El Presidente Alan García no es el único jefe del Estado en América Latina que lidia a diario con el escándalo de escuchas clandestinas y petróleo. Sus colegas de México, Felipe Calderón y de Bolivia, Evo Morales, tienen sus propios culebrones de chupuneo y corrupción.
El ministro de Comunicaciones y Transportes de México, Luis Téllez Kuenzler, reveló, accidentalmente el 2006, a una mujer con la que mantenía una relación amorosa prohibida, que el presidente de entonces, Carlos Salinas de Gortari, “se robó la mitad de la cuenta secreta”.
La cuenta secreta era una partida que los presidentes mexicanos podían manejar a discreción, sin dar cuenta a nadie de sus gastos.
La mujer que reveló el escándalo, Diana Pando, quien se califica a sí misma como una “niña bien… venida a muy mal”, decidió usar esta grabación por despecho para hacerle saber a su querido que no estaba interesado en su dinero –como él quiere hacer creer a todo el mundo acusándola de extorsión-, sino, en su “afecto”.
La grabación en sí misma no prueba nada, pero confirma la creencia popular de que todos los presidentes mexicanos –y por extensión, latinoamericanos- roban desde el poder.
El caso boliviano involucra corrupción en la empresa petrolera YPFB… y un asesinato.
A fines de enero, el empresario boliviano, Jorge O'Connor, representante de Catler Uniservice, fue asesinado de un balazo en el cuello, en La Paz. Meses atrás, YPFB le había adjudicado a esta empresa un contrato para construir una planta de gas por 86.3millones de dólares.
O'Connor llevaba consigo un maletín con 450 mil dólares cuando fue asesinado y se disponía a entrar a una vivienda de un familiar cercano a la esposa de Santos Ramírez, presidente de la petrolera YPFB.
La policía relacionó ambos sucesos: el maletín con efectivo y la licitación entregada por YPFB. El dinero estaba destinado a pagar una comisión ilegal por la adjudicación a Catler Uniservice de la construcción de la planta de gas.
Ramírez acaba de ingresar a la cárcel acusado de conducta antieconómica, uso indebido de influencias, contratos lesivos al Estado y cohecho pasivo. Era uno de los hombres del entorno del presidente Evo Morales; fundador del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) y presidente del Senado en el primer año de mandato del gobernante.
Estos casos, sumados a otros como el del Perú, en el que se involucra a militantes del oficialista partido aprista en acusaciones de corrupción en operaciones petroleras y negociados en el Estado, hacen de América Latina una tierra desolada de moral y ética en sus gobernantes.
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