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02 diciembre, 2007

Triángulo del desarrollo

La CADE 2007* terminó y una vez más dejó la sensación de haber invertido muchas horas al qué y escasos minutos al cómo. La reunión de ejecutivos confirmó que la inversión privada, el crecimiento económico sano y el rol promotor y subsidiario del Estado son necesarios para salir del subdesarrollo. El primer consenso –se puede afirmar- es el diagnóstico, ahora el asunto es cómo lo hacemos; cómo acortamos la brecha social, superamos la pobreza y damos el salto hacia el desarrollo.

Caminos hay varios, pero los que han sido estudiados señalan que todos pasan por aumentar la inversión en Educación, no sólo la básica, sino la superior incentivando la investigación e innovación cintífico-tecnológica. Es el caso de China, Japón, Corea, Taiwan, Singapur, Irlanda o España. En esa línea, bien vale el esfuerzo de unir Estado, empresa privada y universidad en un proyecto que nos permita alcanzar estos objetivos, conformando lo que llamaremos el triángulo del desarrollo.

Estudios recientes indican que cerca de un millón de jóvenes peruanos estudian nivel superior. Una mitad lo hace en 85 universidades del país y la otra en institutos técnicos. Pero ¿en qué medida estos jóvenes se insertan dentro del mercado laboral, ¿está la universidad formando los profesionales que el mercado demanda? Las cifras de desempleo y subempleo juvenil nos dicen que no.

Es necesario por ello establecer una alianza práctiva, ventajosa y rentable entre Estado, Universidad y Empresa Privada con la finalidad de lograr que la fábrica de profesionales que es la univerdad se oriente a las necesidades del mercado –en este caso la empresa- la cual a su vez incentiva la investigación universitaria aplicada a la industria aportando fondos directos, deducibles de impuestos.

La metodología es simple y no apela sólo a la sensibilidad social de los que más tienen, ni se queda en el concepto de responsabilidad social empresarial. Va más allá. Convierte a la empresa en socio de la universidad al financiar proyectos de investigación en áreas de interés de su propio negocio.

Por ejemplo, una empresa exportadora de fibra de vicuña o de tejidos o prendas hechos con ese material, ¿no estará interesada en financiar un proyecto de investigación de la universidad equis en aprovechamiento de pastizales o mejoramiento genético de la fibra de camélidos para la exportación?. ¿Podría convocarse a un concurso entre las universidades del país para promover entre sus estudiantes el interés en desarrollar estos proyectos financiados por la empresa privada?

Obviamente la empresa no lo haría por su espíritu de buen samaritano, sino porque está dentro de su área de interés, potenciaría su negocio y porque, además, sería deducible de su pago de impuestos, que es donde intervendría el Estado.

En este triángulo que une al Estado, la Empresa Privada y la Universidad, todos ganan. La universidad tendría recursos para investigación, las empresas aplicarían dichas investigaciones en sus productos y el Estado mejoraría la calidad del gasto en educación. ¿Se animará alguno de los tres sectores a dar el primer paso?

* Conferencia Anual de Ejecutivos



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