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19 abril, 2013

La levedad de la política peruana


Ha habido confusión y tergiversaciones interesadas sobre la posición de Perú Posible en el caso Venezuela. Es producto de la levedad de la política peruana, esa manera ligera de entender las cosas y actuar en caliente.

No se ha querido entender la posición principista de Alejandro Toledo de respetar la atribución presidencial de viajar al exterior con su opinión de fondo sobre el proceso electoral venezolano.

Haciendo una cabriola increíble, algunos saltaron de aprobar en el Congreso la salida del presidente a Venezuela a respaldar la elección de Maduro.

Y así resultó que fujimoristas aparecían como “defensores de la democracia en Venezuela”, mientras que los peruposibilistas eran empujados, casi, casi, a ser cómplices del chavismo. De locos.

La carta de Alejandro Toledo aclara las intenciones malsanas de sus enemigos de siempre.

Allí el líder de Perú Posible señala que una cosa es ser  respetuoso de la Constitución y coincidir en que el presidente tiene el derecho de solicitar permiso a la representación nacional para viajar fuera del país, y otra muy distinta es “inferir que con esa acción se avala o se entrega carta blanca a un proceso electoral irregular y a todas luces no transparente”.

Toledo ha sido uno de los pocos que alzó su voz tempranamente sobre el proceso electoral venezolano. Junto a un grupo de ex presidentes de la Región, lideró esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil latinoamericana para exigir elecciones limpias y transparentes, sin trampas, en Venezuela con presencia de observadores internacionales.

Firmó una carta en ese sentido y dio entrevistas a diversos medios principalmente de Venezuela, Colombia y España. Los medios en el Perú estaban en otra cosa, ocupados en temas  locales.

“Si el Presidente de la República quiere viajar a Venezuela que asuma su responsabilidad política ante el país. Que asuma los costos de apoyar a un gobierno ilegítimo cuyo dudoso origen ha sido denunciado por las fuerzas democráticas de Venezuela y de la comunidad internacional”, ha referido Toledo en su carta.

Y esa es una posición correcta.

De aquí en adelante corresponde analizar el rol que jugará el Perú en el contexto geopolítico regional y ver de qué lado se coloca. Es el papel del presidente y su partido. Para eso ganó las elecciones. Pero también es su responsabilidad.

Corresponde al resto de fuerzas políticas expresarse públicamente sobre este rol. Y siempre se podrá estar a favor o en contra. Si se discrepa, se dirá. Si se cree conveniente pasar de la crítica a la acción, se hará.

Pero que nadie se rasgue las vestiduras presentando muñecos donde no los hay o armando situaciones inverosímiles donde solo hay principios y coherencia en la forma de ejercer la política.

Como ha remarcado Toledo, “La defensa de la Democracia es mi compromiso de vida y sobre eso nunca cambio, ni cambiaré”.


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