Se ha ofrecido construir un Museo de la Memoria en un país desmemoriado. Esa es la tragedia. Desde el gobierno, se ha dispuesto –literalmente hablando– echar tierra sobre los muertos ya muertos. Ahora se entiende a Vallejo: “Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo!”.
Tenemos un ministro de Defensa que no defiende la memoria, defiende el olvido y -quien sabe-, con el la impunidad.
Los gobernantes nos dicen que nadie quiere acordarse de los miles de muertos que dejó la guerra interna. Que todos quieren olvidar la etapa de horror y muerte ciega que vivimos los peruanos. Que un Museo de la Memoria es mantener abiertas las heridas.
Mentira. Las heridas jamás se cerraron; continúan abiertas esperando justicia. No ojo por ojo; justicia. No castigo; justicia.
¿Y qué es justicia? dirán. Es paz, reconciliación, desarrollo, inclusión.
Justicia es pan.
Pero no el pan del ministro de Defensa: "Si yo tengo personas que quieren ir al museo, pero no comen, van a morir de inanición. Hay prioridades".
Sino el pan nuestro de cada día, ese que se gana con sudor, con trabajo, con dignidad.
¿Por qué tanto temor a la memoria colectiva de los pueblos?
Todos los pueblos que han sufrido guerras y destrozos físicos y psíquicos, erigen museos no para conmemorar el horror, sino para recordar lo que no debe volver a suceder.
Las heridas de la guerra no sanarán si no somos capaces de asumirlas plenamente. ¡Un presidente está sentado en el banquillo acusado de crímenes de lesa humanidad!
Ni el ministro de Defensa, ni las Fuerzas Armadas, tienen por qué sentirse ofendidos si se construye un museo que muestre la brutalidad de la guerra interna.
No hay guerra limpia. El hombre es el lobo del hombre y eso se cumple en toda acción de armas.
¿Y para qué queremos un Museo de la Memoria?
Para enseñarle a las futuras generaciones que no deben caer en el oscurantismo del terror.
Para que nuestros hijos aprendan que la paz que hoy disfrutamos fue -un día no muy lejano- un tiempo oscuro.
Para que no olvidemos todos que en nombre de la paz, hubo peruanos que se mancharon las manos de sangre.
Para no ser un país de desmemoriadas gentes.
Es hora de recordarle al gobierno que no tiene ningún derecho a negar una donación del Gobierno alemán PARA EL PUEBLO PERUANO.
ResponderBorrarLa donación no es para el gobierno.
VR
“Se debe aceptar la donación para el Museo de la Memoria”
ResponderBorrarDefensora del Pueblo pide reconsideración al gobierno. Por su parte el ex presidente de la CVR Salomón Lerner dice que es una vergüenza proponer darle otro uso a la donación.
Miluska Soko
(Diario La República 28/02/2009)La defensora del Pueblo, Beatriz Merino, exhortó al Ejecutivo a reconsiderar su decisión de no aceptar una donación del gobierno alemán por US$ 2 millones para la construcción y mantenimiento de un Museo de la Memoria, que exhiba imágenes y testimonios de la época de violencia interna.
En su discurso, Merino señaló que estos museos son necesarios como espacios de reflexión contra el olvido, especialmente en las sociedades en las que hubo periodos de violencia. Puso como ejemplo la muestra fotográfica Yuyanapaq, que se exhibe en el Museo de la Nación, que representa el derecho que tienen las víctimas a permanecer en la memoria de la sociedad y el Estado. Para la Defensora, el Museo de la Memoria permitirá entender que el periodo de violencia política es un capítulo terminado e internalizado por todos los peruanos para que jamás se repita.
En relación con la contrapropuesta que presentaría el gobierno peruano para que se destine el donativo a programas de ayuda a las víctimas de la violencia y no a la construcción del museo, Merino dijo que la responsabilidad de realizar las reparaciones de las víctimas es del Estado peruano y no del alemán.
El ex presidente de la Comisión de la Verdad Salomón Lerner dijo que el gobierno busca con su contrapropuesta anular la iniciativa del Estado alemán. Calificó el pedido como “una vergüenza”, sobre todo por venir de un gobierno que se precia de alcanzar un crecimiento del 10% anual y a pesar de esto no hace nada para ayudar a las víctimas de la violencia. Esto se traduciría –dijo– en “una autoculpación de que hay cosas importantes que no se han hecho, pudiendo hacerse”.
Se mostró sorprendido por las declaraciones del premier Yehude Simon en favor de la contrapropuesta del gobierno, y dejó entrever que la explicación de la negativa del gobierno a construir el Museo de la Memoria se encuentra en algunas fotos de la exposición Yuyanapaq, que pueden indicar una responsabilidad que no se quiere asumir.
El dato
Lo que dice yehude. El premier lamentó que el ex presidente de la CVR Salomón Lerner afirmara que plantear una contrapropuesta a la donación alemana es un acto de “desprecio” a las víctimas de la violencia. Además aseguró que “a diferencia de gobiernos pasados”, el régimen de Alan García ha entregado 108 millones de soles en reparaciones a las víctimas de la violencia interna y ha invertido 500 millones en obras sociales en los distritos afectados por el terrorismo.