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19 septiembre, 2008

Un desequilibrado ministro de Salud

El ministro Garrido Lecca no sólo es un obstáculo para solucionar la huelga médica. Está descalificado moralmente para conducir el ministerio. Ha perdido el equilibrio emocional que se requiere para ejercer el liderazgo que necesita el sector.

Despedir a un empleado “así su madre tenga cáncer” revela insensibilidad, estulticia y matonería, propias de alguien no apto para dictar la política de salud del país.

En este caso, no bastan las disculpas públicas. Su actitud revela el mismo comportamiento temperamental que tuvo cuando señaló que en Marcahuasi utilizó un periódico para limpiar sus excretas.

El ministro está desequilibrado.

Arremeter con cámaras en los dormitorios de descanso de los médicos, es una conducta tan temeraria como arrebatar a pacientes de hospitales públicos.

Lo único que ha logrado el ministro intruso y prepotente ha sido empujar a los médicos de Essalud a unirse con sus colegas del Ministerio de Salud. En esto sí ha tenido éxito.

El ministro no debe dar un paso al costado. Debe dar dos pasos atrás y retirarse de la cartera. Su conducta polariza en lugar de allanar un camino de solución.

¿Qué espera el presidente García para cortar por lo sano de una vez por todas? ¿Es tan difícil desprenderse de su ex cajero de campaña?



3 comentarios:

  1. Anónimo10:03 a.m.

    Ese ministro esta realmente desequilibrado pero creo que mas loco esta Crazy Horse que viendo cada papelon que hace publicamente no lo saca que sera no? por que no lo saca?

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  2. Anónimo10:07 a.m.

    ¿qué espera el prsidente García? por favor si este presidente es tan desequilibrado como su compinche y socio Garrido Lecca

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  3. También Castillo se suma a defender lo indefendible.

    Ahora dice que el ministro de Salud "pasaba por un mal momento cuando lanzó esas expresiones", y lo justificó al afirmar que "nadie es de fierro".

    Gracias a Pepitas.com tenemos el inmisericorde audio:

    "Lo primero que quiero hacer es ofrecer mis disculpas y manifestar la vergüenza que siento por la tardanza... Yo soy absolutamente estricto en lo que es el cumplimiento de la hora. He estado en la Universidad Católica. Iba a llegar diez minutos tarde por eso llamé, pero cuando llegue acá me encontré con que había llegado cuarenta minutos tarde porque a algún infeliz –o a varios en el ministerio de Salud– decidió resolver un conflicto de horarios de la manera más idiota de la que se puede resolver".

    "Acá está el programa de ustedes (11.05 am) y acá esta el mío (11.30 am)... Y me topo con un segundo problema. Aquí me ponen que el programa dura media hora y aquí vemos que el programa dura una hora. Entonces algún funcionario de tercer nivel que ya no trabaja en el ministerio hace más o menos media hora, porque uno no puede tener piedad en esas cosas. No me importa si su esposa o su madre tienen cáncer. Igual lo voy a botar, y lo voy a botar porque estas son estas cosas las que le hacen daño al país. Estas debilidades en el momento en el que hay que tomar decisiones y las decisiones
    no se toman".

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