total de la ex candidata presidencial –una más- que, en lugar de afirmar una candidatura de oposición en el Congreso que represente la verdadera correlación de fuerzas que eligió el electorado, pretenda afirmar el continuismo oficialista.
Se sabe que antes de reunirse con su bancada y plantear este golpe de timón Lourdes se habría reunido con Alberto Andrade, ex pepecista, líder de Somos Perú, miembro de Alianza Parlamentaria, quien también pugnaba por encabezar la lista opositora.
Sintomáticamente, ese mismo día, el diario Correo petardeaba la pre-candidatura de Andrade mediante una información desenterrada por la Segunda Fiscalía Superior Penal de Lima, a cargo de Ana María Calderón Boy, según la cual, la Municipalidad de Lima contrató irregularmente al estudio de abogados Blume y Amprimo cuando Andrade era alcalde metropolitano.
Por la noche, Lourdes se reunió con su bancada y prácticamente convenció a sus congresistas de no insistir con la postulación de Bedoya y, menos, apoyar la de Andrade. Su argumento central –harto discutible- fue respaldar al gobierno frente a la ola de protestas desestabilizadoras.
Así, una oposición desorientada y fuera de juego en las protestas sociales recientes, capitula en el único espacio en el que puede existir, envuelta en un cambalache por cupos, que le deja al gobierno la mesa servida para repetir el plato en la presidencia del Congreso. Bochornoso.
Congreso + Perú
Oposición democrática
Lourdes Flores
De este Congreso no se puede esperar nada constructivo. Mejor lo cerramos y convocamos a una Asamblea Popular Constituyente.
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