“Es el peor escenario para el gobierno y para los fujimoristas”, decíamos ayer al analizar la extradición de Alberto Fujimori al Perú. La llegada del procesado nos compromete a vigilar, evaluar y denunciar la triangulación de presiones que, a partir de ahora, se jugará en el Poder Judicial, el Gobierno, el Congreso, los medios y las calles.
Fujimori no ha sido, ni por asomo, condenado aún. La lucha por hacer que pague sus culpas, dentro de un juicio justo con las garantías necesarias de un debido proceso, acorde con una democracia que se respete de tal, tendrá que ganarse palmo a palmo. En todos los terrenos.
Los fujimoristas ya ejecutaron su primer movimiento. No aceptarán que su líder sea vejado, ni maltratado mediáticamente, ni menos que se le encierre en una prisión de máxima seguridad, acorde con sus antecedentes de fuga. Eso ha dicho Kekiko Fujimori. Es la táctica. Respeto para el Chino.
Pero la estrategia la ha expuesto mejor Martha Chávez. Ella ha dicho que así como Alan García fue absuelto por el Poder Judicial por delitos muchos más graves como “los penales”, de la misma manera Alberto Fujimori debiera ser absuelto de acusaciones de menor cuantía (en número de muertos, se entiende). Absolución de cargos.
Los fujimoristas presionarán a García y al propio Poder Judicial apelando a todos sus recursos. No se puede descartar incluso el chantaje de nuevos videos en manos de Fujimori o del propio Vladimiro Montesinos. Si en verdad existen estos videos comprometedores de personajes importantes de la esfera política-judicial, que según todos los indicios, Fujimori se llevó en varias maletas, este es el momento de ser usados.
Los votos fujimoristas en el Congreso también son parte del avituallamiento que tiene Alberto Fujimori para defenderse. Nunca como hoy estos votos valen tanto, si es que el gobierno quiere mantener la holgura en las votaciones que hasta ahora ha tenido. Impunidad por gobernabilidad sería el trueque.
En cuanto a las calles, habrá que esperar para sopesar la capacidad del fujimorismo para sostener un movimiento coordinado y suficientemente importante que amenace la tranquilidad y orden públicos. Las primeras reacciones han sido un ingreso kamikase al Poder Judicial y un pequeño grupo de simpatizantes al aeropuerto. Nada espectacular.
¿Qué hará el gobiermo? ¿transar? ¿apoyar al Chino en el Poder Judicial? ¿Comprometer a terceros? ¿Toledo por ejemplo? ¿la política del todos son corruptos? ¿ponerse de costado? ¿dejar que el Poder Judicial cumpla libremente su tarea?
La lucha será larga y en diversos frentes. Por más que Fujimori se esfuerce en demostrar que lo tenía todo calculado es evidente que la línea principal de su estratagema –su candidatura presidencial- ha sido derrotada. Quizás por eso declaró ayer a un medio extranjero que “un Fujimori será candidato el 2011”. No pensaba en él. Ya no.
Alberto Fujimori
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Es elocuente el silencio de Alan García. De su aparición diaria, o casi horaria en la prensa, ha pasado al silencio absoluto...
ResponderBorrarLos apristas ahora "controlan" parcialmente la información y las "órdenes" que pueda trasladar el extraditado a sus operadores. Eso los convierte en oportunos socios nuevamente, al igual que en las elecciones de 1990. Por eso Santiago Fujimori ha dicho que van a seguir apoyando al gobierno. Están moviendo sus fichas para el 2011. ¡Pobre país!
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