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12 febrero, 2022

Sacar petróleo del conocimiento

Las miles de especies marinas, aves, crustáceos, mamíferos —y una larga cadena alimenticia que empieza con el plancton— afectados desde el 15 de enero de 2022 por el derrame de 10,396 barriles de petróleo, junto a la parálisis económica de 2400 pescadores artesanales que han perdido su fuente natural de trabajo, es solo la muestra más palpable del daño causado por la empresa Repsol al medioambiente costero peruano. Demorará años volver a recuperar el ecosistema marino y económico, si acaso esto es posible.

 

Al final de las investigaciones, como corresponde, el Estado impondrá una multa a la transnacional. La cifra puede variar entre 30 mil a 50 mil UIT, esto es entre 138 y 230 millones de soles. Una parte de ese monto debe destinarse directamente a investigación. El país necesita conocer en detalle la evolución y recuperación del medioambiente marino para ayudar a mejorar las tareas que biólogos, zootecnistas, botánicos y especialistas en la materia deben realizar para la pronta recuperación del ecosistema. 

 

Para nadie es un secreto lo rezagados que estamos como país en inversión en investigación, ciencia y tecnología. El Perú destina a este rubro entre 0,15% y 0,2% de su PBI, mientras que países como Chile, Colombia —para no hablar de los países miembros de la OCDE— invierten 4,5% de su PBI. El desastre ecológico actual puede ser un buen momento para ayudar a revertir estas cifras.

 

Actualmente, la empresa privada cuenta con una herramienta legal para apoyar la investigación científica, la innovación y el desarrollo. Se trata de la Ley 30309, que otorga a las organizaciones empresariales la deducción de impuestos por inversión en I+D. Este dispositivo vence en diciembre de este año, por lo que convendría ampliar su vigencia. 

 

Repsol conoce este dispositivo y de hecho lo ha usado junto a otras 12 grandes compañías que concentran el 87% de los recursos recaudados por esa vía. Ahora, en donde hay que poner el foco es en el monitoreo biológico-ambiental de las 24 playas afectadas. A las iniciales de I+D debemos hoy agregarle una E, de Ecosistema, para conocer y hacer ciencia sobre el efecto del petróleo en el conjunto de especies que interactúan en su propio ambiente.

 

Destinar una cantidad de la multa a I+D+E en el área afectada es una respuesta inmediata. A esta tarea debe sumarse la universidad peruana, institución llamada a hacer ciencia junto a la comunidad científica internacional. Urge que la academia presente proyectos y programas de investigación liderados por Concytec que puedan ser financiados por la empresa privada directamente.


Que las empresas destinen un porcentaje permanente de sus impuestos a la tarea de realizar investigación en el mar peruano es una meta que debemos alcanzar para beneficio de todos. No solo si queremos elevar el promedio de 6 papers por cada 1000 millones de dólares de PBI, sino para conocer mejor nuestros recursos y, sobre todo, cómo cuidarlos. Si de algo hay que sacar petróleo es del conocimiento.

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