11 febrero, 2012

Un nueva mirada a la gestión del Agua

Ahora que La Marcha del Agua llegó a Lima y terminó con dos propuestas legislativas –prohibir la minería en las cabeceras de cuenca, prohibir la modalidad extractiva de tajo abierto y prohibir el uso de cianuro– es recomendable echar un vistazo a una propuesta diferente ubicada en la zona alta de la Cuenca de Lurín.

Con esfuerzo, inteligencia y trabajo comunal, los pobladores de San Andrés de Tupicocha han logrado construir en las alturas de Lurín, a más de 3 mil msnm, ocho reservorios que, en conjunto, almacenan 1 millón de metros cúbicos de agua… Para que tengan una idea de lo que esto significa, las cuatro lagunas del Proyecto Conga en Cajamarca representan en total 1 millón 400 mil metros cúbicos de agua.



SAN ANDRÉS DE TUPICOCHA

San Andrés de Tupicocha es un distrito rural ubicado sobre los 3,500 msnm, en la parte alta de la Cuenca de Lurín, a tres horas de Lima, capital del Perú. Es uno de los 10 distritos que forman esta cuenca.

Tupicocha fue fundado el 31 de diciembre de 1943, pero los primeros asentamientos humanos datan de tiempos prehispánicos. Actualmente, su población, cercana a los 2,500 habitantes, es principalmente agrícola y ganadera.

El principal problema de esta zona altoandina es la escasez de agua. Aquí llueve tres meses al año, entre enero y marzo, y no hay río que abastezca a las diez comunidades, parcialidades o “ayllus” ubicados en diversos pisos altitudinales. El resto del año es seco.

Desde hace unos años, con una visión de desarrollo orientada a mejorar la capacidad productiva de su población, la Municipalidad Distrital de San Andrés de Tupicocha, viene impulsando un programa de manejo racional del agua con fines productivo-económicos y ecológicos.

En Tupicocha convive lo ancestral y lo contemporáneo; herederos de una cultura milenaria, sus pobladores mantienen vivos los ritos prehispánicos, costumbres y modos de organización cultural, al tiempo que realizan grandes esfuerzos por introducir técnicas modernas de producción y mercadeo.

PLAN INTEGRAL DE GESTIÓN DEL AGUA
Un ejemplo de ello es el Plan Integral de Gestión del Recurso Hídrico que consiste en mejorar las capacidades de la población para almacenar el agua, “sembrándola” en las partes altas mediante surcos o acuíferos ancestrales, represándola mediante la construcción de reservorios y mejorando el sistema de riego para uso racional y eficiente del recurso hídrico.

El Plan Integral de Gestión del Recurso Hídrico tiene cuatro componentes:

1. Las Amunas
Es una tecnología ancestral prehispánica basada en el trabajo comunitario que realizan anualmente grupo de familias y que consiste en infiltrar o “sembrar” agua de lluvia en el subsuelo, alimentando de esta manera la napa freática.

2. Construcción de Represas
Aprovechando las condiciones geomorfológicas del terreno se busca depresiones o “vasos” naturales para construir en ellos reservorios o represas de mediana y gran capacidad. Dependiendo de la calidad del suelo, en algunas de estas construcciones, se utiliza también geo-membranas para impermeabilizar el terreno.

3. Riego Tecnificado
Que consiste en capacitar a los agricultores de la zona para introducir las técnicas de riego por goteo y por aspersión, dependiendo de los cultivos, principalmente para los productos de panllevar, bajo la lógica de quien controla el agua, controla el mercado.

4. Forestación de Terrenos eriazos
El propósito es asegurar el buen uso de los suelos, implementando plantaciones forestales nativas, adecuadas a las condiciones climáticas y topográficas del lugar, con la finalidad de favorecer el ensanchamiento del acuífero y la esponja hídrica.

UN MILLÓN DE M3 DE AGUA ALMACENADA
A la fecha en Tupicocha se han construido 8 reservorios de agua, que en conjunto suman alrededor de 1 millón de metros cúbicos de agua almacenada, lo que les permite irrigar 300 hectáreas nuevas de tierra y tener hasta dos campañas agrícolas anuales. Las represesas construidas son las siguientes:

Represas - Capacidad/ M3
Ururi: 500,000
Cantajueyqui: 170,000
Yanisiri I: 50,000
Yanisiri II: 43,000
Hueccho: 30,000
Pato Negro: 18,000
Huanchicara: 10,000
Cancasica: 50,000

Todos estos reservorios sirven para acumular las aguas de lluvia y escorrentías no permanentes, con fines económico-productivos y ecológicos.

Almacenar el agua de esta manera para usarla en los períodos de escasez, permite no sólo regar pequeñas parcelas familiares, sino, ganar nuevos terrenos cultivables y rentabilizar el campo con mejores productos para el mercado. Es pasar del autoconsumo al agro moderno y sostenible.

CONTROLAR EL AGUA ES CONTROLAR EL MERCADO
Los beneficios de manejar de manera integral el recurso hídrico son múltiples. Por un lado, se utiliza eficientemente el agua; y por el otro, se logra mejores cosechas, mejores productos y, por lo tanto, mejores ingresos para las familias.

La población puede planificar cuándo y qué sembrar para posicionar mejor su producto. De esta manera, los cultivos se programan para cosecharse en épocas de escasez con la finalidad de obtener mejores precios en el mercado.

Actualmente, los productos que tienen mejores ventajas competitivas en la zona son: la manzana, el membrillo, la papa, las yerbas aromáticas, la alfalfa y la arveja. Así como también la crianza de animales de pastoreo y animales menores.

Tener un sistema regulado del agua permite a los agricultores dosificar y planificar su uso en el momento oportuno. Manejar el agua permite controlar la salida del producto al mercado.

Con el asesoramiento técnico del proyecto “Desarrollo Territorial y Generación de Empleo en la Cuenca de Lurín” del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia (CGDD), se viene capacitando a las comunidades de la Cuenca para formar cadenas productivas que les permita atender de manera ordenada y sostenida la demanda del mercado.

RESPUESTA A LA NATURALEZA Y AL CAMBIO CLIMÁTICO
La Municipalidad de Tupicocha ha logrado articular una visión integral del manejo del agua y del desarrollo territorial de la cuenca.

Esta política de manejo integral del agua es también una buena respuesta al cambio climático, en un contexto en el que, cada vez, el agua es más escasa, sobre todo por la desglaciación de nuestras cordilleras y la alteración del clima y del periodo de lluvias.

La población, predominantemente campesina, diseminada en pequeñas comunidades, ubicadas en diferentes pisos altitudinales, dentro de una economía y asentamiento vertical, se ha adaptado y ha vencido la difícil orografía andina.

Hoy Tupicocha busca el mejoramiento económico familiar a través de experiencias exitosas en el campo y en la transformación de sus productos.

El agua se convierte así en el inicio de un ciclo mayor que impacta directamente sobre la calidad de vida de la población.

El Perú es -lo sabemos-, uno de los tres países más vulnerables al desequilibrio medioambiental y al cambio climático, lo que nos sugiere cambiar rápidamente la forma en que vemos, manejamos y usamos el agua.

En medio del impacto climático y la afectación de los patrones de lluvia, urge un manejo integral del recurso hídrico.

No basta la queja y el reclamo. Es hora de replicar las buenas experiencias que existen en el país en el manejo integral del agua. Aquicito nomás, a tres horas de Lima, tenemos una que puede dar pie a lo que sería un Programa Nacional de Construcción de Reservorios en las Cabeceras de Cuenca… ¿Qué esperamos para dar el siguiente paso?

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