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11 octubre, 2013

Avión presidencial: suave aterrizaje



Se ha desatado una tormenta política por el viaje del presidente Ollanta Humala a Tailandia e Indonesia para participar de la XXI Cumbre de Líderes de APEC, para lo cual tenía el permiso respectivo del Congreso, como dispone el Art. 102 inc. 9 de la Constitución Política del Estado.

El problema se origina porque el presidente decidió alterar su agenda internacional, terminar antes de tiempo su participación en APEC, adelantar su retorno y pasar por París, Francia, para entrevistarse en el Palacio del Elíseo con el presidente Francois Hollande.

No fue, en efecto, una visita oficial o de Estado, que se prepara con la debida anticipación, aunque por el fino protocolo francés, se parecía. Hoy sabemos que se trató más bien de una invitación del presidente francés por temas que aún desconocemos, pero que luego se ha informado estarían dentro del rubro de la defensa nacional.

La pregunta clave es: ¿alteró el Presidente Humala su itinerario para acceder a la entrevista con el presidente Hollande? ¿Se salió del marco de la autorización expedida por el Congreso para ausentarse del país? La respuesta es no. 

Es cierto que el presidente solicitó permiso a la representación nacional para asistir a la XXI Cumbre de líderes de la APEC, pero también lo es que para llegar a este destino en Bali, Indonesia, el presidente tuvo que seguir una ruta prevista, un plan de vuelos, hecho por la Fuerza Aérea del Perú para el desplazamiento del avión presidencial.

Este itinerario incluyó la siguiente ruta: Lima, Fortaleza (Brasil), Islas Canarias (España), Paris (Francia), El Cairo (Egipto), Bombay (India), Bangkok (Tailandia) y Bali (Indonesia). Siete países. ¿Tenía acaso el Presidente de la República permiso para viajar a todos estos países? No. ¿Ha violentado, en consecuencia, la Constitución por este hecho? Tampoco.

El avión presidencial es un Boeing 737.500 que tiene una autonomía de vuelo de seis horas. Es el avión más moderno que tiene la FAP. Puede recorrer el país de punta a punta tres veces sin recargar combustible. Cuando realiza viajes largos, como el que ahora comentamos, necesita realizar paradas técnicas cada ciertos tramos.

El plan de vuelos que programó la FAP para el avión presidencial con destino a Bali, incluyó Paris porque se decidió ir por Europa. Pudo haber tenido otra ruta por el Pacífico lo que implicaba pasar por Alaska, cruzar el Estrecho de Bering y llegar a Rusia, China, bordear la costa oriental del Pacífico y llegar a Indonesia. Pero es cuestión de gustos. 

El hecho que el presidente Ollanta Humala haya optado por ir en un tramo de la “ruta Europea” en avión comercial (Lima-Paris, París-Lima), no altera el itinerario acordado para el desplazamiento del avión presidencial.

En la medida que el encuentro con el presidente francés no era el obejtivo del viaje y el presidente Ollanta Humala ha seguido la ruta programada por el avión presidencial, siendo, además, el jefe de Estado, el conductor de la política exterior, no hay transgresión constitucional.

Lo que sí cabe pedirle al presidente es una explicación de los objetivos cumplidos con su presencia en El Palacio del Elíseo, los beneficios para el país de esa charla y, por supuesto, recomendarle que, en adelante, utilice el avión presidencial en todo su itinerario y no esté dándole el encuentro a mitad de camino en vuelo comercial. El avión presidencial tiene un aterrizaje no solo seguro, sino suave.

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