28 diciembre, 2006

La fábrica de denuncias

La fábrica de denuncias existe. Lo ha probado ayer el ministro de la Producción , Rafael Rey al acudir raudo a Palacio de Gobierno a recabar copias de facturas y boletas y salir a denunciar la compra de lentes y perfumes.

Rey se entrevistó con el gerente general de la fábrica de denuncias, el mismísimo Presidente de la República , quien le entregó un estudio pormenorizado de los gastos de su antecesor en Palacio de Gobierno.

¿Alguien se ha preguntado quien realizó ese trabajo?, ¿habrá sido parte de un informe de auditoría interna?, ¿o algún informe preliminar de Contraloría? Nada de eso. Es el resultado de un grupo de trabajo que desde hace cinco meses trabaja para García en Palacio y cobra honorarios por recibo.

El ministro Rey presentó documentación interna de Palacio que ha sido manipulada por esta gente, ajena al sistema nacional de control. Ese fajo de facturas llegó luego a medios de comunicación amigos como Frecuencia Latina.

Desde el patio central de la fábrica, Rey hizo su trabajo y reveló la compra de perfumes, lentes para sol y cigarrillos para Chantal. Luego, se paseó por todos los medios a repetir lo mismo.

Triste papel el del presente Gobierno. Encausar a su antecesor por la compra de perfumes, anteojos y cigarrillos, es rebajar el nivel de la política a un punto jamás antes visto.

Pero la respuesta del Gobierno no sólo se limitó a utilizar a su rabona política, Rafael Rey, para salir a defenderlo. Rey cumplió en exceso su tarea y se encargó de colocar a sus protegidos -Carmen Burga y Peter Menacho- en Radioprogramas del Perú, los testigos del caso de las firmas falsas que recibieron dinero y celulares de su ONG.

Respecto a las cifras concretas del gasto de Palacio, lo que sostiene el Gobierno es un chiste. Junta presupuestos de otros sectores y los suma. Así, carga en la cuenta de Toledo los gastos del combustible del avión presidencial (que pertenecen al sector Defensa), los gastos de la Secretaría de Comunicaciones (que están en el pliego de la Presidencia del Consejo de Ministros), los gastos por viáticos (que los asume el sector que viaja), y hasta el gasto de un documental del ministerio de Industria. Es decir, junta papas con camotes.

No pues, señor García, así no se maneja la contabilidad del Estado. Eso no es serio. Es una chambonada que sólo busca enlodar personas.

El resultado ha sido un primer jalón de orejas para el Gobierno de parte de los empresarios, en este caso, José Miguel Morales, Presidente de la Confiep , quien expresó su fastidio por el grado de intolerancia que percibe en contra del Presidente Toledo.

Fastidio que empiezan a sentir otros sectores de la población y señal de que no todos han perdido la sensatez.

26 diciembre, 2006

Gastos, trastos y oropel

El Presidente ha vuelto a derrapar el cargo. Lo degrada cada vez que se aleja del justo medio y acusa sin pruebas por afán protagónico. Esta vez las ha vuelto a emprender contra su sucesor, Alejandro Toledo, acusándolo de despilfarro en los gastos de Palacio.

Ya lo hizo antes, el 30 de agosto de este año, cuando justificó la contratación de un procurador -amigo suyo- para investigar los supuestos gastos superfluos del gobierno anterior.

No contento con eso, García también contrató un equipo de fotocopiadores y los puso a trabajar en el piso ocho del Edificio Pizarro hurgando facturas. Luego las distribuyó a la prensa. (Ver post del 5 de diciembre).

Ahora vuelve a la carga y señala que en Palacio se gastaron 340 millones de soles en cinco años. "Eso a mí me parece un crimen, que no se hayan robado (el dinero) es una cosa, pero que los han gastado con una largueza casi delictual si es un problema", declaró a la prensa tras salir de la misa de Navidad.

La cifra de 340 millones de soles en gasto es espantosa y distorsionada por donde se la mire. Lo que se gastó en el despacho presidencial del 2001 al 2006 fue 187 millones 834 mil 036 nuevos soles. Es decir, 152 millones de soles menos de lo que ha malinformado el Presidente.

García tiene un problema serio con el manejo de las cifras y las infla y manipula con descaro. ¿Será por eso que quiere manejar el Instituto Nacional de Estadística (INEI) para que nadie fiscalice los indicadores de gestión de su gobierno?

La única largueza en este juego parece ser la lengua presidencial que no la puede contener en medio de un proceso de investigación a cargo de la Fiscalía de la Nación que ha tenido que hacerle ver al señor Presidente que no se puede iniciar juicio a nadie con simples recortes de periódicos que a su vez son simples reproducciones de fotocopias que le alcanzan sus esbirros de Palacio.

Hoy en Palacio los gastos han disminuido, pero no los consumos. Sucede que existen generosos donantes que se encargan de aliviar las cuentas de las atenciones palaciegas, sin comprometer el presupuesto asignado al despacho presidencial.

Se sabe que muchas de las atenciones en licores, almuerzos y finos bocadillos de la familia y amigos del Presidente son solventados por el bolsillo del diligente secretario general. Lo que nadie sabe es con dineros de quién se pagan esos gastos.

Esa es la diferencia fundamental entre los gastos del anterior gobierno y la manera cómo se manejó el presupuesto del despacho presidencial desde siempre. Nadie encontró, por supuesto, archivos contables de lo gastado por Fujimori o García cuando estuvieron en el poder.

Toledo creó el pliego presupuestal para el despacho presidencial; monto que a partir del 2002 se presenta anualmente al Congreso, se discute y aprueba. La ejecución del mismo se publica en una página web bajo el concepto de transparencia informativa.

¿Quién paga ahora las comilonas palaciegas? Nadie lo sabe, nadie pregunta y nadie investiga tampoco. ¿Quién dona al despacho productos diversos para las atenciones oficiales que siempre existen? ¿Quién está enjuagando estos trastos? Sería bueno conocerlo.

Como el cobre necesita un baño ácido para refulgir, García requiere primero echar barro a su antecesor acusándolo de despilfarro y boato para luego él bruñir su imagen de prudencia y austeridad. Lo que no calcula es que todos empiezan a darse cuenta que ese brillo es sólo de oropel.

24 diciembre, 2006

VRAE: ensalada de coca

Fernando Rospigliosi, especialista en temas de defensa, narcotráfico y terrorismo, maneja la teoría que la emboscada de Machente fue un golpe del narcotráfico a un operativo exitoso realizado por la policía antidrogas semanas atrás. Para responder la estrategia represiva del Estado, los narcos contrataron a su brazo armado, Sendero Luminoso y emboscaron la patrulla para decir: aléjense de nuestras tierras. No los queremos aquí.

Otro analista, Jaime Antezana, sostiene que la emboscada fue más bien en respuesta a la presencia de los ministros de Defensa e Interior que estuvieron en esas tierras apenas dos semanas antes del atentado. En esa oportunidad, las autoridades anunciaron acciones conjuntas de las fuerzas armadas y policiales, mayor presupuesto para el sector y la conformación de la región policial del VRAE. Es decir, mayor presencia del Estado en esa zona.

Un tercer observador político, Santiago Pedraglio, afirma que es necesario que las autoridades definan cuál de las fuerzas es la más activa para poder delinear qué tipo de estrategia diseñar, qué fuerzas se requieren y qué papel se le debe asignar a las Fuerzas Armadas y Policiales.

En lo que no hay duda es en la importancia que ha ganado el eje del Valle del Río Apurímac – Ene (VRAE) en el mapa de la droga en el Perú, al punto que hay quienes piensan que en poco tiempo esta zona desplazará al Alto Huallaga en la producción de hojas de coca.

Según las conservadoras cifras de Devida la producción de cultivos de coca en el país es 48,200 hectáreas. De éstas, el 65,4% están en el Alto Huallaga, Monzón y en el VRAE.

En su informe oficial, "Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2007-2011", Devida reconoce que el narcotráfico en el Perú ha pasado de productor y exportador de PBC a ser productor y exportador de cocaína, sin necesitar a intermediarios colombianos o mexicanos.

El narcotráfico inyecta además unos 380 millones de dólares netos a la economía nacional, producto de la sobre producción de hoja de coca que excede en once veces la demanda legal. Aunque hay quienes piensan que esta cifra se debe multiplicar por cuatro.

Para atender el mercado tradicional y medicinal se necesitan unas 9 mil toneladas de hoja de coca, pero se producen 106 mil toneladas de hoja de coca. Un fuerte impacto que es responsable de un tercio de las tierras deforestadas en el país. Demasiado como para pensar en usarlas en ensaladas como propuso recientemente el Presidente Alan García, ¿verdad?

23 diciembre, 2006

Pena de Muerte o Discours de Mort

La emboscada a la camioneta policial fue feroz; en el peor estilo senderista. La ministra del Interior, Pilar Mazzeti, ha revelado detalles del atentado. Agazapados en los matorrales, los atacantes aguardaron a sus víctimas durante horas. Cuando los tuvieron en la mira les dispararon sin tregua. 148 tiros de fusiles de guerra. Los policías no tuvieron opción de repeler el ataque. Luego de acribillarlos, los homicidas se acercaron y los remataron.

Fue un acto de crueldad suma que ha llevado –del verbo incontenible del Presidente de la República-, ha reabrir el debate en torno a la aplicación de la pena de muerte para terroristas. Luego de un acto de extrema violencia como el descrito, es lógico que la pasión se desborde.

Pero la diferencia entre el gobernante y los gobernados debe ser, precisamente, discernir entre acciones emotivas y actos racionales. Serenarse en los momentos más difíciles y aquietar la pasión para pensar como conductor y no como un simple mortal que clama venganza.

¿Puede el Estado responder a la violencia extrema con la misma arma? ¿Cómo enfrentar un acto calificado de vesánico y demoníaco por el propio Jefe del Estado, sin caer en la lista de países bárbaros?

Algunos lectores han equivocado mi interpretación sobre el uso legítimo de la violencia con la decisión de aplicar –y eventualmente ampliar- la pena de muerte.

“El Estado debe eliminarlos sin contemplaciones. No valen aquí argucias como instaurar un diálogo político o incorporarlos a la vida política, como reclamaron los rezagos senderistas en el reportaje de televisión. Quien usa las armas para hablar debe esperar respuesta en el mismo lenguaje”, señalé en mi post anterior.

Me refería a las leyes de la guerra. No a la aplicación de la pena capital. En el combate armado hablan las armas. En la vida civil rige la ley. En la convivencia democrática la ley y la justicia. En el campo de batalla, los soldados tienen el deber de protegernos con el uso de sus armas. Si Sendero dispara a matar, las Fuerzas Armadas y Policiales tienen el legítimo derecho de eliminarlos de la misma manera.

La pena de muerte implica salirnos del amparo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. A partir del 10 de enero del próximo año, el Congreso pondrá en agenda este tema. Se discutirá la propuesta enviada por el Ejecutivo el pasado 11 de noviembre. El debate excederá el foro legislativo. Es necesario que así sea para asegurar que la decisión que se adopte sin apasionamientos, ni odios.

La emboscada senderista ha caído como anillo al dedo al discours de mort del Presidente García. Pero, cuidado, pena de muerte en combate es una cosa y pena de muerte por venganza o cálculo político, es otra totalmente distinta.

18 diciembre, 2006

El oscuro Sendero

Sendero ataca nuevamente. Una camioneta de la Policía Antidrogas fue emboscada y acribillida en el camino. Ocho muertos. Los peritos contaron más de 100 orificios de bala en el auto siniestrado. Es una demostración de fuerza de un grupo que política y militarmente fue derrotado, pero que todavía mantiene un grupo de hombres armados deambulando por la selva.

Estos hombres atacan no para conquistar el poder como ilusoriamente pensaron sus fundadores a inicios de los ochenta, sino para proteger una zona económica que vive gracias al narcotráfico. Son mercenarios a sueldo de los cocaleros y carteles.

Hace unas semanas, este grupo reapareció en televisión. A diferencia del pasado en que sus combatientes se mimetizaban con los campesinos, lucieron uniformes con logotipos impresos en el pecho que decían “PCP, Ejercito Guerrillero Popular”. Una pantomima, un show para la televisión. En ese reportaje mostraron armas de guerra modernas, algunas de largo alcance.

El hecho que se disfracen de guerrilleros y que ofrezcan conferencias de prensa para la televisión no quiere decir que no se les tome en serio. El ataque de ayer en La Mar, Ayacucho , así lo demuestra. La emboscada al grupo policial antidrogas y a trabajadores de la Empresa Nacional de la Coca, Enaco, indica quienes son ahora sus principales objetivos militares. Es una guerra contra el poder del narcotráfico.

El Estado debe eliminarlos sin contemplaciones. No valen aquí argucias como instaurar un diálogo político o incorporarlos a la vida política, como reclamaron los rezagos senderistas en el reportaje de televisión. Quien usa las armas para hablar debe esperar respuesta en el mismo lenguaje.

Sendero nació a inicios de los ochenta y usó la lucha armada como vía para fundar lo que llamo la “Nueva República”. Ese proyecto político fue derrotado en el campo y en la ciudad, cuando las comunidades se revelaron contra él y cuando las Fuerzas Armadas entendieron –y aplicaron- una de las leyes de guerra: ganarse a la población.

Fue una guerra dolorosa, con errores, excesos y con muertos inocentes, por cierto. De alguna u otra manera, todos hemos pagado sus consecuencias. Por eso mismo, no podemos permitir que resurja el terror como método de lucha.

Si antes Sendero emboscaba patrullas y remataba a sus víctimas con pedradas inmensas en la cabeza, hoy no se ahorra las balas para matar. Sendero podrá haber cambiado de táctica –ya no ataca poblados indiscriminadamente, ni causa apagones-, pero, en esencia, sigue siendo la misma maquinaria de guerra; disminuida numéricamente -se calcula unos 300 combatientes-, aunque mejor armada.

Más de 60 mil víctimas del terrorismo no dejan lugar a dudas. Los remanentes de Sendero Luminoso deben ser sofocados. El Estado no debe permitir -nunca más-, que retorne el oscuro sendero de la muerte.

16 diciembre, 2006

Escenarios y conflictos

En una disertación en ESAN (*), un empresario minero, un economista y un analista de inversión concuerdan en su apreciación sobre lo que nos espera el 2007: seguirá el crecimiento, siempre que no se alteren factores de comportamiento en China y Estados Unidos. En caso contrario, afirman, “habrá una desaceleración y una posible recesión en la economía mundial”. A partir de estas dos premisas desarrollan dos escenarios probables, uno optimista y otro pesimista.

En el escenario optimista, China continuará creciendo a un ritmo de 10% anual y necesitará nuestras materias primas. El precio de los minerales seguirá subiendo cumpliendo un ciclo expansivo pocas veces visto. Estados Unidos, enfrentará su déficit fiscal, el dólar se recuperará frente al Euro, al Yen y al Yuan y el petróleo mantendrá su precio de alrededor de 60 dólares el barril. En el Perú, mantendremos el ritmo exportador, firmaremos el TLC con los Estados Unidos y la política no alterará las reglas de juego tanto en inversión como en asuntos tributarios.

En el escenario pesimista, China cae producto de una escasez de materias primas en el mundo, los minerales vuelven a sus niveles de precios bajos, Estados Unidos recalienta su economía y entra a un enfriamiento brusco que lo lleva a la recesión, el dólar sigue cayendo y el barril de petróleo se dispara. En el Perú, no firmamos el TLC, no alcanzamos el grado de inversión previsto, se endurece la legislación laboral, se alteran las reglas de juego y se ahuyenta el capital de inversión.

En ambos escenarios -concuerdan el empresario, el economista y el analista-, lo que ocurra con los conflictos sociales, alrededor de proyectos mineros, será clave.

El minero recuerda que su empresa desarrolla proyectos en el Perú hace más de medio siglo y jamás encontró tanta resistencia de las comunidades campesinas como hoy en día. En la época de terrorismo –revela- sus colegas tenían claro que frente a la amenaza terrorista había dos salidas: o armaban un ejército mercenario para defender sus capitales e inversiones, o se aliaban a las comunidades campesinas.

Luego, confiesa que de cinco proyectos que tienen en ejecución, los cinco están hoy paralizados por conflictos con poblaciones altoandinas. Lo que sucede-explica- es que el Estado ha sido ineficaz para invertir el dinero de las regalías en las comunidades donde reside el mineral. “Todo se lo lleva la caja central y no queda nada o muy poco para las poblaciones”.

Esas comunidades son las más pobres entre las pobres del país. Viven por encima de los 3,500 metros, sus hijos nacen con desnutrición crónica y carecen de servicios adecuados de salud, nutrición o educación; en su gran mayoría son quechuablantes. Este ejército de excluidos no siente los beneficios del Estado, ni de la mina.

Contra lo que pudiera pensarse, el conflicto que estalla en estas zonas no es sólo por diferencias o reclamos a la empresa minera. La Defensoría del Pueblo ha identificado también controversias por linderos, tierras, agua y límites territoriales. Es decir, luchan por su supervivencia. Por lo más elemental que tiene el ser humano para vivir: tierra y agua.

No basta pues con aplicar métodos que mejoren los canales de comunicación entre las mineras y las poblaciones, dentro de lo que hoy se llama política de responsabilidad social de las empresas. Es eso y mucho más. Hay un problema de dignidad, de ciudadanía, de calidad de vida, de justicia.

En tierras agrestes como esas, donde además del mineral, muy pocas cosas pueden crecer y cultivarse para ocupar un lugar en este mundo ancho y ajeno, es necesario que el Estado rediseñe su política de inversiones públicas. Las comunidades campesinas no pueden ver más pasar el oro o el cobre, sin que les deje nada.

Si el Estado es ineficiente, habrá que buscar otro mecanismo. La empresa, la región, el gobierno local y la propia comunidad tienen que participar en un modelo que vigile el uso adecuado de fondos; no para construir monumentos o palacios municipales, sino obras de infraestructura, postas de salud, colegios, centros de producción. Si no lo hacemos, las regiones se movilizarán y harán sentir su voz. No importará en qué escenario se mueva el mundo; prevalecerá el conflicto.


(*) Forum: "La Economía Peruana Rumbo al 2007", 14 de diembre de 2006, Asociación de Egresados de ESAN.

13 diciembre, 2006

La huella herida

La muerte del dictador Augusto Pinochet ha desatado pasiones en Chile. Un hombre, mezclado entre la muchedumbre, aguardó durante horas la cola que hizo la gente para despedir al general. Cuando llegó al féretro, en nombre de su abuelo, lanzó un escupitajo feroz sobre el ataúd.

Era Francisco Cuadrado Prats, nieto del general Carlos Prats, asesinado junto a su esposa Sofia, en Buenos Aires, en 1974. El muchacho fue rescatado por la policía de los fanáticos pinochetistas que casi lo linchan.

Otra mujer cogió un palo y arremetió contra las lunas de una empresa constructora que había dado día libre a sus obreros para asistir a la Plaza Italia , lugar de reunión de los chilenos que celebraron la muerte de quien consideran el general homicida. Los carabineros la detuvieron, pero la soltaron al poco tiempo, según dijeron, porque no representaba un peligro para la sociedad.

El pueblo chileno ha quedado dividido y probablemente confundido. 17 años de dictadura ordenó el país y el Estado, sentó las bases de un cambio económico y reorientó la sociedad. Pero lo que no pudo hacer el régimen fue cerrar heridas. Físicas y morales.

El poder ilegítimo genera fuerza ilegítima. Lo observó Ortega y Gasset cuando describió la diferencia entre el bolchevismo y el fascismo. “El gobierno soviético usa la violencia para asegurar su derecho, pero no hace de aquella un derecho”. El fascismo, en cambio, no se preocupa de de dar fundamento jurídico a su poder. La legitimidad es la fuerza consagrada por un principio. “El fascismo gobierna con la fuerza de sus camisas (negras) -las 30 mil camisas de fuerza-”.

Pinochet utilizó la fuerza ilegítima para gobernar. Impuso autoridad sobre la base de estados de emergencia y de sitio; actuó con sobresaltos y emboscadas, con nocturnidad. Contra esa fuerza, se alzaron miles de chilenos –algunos resistieron dentro de su país, otros tuvieron que irse por diversas partes del mundo. El servicio secreto, la DINA , fue el aceite del régimen.

Las fuerzas opositoras tuvieron que unirse para derrotar al enemigo. Nació así la Concertación , modelo de resistencia y convivencia democrática con un solo objetivo: recuperar la libertad y la democracia y demostrar que sí se puede gobernar con alternancia de grupos organizados.

Pinochet núcleo a sus fuerzas armadas, pero dividió a su pueblo. Reacomodó estructuras económicas, pero desacomodó estructuras sociales. Los gritos a favor y en contra frente a su tumba son el fiel reflejo de su legado. Pinochet se ha ido, pero ha dejado profundas heridas abiertas entre los chilenos. El tiempo se encargará de cerrarlas. Aunque la huella quedará.

11 diciembre, 2006

El viejo saurio ha muerto

A los 91 años, de un paro cardíaco y sin admitir culpa por la muerte de más de 3 mil chilenos, murió el dictador de Chile, Augusto Pinochet. Su historia política está unida a la traición. A los dieciocho días de haber sido nombrado comandante general del Ejército, encabezó un golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende.

Pinochet gobernó con mano dura y se quedó 17 años en el Poder. Tras su salida, en 1990, manejó el ejército durante otros ocho años. Enrumbó a Chile por la senda económica que hoy todos gozan, pero a costa de violentar los derechos ciudadanos.

Un informe secreto de la embajada norteamericana en Chile revelado recién hace unos meses trazó un perfil psicológico de Pinochet tras el golpe de Estado: “Es un producto de las barracas y los cuarteles, es duro, directo. No fuma, y bebe con moderación. Habla algo de francés y poco inglés. Tiene sentido del humor”.

Desde el punto de vista de la guerra fría, Pinochet fue ahijado de Estados Unidos. Nixon se felicitó del golpe dado por el generalísimo contra el gobierno socialista de la Unidad Popular. Pinochet se sentía orgulloso de haber sido -según acostumbraba a decir- el primero en derrotar a los comunistas antes de la caída del muro.

Con su muerte se va cerrando el capítulo más largo de las dictaduras latinoamericanas que tuvo como protagonistas a Stroessner en Paraguay, Bordaberry en Uruguay, Banzer en Bolivia, Velasco en Perú y Videla en Argentina.

En 1998, el juez español Baltasar Garzón reinvindicó al mundo civilizado al detenerlo en Londres por cargos de terrorismo, tortura y genocidio. Salió libre a los 500 días, pero de ahí en adelante la justicia chilena se dio valor y le retiró su inmunidad vitalicia.

Fue dueño de un cinismo a prueba de balas. Cuando se descubrieron las primeras fosas comunes, una periodista le preguntó:

- Se han encontrado dos muertos en una tumba, general.

- Habrá sido por economía, pu- respondió Pinochet con una mueca de sonrisa en los labios.

Según el informe Rettig de 1991, su gobierno generó 3.197 víctimas, de las que 1.192 son detenidos desaparecidos. Muchas de esas víctimas se produjeron los primeros días del asalto a la moneda cuando el Estadio Nacional de Santiago se convirtió en un campo de concentración

Apenas hace una semana, su esposa María Lucía Hiriart Rodríguez –mujer de temple y coraza aún más dura- leyó un pronunciamiento en el que el general Pinochet admitía su responsabilidad política en los luctuosos sucesos que generó su mandato. Jamás admitió responsabilidad penal.

Pinochet se fue sin que la justicia se pronuncie. El juicio tendrá que seguir, sobre todo después de conocerse que a las violaciones de derechos humanos se suma la inmensa fortuna adquirida por el general y su gente producto de un proceso de corrupción incubado desde el poder. Porque en esto último, el longevo general no fue distinto a otros especimenes de pelaje similar que han demostrado -en diverso tiempo y lugar- que dictadura y corrupción van siempre de la mano.

08 diciembre, 2006

El valor de la palabra

En economía el valor del dinero cambia con el tiempo. Dependiendo de cómo evolucione la administración de bienes y servicios, éste puede aumentar o disminuir. En política, el valor de la palabra tiene un comportamiento similar. El tiempo puede ayudar a mejorar o disminuir su valor. En ambos procesos, el factor clave es: confianza.

Y la confianza, tanto en economía como en política, es resultado de factores psicológicos, es decir, que los fantasmas del pasado pueden agitarse en cualquier momento, alterando su curva de comportamiento.

Es lo que pasó ayer con el fallido anuncio del ministro de Economía, Luis Carranza, que en todos los idiomas anunció el intento de castigar el interés bancario de ahorristas que tuvieran más de 7 mil soles. Tuvo que salir el Primer Ministro y el propio Presidente a desmentir tamaño despropósito.

Pero el problema sigue latente. ¿Podemos confiar en la palabra de un hombre que antaño prometió no tocar el dinero de los ahorristas y cuando llegó al poder congeló los depósitos en dólares y estatizó la banca? ¿Qué ha pasado con el valor de la palabra del Presidente Alan García en estos últimos años?

Es evidente que García recuperó el valor de su palabra; de lo contrario, no estaría donde está hoy sentado. Pero que no crea que la confianza es un factor permanente e inmutable. Todo lo contrario, es fluctuante y escurridiza.

García no tuvo reparos en autoflagelarse en público para desterrar cualquier fantasma interventor en el ahorro de la gente. Lo grave es que su ministro de economía no ha descartado del todo su política de cobrar renta sea al 1% de los ahorristas o a las operaciones bursátiles o a las transacciones de los fondos privados de pensiones.

El Presidente de la República recibió en esta segunda elección un pagaré de confianza a plazo fijo, no un cheque en blanco para hacer lo que le da la gana. Si el ministro de economía quiere cambiar esta forma de compromiso de pago debe irse a su casa.

Porque lo que ha evidenciado este caso, no es una cuestión de falta habilidad política –que es obvio que el ministro no la tiene-, sino de política de gestión, de administración de la hacienda pública. El gobierno está buscando hacer caja a costa del dinero de los privados.

Suficiente castigo tenemos los ahorristas con el reducido interés bancario que se paga por los depósitos, en contraposición al altísimo costo del dinero que tiene el préstamo, como para soportar que el Estado quiera meter las manos con uñas y todo.

Finalmente, el Presidente García debe tener siempre presente que el valor del dinero puede recuperarse con sacrificio y doble trabajo, mientras que el valor de la palabra se mantiene o aumenta con el tiempo en tanto se la honre.

07 diciembre, 2006

Noche de sables

La noche que Toledo llegó a Palacio a conversar con García el ambiente estaba movido. Los edecanes, más nerviosos que nunca, mantenían en ambientes separados a dos hombres que el Presidente consultaba alternadamente.

Uno era el ministro de Defensa, Allan Wagner, quien llevaba en un fólder la carta que días antes cursó al general Reinoso pidiendo explicaciones sobre el aumento de combustible en el Ejército y la relación detallada de la línea de mando.

La hora de Reinoso había llegado y se discutía la manera en que se nombraría a su sucesor. Wagner -general sin uniforme, como todo diplomático de carrera-, abogaba por mantener la institucionalidad y promover un cambio siguiendo la línea de mando.

El otro personaje, de cejas pobladas y mirada torva, susurraba al oído del Presidente otro modelo de sucesión; uno generacional que colocara al partido de gobierno al mando del Ejército. Este personaje, de reminiscencias árabe-palestinas, actuaba como un ministro de Defensa en la sombra; con una daga curva en la mano.

Finalmente, el Presidente tomó su decisión. Asumió su papel de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y de un sablazo descabezó el alto mando. No fue una sorpresa. Era parte de su plan.

Lo adelantamos en esta columna el 22 de octubre cuando dijimos que detrás de la batalla entre los generales Hoyos de Vinatea y Reinoso estaba el poder:

“No olvidemos esta premisa de fondo: García quiere el control del Ejército. Y si para ello tiene que destruir el Estado Mayor en pleno conflicto, lo hará. Ni Hoyos, ni Reinoso se ajustan a sus planes. Cuando ambos se hayan desgastado en esta guerra de guerrillas, el hombre bifronte que ocupa el sillón de Pizarro, les cortará la cabeza a ambos. Entonces, sólo entonces, habrá subordinado al resto”.

Wagner se alineó de inmediato, sin chistar, y anunció el “cambio generacional” que significó dejar de lado a la promoción 1974 del Ejército para colocar a la de 1975 encabezada por el General Edwin Donayre, un hombre conocido por sus altos conceptos académicos en el arte de la guerra.

La medida fue tan inesperada que el General Francisco Vargas Baca no alcanzó a ponerse el uniforme de gala y acudió a Palacio en jean y casaca.

Al final, dejaron sólo a Reinoso. El general que se enfrentó a su colega de armas, Hoyos de Vinatea, se retiró sin pena ni gloria, llorando y acusando que su salida fue motivada por intereses políticos. Calificó, además, los cambios y promociones en el alto mando del Ejército de "ilegales e inconstitucionales", hechos “por personajes ajenos a la institución”.

El viceministro de Defensa, Fabián Novack, conversó entonces con su jefa de prensa, Jacqueline Fowks, y armaron el muñeco para CARETAS en el que Wagner, mismo Rambo, queda como un comando suicida que se la jugó por el cambio generacional.

Lo cierto en esta movida de piezas es que el Presidente García pudo cumplir su plan. Ya tiene el control del Ejército… ahora viene la siguiente jugada: la toma del Poder Judicial.

05 diciembre, 2006

Toledo: Veni, vidi, vicci

En palabras de Augusto Alvarez Rodrich, la faena de Toledo en estos últimos cuatro días en el Perú, fue exitosa, al punto que -en términos taurinos-, cortó dos orejas y un rabo. Fue a la CADE , donde cosechó aplausos, se presentó al Congreso y se paseó, y fue a Palacio de Gobierno a torear nada menos que al toro más bravo, el mismísimo Alan García.

Por unos días, el ex Presidente captó la atención pública y dejó sentada la impresión que su olfato político se mantiene activo.

Sus seguidores anunciaron a través de avisos en los medios el inicio de una maquinaria de persecución política, expresada en la sorpresiva citación de la comisión investigadora del Congreso y en el despropósito del procurador Gino Ríos de solicitar el impedimento de salida del país del ex Presidente.

Aunque los principales voceros del Ejecutivo han negado que exista tal persecución, nadie puede negar que el mecanismo de denunciar al Presidente y su entorno proviene del Palacio de Gobierno como lo han señalado los periodistas César Hildebrandt y Rosa María Palacios.

El sistema de acusación es sencillo: Palacio de Gobierno contrata personas que no pertenecen al Sistema Nacional de Control, las ubica en el piso ocho del Edificio Pizarro y les permite manipular y fotocopiar documentos reservados.

Estos documentos son llevados al Secretario General de Palacio, Luis Nava, quien a su vez se los entrega al Presidente Alan García para su selección y aprobación. Luego, el Secretario de Prensa, José Chirito, los mete en un sobre y los distribuye a los medios de comunicación.

Gino Ríos recorta las denuncias periodísticas y elabora un cuadernillo que eleva al Ministerio Público. Así se judicializa al gobierno anterior por diversos actos.

La fiscal de la Nación , Adelaida Bolívar, ya ha aclarado el asunto y ha señalado con claridad que no puede abrir denuncia por simples fotocopias de periódicos. Es por esta razón que ni siquiera se ha iniciado la etapa de investigación preliminar, como mal informan los periódicos.

Hay pues un interés malsano incubado desde Palacio de Gobierno de desprestigiar la imagen del Presidente Toledo. Si a ello se suma la impertinencia mostrada por congresistas de pretender responsabilizar al ex Jefe del Estado por acciones que -si las hubiera- alcanzan a los respectivos ministros del sector y a sus respectivos funcionarios, entonces, se puede afirmar que si esto no configura el cargo de persecución política, por lo menos, si hay un animus jodendus del carajo.

Contra ese ánimo proveniente del poder es que se ha levantado Toledo estos días. Y así como Julio César resumió en tres palabras su conquista de Medio Oriente a través de guerras relámpago, Toledo puede afirmar tras su paseo por estas tierras: Veni, vidi, vicci: Vine, vi y vencí.

01 diciembre, 2006

El Capital Cobarde

¿Cómo explicar coherentemente que los empresarios peruanos tengan tres veces más confianza en un hombre que cuando gobernó dejó la economía en ruinas y otro que la dejó en crecimiento como pocas veces en la historia?

Según una encuesta de la Universidad de Lima hecha a 212 presidentes de directorio, Alan García alcanza un 92% de aprobación en este sector, mientras que Alejandro Toledo, en su mejor momento, llegó a 30%.

¿Cómo explicar esta conducta empresarial que no diferencia entre lo que se hizo y lo que se promete se hará?

Hay una respuesta que puede ayudar: el miedo.

Los empresarios peruanos tienen pánico que se repita la historia del Presidente que paralizó el país, produjo la más espantosa hiperinflación y se comió las reservas internacionales.

Frente a la imagen diabólica del nacionalista Ollanta Humala, Alan García aparecía como “el mal menor”. Fue así que el candidato del Apra empezó a ganarse al empresariado. Cuando los empresarios aprueban en más del 90% su gestión al frente del gobierno no lo están comparando con Toledo, sino con el propio García, él del periodo 85-90.

Otra respuesta posible es: la hipocresía.

Los empresarios viven del poder, les encanta lambisquearlo. No hay que olvidar que García para gobernar en su primer periodo se rodeó de los “12 apóstoles”. Los mismos que después apoyaron a Fujimori y renegaron de García, miraron de soslayo al Toledo de los Cuatro Suyos y renegaron del Chino, aceptaron al cholo Toledo presidente y rechazaron a Humala y ahora nuevamente aplauden a García.

Así es nuestra clase empresarial: se acomoda al poder de turno. No tiene bandera. Es hipócrita, políticamente hablando.

Ya lo dice la teoría económica: no hay nada más cobarde que el capital. Y quienes lo detentan se comportan igual. El miedo a perder su poder económico los paraliza y la hipocresía por acercarse al poder para mantener su estatus los anima.

La expectativa que los empresarios muestran con el presente gobierno hay que leerla como la tranquilidad que sienten de que el Presiente García haya cambiado respecto al mozalbete que asumió el poder hace veinte años.

Según ellos las primeras acciones de gobierno de García demostrarían que ha madurado. “Dejémoslo gobernar; no lo molestemos, porque éste es capaz de cualquier locura”, parecen afirmar. Lo que los empresarios no saben es que en política envejecer no necesariamente significa madurar.

29 noviembre, 2006

Así empezó el TLC (2)

Los Países Andinos obtuvieron en bloque la ampliación del ATPDEA, pero era evidente que no avanzarían juntos hacia un TLC con los Estados Unidos. Bolivia fue la primera en abandonar el esfuerzo. El precario escenario político del país altiplánico hacía imposible que se pudiera sostener una negociación en ese sentido.

Ecuador, tras la caída de Lucio Gutiérrez y la llegada de Alfredo Palacio, intentó hasta el último momento seguir el paso a Colombia y Perú, pero la campaña electoral agotó esta posibilidad. El triunfo de Rafael Correa ha terminado por cerrar las puertas.

Perú se adelantó a Colombia y logró aprobar el Tratado en su Congreso y firmarlo en Washington en abril del 2006. Llegar a este punto tomó tiempo y significó acciones osadas como aquella tomada en setiembre del 2005 cuando las estrategias de Perú y Colombia empezaron a mostrar diferencias ante Estados Unidos.

El jefe negociador de Colombia, Hernando José Gómez, y el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, eran los más reacios a seguir avanzando.
Toledo tomó el teléfono y habló con el Presidente Alvaro Uribe.

- ¿Qué está pasando Alvaro? Nos estamos entrampando y Estados Unidos está sacando provecho del juego tratándonos por separado. ¿Puedes recibirme si voy con mi gente a hablar?

- Encantado, Alejandro, aquí te espero.

El 5 de Setiembre del 2005 el equipo negociador peruano del TLC en pleno arribó a Colombia para sostener una reunión de trabajo con sus pares de ese país. En una sala de la Casa de Nariño se reunieron los presidentes de ambos países acompañados de sus ministros y negociadores, y en otra sala lo hicieron los empresarios de ambos países.

Colombia no avanzaba porque tenía problemas con los cuartos traseros del pollo que Estados Unidos pretendía introducir a su país causando un serio daño a los productores avícolas colombianos. Había también sensibilidad en el azúcar. Y en la propiedad intelectual de los productos farmacéuticos. Colombia defendía igualmente su industria cultural, en especial, el cine y la música.

Perú no tenía mayor inconveniente en estos temas. El equipo llegó a las 10 y 30 de la mañana y partió a las 17 horas. Era evidente que a partir de entonces ambos países irían separados, en tiempos distintos, pero juntos en su decisión de lograr el TLC.

Para que no quede duda de su actuación en bloque se llamó por teléfono al Presidente ecuatoriano. Dos meses después, se suspendieron las negociaciones. Ecuador se quedó en el camino y Colombia y Perú siguieron adelante con velocidades distintas. Un mes después, en diciembre de 2005, nuestro país alcanzó un preacuerdo.

En marzo de 2006, Toledo viajó a Estados Unidos para promover el Tratado de Libre Comercio con ese país en coordinación con el Presidente Alvaro Uribe. Ambos se repartieron la tarea de contactar a los congresistas norteamericanos. Toledo se reunió con Bush, con congresistas demócratas y republicanos y con las cabezas del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.

Al mes siguiente, en la sede de la OEA, Perú, finalmente, firmó el TLC. En todo este tiempo la tónica ha sido de esfuerzo constante, de contactos directos y de visitas al más alto nivel. A partir de julio, con el cambio de gobierno, se debía alcanzar la ratificación del tratado en el Congreso norteamericano, pero se bajó la guardia y ahí tenemos los resultados.

Ahora deberemos negociar con los demócratas que históricamente son más duros y reacios a firmar acuerdos comerciales. Tarea difícil y ardua. Es como si volviéramos a nadar otra vez contra corriente.

28 noviembre, 2006

Así empezó el TLC

Las primeras conversaciones para lograr un TLC con Estados Unidos empezaron el 23 de marzo del 2002, en el Salón de Embajadores de Palacio de Gobierno. Ese día conversaban el Presidente George W. Bush, de visita en nuestro país, y el Presidente Alejandro Toledo.

Era casi un sacrilegio abordar el tema. Por entonces, no había el casi consenso que hoy existe. El ahora partido de gobierno jaqueaba al gobierno desde el Congreso y sus fuerzas del campo se movilizaban en contra de cualquier medida que pudiera significar liberar nuestra economía.

Los más optimistas consideraban la ratificación de la ATPA –más tarde convertida en ATPDEA-, pero no se les ocurría pensar que el Perú estuviera preparado para entablar una negociación en serio con el gigante norteamericano.

Toledo fue a la vena con Bush.

- ¿Y por qué no damos un paso adelante e iniciamos conversaciones para ir a un Tratado de Libre Comercio entre nuestros países, George?- le dijo, sin protocolos.

Los ojos pequeños y redondos de Bush se abrieron, sorprendidos. ¿Hablaría en serio el presidente peruano? No había sido fácil llegar a este punto. El sistema de preferencias arancelarias para ayudar a las exportaciones de los países andinos, productores de coca, fue gradual. Se expidió en 1991 y entró en vigencia al año siguiente para Colombia y Bolivia y en agosto del 1993 se extendió para Ecuador y Perú.

En diciembre del 2001, seis meses después de asumir el Gobierno, Toledo se encontró con la expiración del ATPA. Su renovación y ampliación requería un acto legislativo del Congreso americano. En ese momento, los países andinos buscaban la ampliación de las preferencias hasta el 2006.

El Presidente peruano mostraba su osadía al plantear un TLC. Más aún si consideramos que en aquel momento, Ecuador luchaba por liberar de aranceles su atún, mientras el Perú esperaba que los productos textiles tuvieran arancel cero y no 20% como eran gravados entonces.

Recién en la segunda semana de febrero de ese año, 2002, los cancilleres de los cuatro países habían obtenido una prórroga de 90 días en los beneficios arancelarios. La política de preferencias arancelarias que permitía exportar a Estados Unidos 6, 500 partidas con arancel cero había sido un éxito. Las fuerzas económicas lo sabían, pero las fuerzas políticas se oponían.

Conforme avanzaba el tiempo, se instaló en el país una fuerte corriente opositora a la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos; promovida más por intereses ideológicos que comerciales.

Finalmente, el 1 de octubre del 2002, Estados Unidos aprobó la renovación del ATPDEA por cuatro años más. Un año después, en noviembre de 2003, se iniciaron las conversaciones formales hacia un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos junto a Ecuador y Colombia.

Lo que había empezado en una conversación en Palacio de Gobierno había dado sus frutos... pero todavía el camino sería largo y tortuoso. (Esta historia continuará).

26 noviembre, 2006

TLC: Verdades Mondas y Lirondas

- El Apra se equivocó en su postura electoral de oponerse a un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

- El Apra trabó la aprobación del tratado en el Congreso peruano lo que retrasó el proceso por lo menos dos meses.

- Alan García tuvo mensajes contradictorios respecto al TLC que crearon desconfianza y confusión en Washington.

- El 13 de marzo de 2006, en Trujillo, dijo que si Toledo “se atreve a firmar el TLC, sencillamente borraré su firma para que sea discutido por el país”.

- En abril del 2006, en Lima, sostuvo que la bancada aprista no aprobará al carpetazo el TLC. “De no alcanzar el tiempo para un debate capítulo por capítulo y línea por línea, el documento tendría que ser debatido por el próximo Congreso”.

- El 23 mayo del 2006, en Ica, García amenazó: “Vamos a renegociar el TLC en defensa de los campesinos”.

- El 28 de julio de 2006, durante su mensaje a la Nación , el Presidente de la República entrante no dijo una palabra sobre el TLC. Silencio oficial que Washington escuchó.

- Ya en el Poder, Alan García se equivocó en viajar él solo a Estados Unidos y no llevar ni representación política ni empresarial peruana.

- Fue un error político no conversar con congresistas demócratas y republicanos, pensando que un presidente no puede rebajarse a conversar con legisladores.

- El Gobierno actual dejó pasar la oportunidad de señalar en Washington que el TLC es para el Perú una política de Estado.

- Responsabilizar a Toledo por la no aprobación del TLC es un manotazo de ahogado. La responsabilidad política de este papelón es del gobierno aprista y de Alan García que no supo continuar la política del gobierno anterior.

- Toledo colocó el TLC en la agenda norteamericana. Para ello usó el mecanismo de negociación más alto: la diplomacia presidencial.

- En su último viaje a Estados Unidos, Toledo conversó con el Presidente de Estados Unidos y 50 altos funcionarios del gobierno norteamericano.

- Toledo tuvo citas con George Bush, Condolezza Rice, el secretario de comercio Carlos Gutiérrez y la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab.

- Además tuvo contacto directo con 7 senadores (3 republicanos: Grassley, Frist y Coleman; 4 Demócratas: Baucus, Wyden, Lincoln, Dodd) y 33 Representantes (17 Republicanos, entre ellos, Wriller, Tanner, Thomas, Blunt y Hudsholf; y 16 Demócratas, entre ellos, Rangel, Meeks, Tausher y Watt).

- Toledo se reunió además con los siguientes bloques legislativos: Comité de Finanzas del Senado, Comité de Medios y Arbitrios, Blue Dogs Coalition, New Democrats Coalition y Black Caucus Coalition).

- Alan García, en cambio, durante su viaje a Estados Unidos se reunió con medios académicos y representantes de ONGs, que no votan en las cámaras.

- Alan García debiera aprender del Presidente Alvaro Uribe quien se ha propuesto hablar con cada uno de los 535 congresistas de los Estados Unidos.

- Es responsabilidad del Presidente de la República Alan García asumir personalmente la tarea de impulsar las relaciones con el establishment político norteamericano a fin de lograr la ratificación del Tratado de Libre Comercio.

- Actualmente existe confusión en el equipo negociador del Gobierno. A De Soto se le ha sumado Del Castillo, mientras la titular del sector, la ministra Araoz, está fuera de juego. No hay una cabeza definida.

- Este primer fracaso del Gobierno aprista corre el riesgo de frenar las inversiones y aumentar el desempleo.

25 noviembre, 2006

Violencia post electoral

No es poca cosa el grado de violencia desatado tras el resultado electoral: 114 distritos asaltados por las turbas, 251 personas detenidas, 16 policías heridos y un soldado muerto en Ancash, Elmer Roque Morales. En 6% de las circunscripciones territoriales básicas del Estado se ha producido estos brotes desconociendo los resultados.

Las razones que se han expresado para explicar esta conducta son variadas:

1) Los votos golondrinos -gente llegada de un lugar distinto a quienes el JNE le entregó DNI-, motivó alteración de la masa electoral en favor de uno de los candidatos.

2) El resultado de la boca de urna anunciada por los medios de comunicación alimentó falsas expectativas que luego los resultados oficiales no respaldaron.

3) El diseño de la cédula de votación no contuvo la fotografía de los candidatos a las alcaldías provinciales y distritales, lo que causó confusión primero y defección y cólera después.

4) La falta de un plan de inteligencia y de Seguridad impidió la disposición eficiente de elementos policiales y militares en todo el proceso electoral.

5) Intereses políticos derivados de fuerzas ligadas al narcotráfico o terrorismo han buscado generar desorden y alteración del orden público

En el fondo, ninguna institución de Gobierno acepta responsabilidad alguna en los hechos. Frente a ello, el Presidente de la República no ha dudado en autorizar a la policía el uso de sus armas para enfrentar a los sublevados, lo que ha generado reacciones encontradas en otros sectores políticos.

La autoridad del Estado ha sido vulnerada, pero las armas de la Policía atentando contra la masa iracunda no resolverá el problema. Por el contrario, puede agudizarlo. La violencia engendra más violencia.

Quizás por eso ha salido rápidamente el Primer Ministro en su papel de bombero –una vez más- ha llamado a las autoridades electas a resolver con el diálogo lo que ahora se denomina conflictos sociales.

Preocupa la salida extrema que propone el Jefe del Estado. Ya antes ha expresado su proclividad a someter a pelotones de fusilamiento a terroristas, a implantar la pena de muerte para violadores, y ahora, ha autorizado a la policía el uso de sus armas contra revoltosos.

Hay una línea de conducta, violenta y terminal, que empieza a apreciarse con nitidez en las reacciones de un hombre que, por la función que cumple, debieran siempre encaminarse con ponderación y cabeza fría. Malo, muy malo.

23 noviembre, 2006

Asociación de Regiones del Perú

Las asociaciones o gremios institucionales son, junto a los partidos y otras organizaciones sociales, el factor que diferencia a las democracias modernas de las nuestras.

En el Perú, no existen instituciones fundacionales masivas. O existen muy pocas y débiles. En los países occidentales modernos, en cambio, la fuerza social está organizada.

Veamos un ejemplo. Los periodistas tienen un colegio, dos asociaciones de prensa, otra de reporteros gráficos y por ahí en formación un colegio de comunicadores sociales. La gran mayoría de profesionales no participa en ninguna de ellas.

Por eso su representación gremial es débil, inorgánica, casi inexistente. Los periodistas con trayectoria, los más destacados, los líderes de opinión, no están ni colegiados ni inscritos en asociación alguna. No hacen vida institucional.

Las instituciones mueren si carecen de miembros. Y languidecen si sólo se reciclan entre el puñado de socios que tiene. Los peruanos no estamos acostumbrados, en su gran mayoría, a pertenecer o formar parte de organizaciones sociales.

La asociación de padres de familia es otro buen-mal ejemplo de organización social. Nos quejamos de las apafas, de los cobros excesivos, del cero aoprte que tienen en la educación de nuestros hijos, pero sólo vamos una vez al año a las reuniones del colegio.

No hemos encontrado el valor del trabajo asociativo.

Las mujeres de los sectores populares sí lo hicieron en la década del cincuenta cuando, producto de las invasiones a Lima, instalaron ollas comunes para paliar el hambre.

Luego, ampliaron la práctica para atender a los pobladores de menores de recursos; para defenderse de la miseria. El Estado impulsó durante el gobierno de Belaúnde las Cocinas Familiares, a través de una gran gestión de Violeta Correa. Y eso ayudó. Pero las mujeres defendieron su autonomía y crearon la Central de Comedores Populares de Lima y Callao.

Hoy, en su tercera fase de desarrollo, hay comedores que están superando su etapa de sobrevivencia para convertirse en pequeños centros de producción. Han dado el salto de la subvención al mercado.

En el caso de las regiones, los objetivos políticos son distintos, pero la finalidad igualmente utilitaria. Deben organizarce para negociar con el poder central, desde una perspectiva descentralista y de desarrollo.

La Asociación de Regiones del Perú debe constituirse en un espacio de encuentro de los presidentes regionales en el que se discutan y promuevan iniciativas legislativas, agenda de temas y prioridades con el gobierno central, y relaciones y comunicaciones con los poderes del Estado.

¿Por qué los conflictos sociales necesitan en primera instancia la intervención del Consejo de Ministros? Porque no se siente el poder municipal o regional. O porque éste es simplemente avasallado por la masa inorgánica que no tiene canales de expresión ni de negociación.

Es momento, pues, de construir organización social para fortalecer el sistema. En el caso de las regiones, esto significa dar el salto y pasar de Señoríos o Cacicazgos a Poderes Regionales con visión, vocación y compromiso nacional.

22 noviembre, 2006

Señoríos del Perú… uníos

Es la primera vez que coincido con García.

- Uyuyuy.

- Tranquila, doctora.

Sí, el Perú es un mosaico de grupos locales, regionalistas, asentados sobre una historia de cacicazgos y antiguos señoríos. Así somos en la cultura. El problema es que tendemos a serlo en la política.

Frente a esta realidad, el Presidente de la República ha realizado un rápido movimiento de fichas para encarar mejor parado el resto del juego.

García considera que ante la fragmentación política que se ha revelado el pasado domingo, él sigue siendo el factor de unidad nacional. Divide y reinarás.

Lo que no dice el Primer Mandatario -pero sí sabe y teme-, es que los Señoríos podrían unirse y obligarlo a sentarse en la mesa para obtener beneficios. Negocia y ganarás.

Los presidentes regionales electos pueden convertirse en un factor de equilibrio del poder central, cosa que le corresponde al Congreso, pero que no ha ejercido.

Para ello, los poderosos señoríos departamentales deberán formar una especie de AMPE Regional con la finalidad de establecer una plataforma y plan de trabajo para los próximos años.

Temas como las regalías y canon mineros, transferencia de recursos, competencias y funciones, presupuestos públicos, incremento de gasto social, proyectos productivos, concesión y privatización de recursos, reforma del Estado, carreteras, entre otros, forman parte de la agenda de trabajo entre el poder central y el poder regional.

No es poca cosa tener en una misma mesa a líderes como Yehude Simon, Juan Manuel Guillén, Vladimiro Huaroc, Iván Vásquez, Alex Kouri y otros colocando la agenda política al Presidente García.

García se ha dado cuenta de lo que podría venirse y uno a uno los está citando a Palacio para hablar con ellos y establecer los primeros acuerdos.

La pregunta es ¿pueden los gobiernos regionales lograr más solos que juntos? Quizás en una primera etapa valga la pena ir separados, cada quien con su pliego de reclamos. Pero, más temprano que tarde, los Señoríos comprenderán que el poder de la soga depende del número de hebras que se logre trenzar.

20 noviembre, 2006

Elecciones: exclusión y fragmentación

En la columna del 13 de Noviembre advertíamos algunas premisas elementales sobre las elecciones de ayer:

a) Los partidos políticos perderían las elecciones municipales y regionales.
b) Los independientes se impondrían, aún siendo malas copias de los partidos.
c) La democracia se asienta y fortalece sobre partidos políticos, enseña la teoría.
d) En el Perú, la teoría política –a secas- no funciona.

El Perú republicano no se asentó sobre una estructura democrática ni participativa. A diferencia del proceso de consolidación de las democracias occidentales en otros países, en el Perú, lo que hubo fue un largo proceso militarista excluyente y la afirmación de grupos de poder elitista.

Cuando en 1871 se funda el Partido Civil, el primer partido político peruano, éste no escapa a sus orígenes caudillista y aristocrático. La gran masa indígena o rural no tenía ni voz ni voto dentro de este proyecto. Basadre señala que pertenecían a este partido: “generalmente (con algunas excepciones notorias)… los grandes propietarios urbanos, los grandes hacendados productores de azúcar y algodón, los hombres de negocios prósperos, los abogados con los bufetes más famosos, los médicos de mayor clientela, los catedráticos, en suma, la mayor parte de la gente a que les había ido bien”. En suma, un modelo elitista y excluyente.

En general, nuestra historia está signada por la heterogeneidad cultural, étnica, social, que la política no pudo resolver, sino casi hasta nuestros días. Tenemos atravesados en nuestra estructura fundacional el uso de la fuerza y la coerción como métodos para unir voluntades y pueblos.

Lo incas aplicaron este modelo para construir su imperio. En base a la fuerza de las armas o a la negociación impuesta por ventaja militar, ellos impusieron un modelo de dominación que los españoles encontraron a medio cuajar.

Los dominios del imperio incaico eran un mosaico de naciones e identidades unido por la fuerza. Los españoles desataron ese nudo y liberaron fuerzas que luego ellos mismos atraparon bajo el sello imperial y cristiano. De un modelo de dominio y coerción “desde dentro”, se pasó a uno “desde fuera”.

Las revueltas criollas por la independencia no hicieron más que devolver a un grupo de poder las riendas de dominio otra vez “desde dentro”. Pero no terminaron nunca con el proceso de formación de la nación, ni del reconocimiento de la existencia de millones de seres humanos que nunca se fueron de estas tierras.

Lo que hubo desde el comienzo en nuestra historia fue exclusión y fragmentación. Estas características tuvieron su propia dinámica en los campos social, económico y político. Somos tan diversos, amplios y complejos que lo mostramos hasta en nuestras cosas cotidianas como la música, el baile y los vestidos que exhibimos.

En lo político, la exclusión se expresa en el gradualismo que hubo en la obtención de la ciudadanía. El voto inicial fue censatario, es decir, votaban sólo aquellos que estaban al día con sus impuestos. La mujer no votó sino hasta la década del cincuenta. Y la masa analfabeta recién lo pudo hacer en los ochenta.

Hemos avanzado, por supuesto. La resolución de conflictos se da hoy en una mesa amplia de varias sillas. Ya no sólo hay asiento para el patrón minero y el gobierno, también la población tiene algo qué decir. La violencia se canaliza más civilizadamente, aunque no lo parezca.

A sólo quince años del bicentenario de la independencia, los peruanos somos diversos y dispersos. Estamos construyendo nuestra identidad como Nación y nuestra representación política está marcada por la división y el localismo. Hemos conquistado democracia, pero estamos insatisfechos con ella. Los partidos tendrán que ponerse a estudiar esta realidad y dejar de ser los aparatos electorales que cada cinco años se pelean por pequeños espacios de poder.

Una visión local articulada a una propuesta nacional con líderes de las propias zonas es la ruta hacia la consolidación de movimientos homogéneos que permitan soldar nuestras diferencias históricas.

16 noviembre, 2006

TLC: rosario de equivocaciones

A poco más de 100 días de Gobierno no cabe duda que los reflejos del Presidente siguen siendo más mediáticos que de fondo. La decisión de enviar la mitad del gabinete a Washington para salvar el honor en la aprobación del TLC, así lo demuestra.

Hoy es claro que el Apra se equivocó en su apreciación inicial de los beneficios que significaba un tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Porque fue su decisión de no aprobar, en su momento, el tratado en el Congreso peruano lo que motivó que ahora mendiguemos con el plazo.

Se equivocó luego el Presidente García en viajar él solo al país del norte y no llevar ni representación política ni empresarial peruana que pusiera de manifiesto un mensaje de unidad y continuidad respecto de la gestión del gobierno anterior.

García dejó pasar la oportunidad para señalar claramente que para el Perú el TLC es una política de Estado. En lugar de montarse sobre la ola trabajada por Toledo, prefirió construir un nuevo motivo para convencer a los gringos: Estados Unidos debe darse cuenta que necesita el TLC con el Perú para enfrentar, de carambola, a Chávez.

Pero, en el mismo Estados Unidos, se volvió a equivocar el Presidente cuando, en lugar de entablar contacto con la representación demócrata o republicana en el Congreso, prefirió “discursear” en ONGs gringas o en foros académicos que reditúan aplausos, pero no votos.

Por eso –hay que decirlo- se equivocó también, de palmo a palmo, el siempre dispuesto primer ministro, Jorge del Castillo, cuando afirmó que García no podía rebajarse en conversar con parlamentarios norteamericanos porque ese no era su nivel.

No, don Jorge. En Estados Unidos las instituciones políticas funcionan. Los congresistas ejercen un poder real. Representan al ciudadano y con igual o mayor fuerza a las empresas, de las cuales reciben jugosas y públicas contribuciones. El presidente Uribe lo entendió así, por eso tiene trazada la meta de conversar con cada uno de los 535 congresistas norteamericanos.

El Perú no está en la primera página de prioridades de los intereses de los Estados Unidos. Se requiere por ello el contacto del más alto nivel para interesar la comunidad política norteamericana. Y ese contacto es, en nuestro caso, el jefe del Estado. No la ministra de Justicia. Ni la del Interior.

Queda la sensación que el envío de la misión ministerial encabezada por Del Castillo, pero en realidad piloteada por Allan Wagner –más en su papel de diplomático que de ministro de Defensa-, ha sido enviada por García no sólo para intentar a última hora, un esfuerzo plus pro TLC, sino para tapar los errores que se arrastran desde el principio.

Errores que nuevamente se vuelven a cometer en otro punto de la agenda internacional de suma importancia para el país, como es la ausencia del Presidente peruano en la próxima reunión de Apec en Vietnam.

La población puede aplaudir que el Presidente no viaje para ahorrar, pero el Perú pierde la oportunidad de fortalecer su presencia en un foro que reúne a las 21 economías más dinámicas del mundo y que es responsable de más del 50% de la producción mundial. Pero estas son cosas de fondo y nuestro Presidente, lamentablemente, sigue pensando en función de las cámaras.

15 noviembre, 2006

TLC: el ejemplo colombiano

El Presidente Alvaro Uribe ha señalado el camino. Durante dos días estuvo en Estados Unidos dando pelea para aprobar el TLC. Uribe tiene claro el alto costo que representa para la economía de su país, la no ratificación de ese instrumento de libre mercado.

El ATPDEA generó en Colombia unos 600 mil puestos de trabajo. La incertidumbre del TLC originó que la marca Levis de Estados Unidos cancele los pedidos a empresas textiles colombianas. Impacto: 6 mil empleos sanos perdidos.

“Yo me propongo hablar con cada uno de los 535 congresistas de los Estados Unidos, así sea en reuniones de grupo y con sus asistentes, para pedirles que nos ayuden a que Colombia tenga acceso a este mercado”, señaló Uribe tras culminar su gira a los Estados Unidos.

Lo que ha conseguido es que el gobierno norteamericano anuncie a través de la oficina de la Representante Comercial su apoyo a la prórroga de las preferencias arancelarias otorgadas a los Países Andinos.

“Expresamos nuestro apoyo a la extensión de las preferencias comerciales para Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia de manera oportuna, de tal manera que se minimice cualquier interrupción de negocios”, señaló hoy el vicerepresentante comercial de Estados Unidos, John Veroneau.

Sin duda, es un triunfo de la denominada diplomacia presidencial directa que en nuestro país practicara el entonces Presidente Alejandro Toledo y que en el Perú, con tanta mezquindad, criticaban sus opositores políticos. Nunca quisieron entender el por qué de las giras presidenciales al exterior.

En un mundo de abierta competencia, los mercados se conquistan; no se conceden gratuitamente “porque a los Estados Unidos le conviene, no crean, los gringos son inteligentes” como ingenuamente -y con soberbia- dijo el Presidente Alan García en su visita al Brasil.

Uribe ha continuado este camino de diplomacia presidencial directa. Y no se ha sentido disminuido por haber tocado las puertas de demócratas y republicanos, pero también de empresarios y grupos editoriales importantes de Washington. Uribe ha conversado de tú a tú con Charles Rangel, futuro jefe del Comité de Medios y Arbitrios, de quien dependen los acuerdos comerciales.

El congreso norteamericano se volverá a reunir el 4 de diciembre. Hasta entonces debemos redoblar los esfuerzos para pelear en la cancha grande. Una misión encabezada por un viceministro no inspira ni fuerza ni confianza.

Es responsabilidad del Primer Mandatario asumir personalmente la tarea de impulsar las relaciones con el establishment político norteamericano a fin de impulsar la ratificación del tratado de libre comercio.

No hacerlo significaría afrontar la siguiente encrucijada: o se la juega en serio y mete fierro a fondo en este tramo final, o asume su responsabilidad ante lo que puede ser su primera derrota política.

13 noviembre, 2006

Democracia y participación electoral

La democracia como sistema encierra una contradicción de origen que las elecciones regionales y municipales del próximo domingo confirmarán: los grupos independientes se impondrán mayoritariamente, en detrimento de los partidos políticos.

La teoría política precisa que no existe democracia sin partidos políticos, pero la práctica política nos dice que los partidos vienen perdiendo la partida a la hora de la verdad. ¿Por qué?

No basta decir que las elecciones municipales no son del todo políticas ya que el votante busca al “buen vecino”, antes que al cuadro partidario. Toda elección es política, en el sentido amplio del término, es decir, relativa al ámbito público y representativo.

Los independientes organizados lo hacen para tentar la administración del Estado, la Res Pública , como la definió Aristóteles. Se organizan como club electoral como lo hace un partido político. Compiten por una cuota de poder.

El problema es la casi nula vida política organizada que practican los ciudadanos. En su gran mayoría, la gente no participa en instituciones políticas. Los partidos se dejan llevar por esta parálisis -casi anomia institucional-, y no hacen nada por atraer feligreses.

Los partidos son hoy cascarones vacíos, debilitados, viejas maquinarias cuya estructura se inspira en las organizaciones de masas de inicios del siglo pasado. Al problema de los partidos como estructura y organización interna, debemos sumar la falta de legitimidad de estas estructuras frente a la ciudadanía. La gente no cree en los partidos políticos.

Se pensó que la ley de partidos podía mejorar esta situación, aunque lo único que ha conseguido es que la valla electoral disminuya el fraccionamiento de la representación nacional en el Congreso. Pero no se ha avanzado nada en la recuperación de la democracia, quizás porque este tema esté relacionado más a la gestión de gobierno de los partidos que a la vida interna de los mismos.

Esa es la explicación de la debacle que se le viene al partido de gobierno. El rechazo que recibirá el domingo en las urnas será un castigo a los pésimos gobiernos regionales y locales que ha regentado. Son estas malas experiencias de gestión las que impactan directamente en la población y generan desconfianza en las posibilidades de desarrollo que brinda la democracia.

Un informe del PNUD del 2004 encontró que más de la mitad de los encuestados en Latinoamérica estaban dispuestos a sacrificar un gobierno democrático en aras de un progreso real socioeconómico, apostando a alguna forma de gobierno autoritario. Las encuestas periódicas de la Universidad de Lima, señalan que entre 70% y 90% de la gente desconfía o no cree en los partidos políticos.

Los partidos se debilitan y al mismo tiempo la gente no participa en estas organizaciones. Es un círculo vicioso que nadie hasta ahora ha logrado romper en ninguna parte. Desde este punto de vista, los independientes organizados no son más que malas copias de los partidos políticos. Fraccionan el electorado y una vez conquistado el objetivo del voto dejan de lado a sus votantes.

La democracia no se robustecerá con una “refundación” de los partidos cada cinco años, vía la elección de movimientos independientes. Es la consolidación de estructuras en el tiempo, las que necesita la democracia para consolidarse como sistema. Hay dos ejemplos que pueden seguir los partidos para ese fin: uno es el ímpetu que ponen las iglesias evangélicas para arrebatar masas a la iglesia católica; otra, es la capacidad de adaptación que tienen las pymes a nuevos y cambiantes escenarios. El partido debe inspirar una nueva fe -sin Mesías ni Elegidos-, sino con doctrina clara y realista para enrumbar la Nación , y al mismo tiempo, tener la capacidad de adaptabilidad de las pymes para hacer tanto con tan poco, esto es, afrontar con disciplina e inteligencia los desafíos de la dura realidad.

11 noviembre, 2006

TLC: llame a Toledo, Dr. García

Un sánguche mixto y una gaseosa fue el almuerzo que compartieron el Presiente Toledo y el influyente representante demócrata, Charles Rangel en julio de este año, en uno de los comedores del Building Congress, en Washington. Negociaban la viabilidad del Tratado de Libre Comercio. No hubo testigos. Fue una conversación de a dos.

Charles Rangel es conocido como “El congresista del Harlem”, es un representante de Nueva York que acaba de ser reelecto, y que a partir de enero del próximo año presidirá el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, una de las vallas que debe afrontar el TLC con el Perú.

El Comité de Medios y Arbitrios es algo así como la caja del gobierno americano. Tiene a su cargo la revisión y aprobación de todas las leyes de impuestos e ingresos presupuestales, además de temas sensibles como el seguro social, el desempleo y la aprobación de tratados de comercio internacionales.

Rangel es hoy por hoy, junto a Nancy Pelosi, uno de los políticos más poderosos e influyentes de la política norteamericana post electoral. Sus ingresos por donaciones de empresas y corporaciones transnacionales han aumentado extraordinariamente en los últimos tiempos, como previendo el papel que jugaría a partir de ahora.

En su reciente conferencia de prensa, el pasado domingo, Rangel dijo que de ahora en adelante Bush tendrá que decidir si quiere o no quiere ser un “lame duck president”, pato rengo, literalmente, es decir, algo así como un “presidente irrelevante”.

Por supuesto que esta proyección de su poder ya se conocía a mediados de este año. Por eso es que Toledo, olvidándose de protocolos y de su investidura de presidente latinoamericano, acompañó a Rangel a la cafetería del Congreso y habló con él durante horas con un sánguche frío y una gaseosa de por medio.

La conversación empezó protocolar, nada amigable, tornándose dura por momentos. El representante norteamericano estaba interesado en conocer la política laboral y sindical del Perú. Toledo le dijo que nuestro país cumple con todos los compromisos de la OIT y que firmaría lo necesario si faltaba más. Pero lo que en realidad se cruzó como una sombra en la conversación fue las declaraciones del entonces presidente electo Alan García: “El Perú debe renegociar el TLC con Estados Unidos porque es desfavorable para los intereses de los miles y miles de campesinos pobres que sufrirán su impacto”.

-Es un discurso para las calles-, explicó Toledo-. Estoy seguro que el Presidente García quiere un TLC igual que yo porque, de lo contrario, su programa Sierra Exportadora no sería viable.

Parece increíble, pero así fue: Toledo defendió a García en Washington.

En ese momento, el mérito del ex presidente fue colocar en agenda norteamericana el tema del TLC con el Perú. Se necesitaba continuar esta política de contacto directo al más alto nivel. En este caso no valen disculpas como esa de que “el presidente García no puede ir a rebajarse a conversar con diputados porque no es su nivel”.

Lo cierto es que en su viaje a Estados Unidos, el Presidente García conversó con medios académicos y representantes de ONGs, que no votan en las cámaras. En términos futbolísticos, jugó en segunda división.

Hoy necesitamos una contraofensiva relámpago. Bush está demasiado golpeado como para colocar en su agenda de fin de año el TLC con el Perú. El Presidente colombiano, Alvaro Uribe, así lo han entendido y este lunes viajará a Washington para impulsar entre legisladores demócratas y republicanos la firma de un Tratado de Libre Comercio, o la ampliación del ATPDEA.

Su agenda es impresionante. Uribe tiene citas pactadas con los legisladores demócratas Max Baucus, líder de su partido en el Comité de Finanzas del Senado; Charles Rangel, eventual nuevo presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara; y, Nita Lowey, del Subcomité de Operaciones Extranjeras de la Cámara. También figuran en su agenda los legisladores republicanos, Richard Lugar, presidente del Comité de Relaciones Internacionales del Senado; y, John McCain, miembro del Comité de Servicios Armados, así como la representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab.

Este es el camino, Presidente García. Aprenda de su amigo Uribe.

De esa lista, Toledo ha conversado y conoce a todos y más. Si realmente quiere convencernos que ha cambiado, haga un giro maestro, presidente y llame a quien conoce el escenario político norteamericano y puede ayudar a sacar el TLC.

Llame a Toledo, Dr. García.

09 noviembre, 2006

Bush, Tocqueville y el TLC

En mayo de 1831, un joven aristócrata francés, por encargo de su gobierno viajó a los Estados Unidos con el propósito de preparar un informe sobre el sistema penitenciario americano. Lo que hizo, Alex de Tocqueville, fue entregar un retrato social y político que revelaba el funcionamiento de las instituciones, así como las costumbres de los habitantes norteños del nuevo mundo.

Tocqueville quedó deslumbrado con la red de instituciones, el gran tejido social que hacía viable la vida en sociedad de los norteamericanos. El pueblo en ese país es soberano, dijo, “la sociedad se gobierna a si misma por sí misma” y el poder de la mayoría era limitado.

175 años después, el Presidente George W. Bush puede suscribir esa frase. El gran pensador francés avizoró el gran poder liberador que tendría la generalización del sufragio como base del sistema democrático.

En un estado democrático el poder es limitado por el voto ciudadano. Así lo ha reconocido Bush al aceptar los resultados electorales, producto del cual, el poder republicano que ostentaba, ha sido equilibrado con la mayoría demócrata alcanzada en el Senado y en la Cámara de Representantes.

Bush pierde las elecciones, su poder disminuye, pero no cae el sistema; éste sigue funcionando. Y sus instituciones igual. Por eso, corresponde al gobierno peruano iniciar los contactos con las piezas claves del nuevo tablero político estadounidense.

Y eso implica, desde el punto de vista peruano y andino, prepararse para eventualmente no aprobar el Tratado de Libre Comercio.

El Presidente Toledo hizo sus mayores esfuerzos para colocar el TLC en la agenda norteamericana y, fiel a su estilo, no se cansó de conversar uno a uno y en grupo con senadores y representantes demócratas y republicanos.

La posta debió continuarla el Presidente García, pero éste prefirió jugar para las tribunas locales, antes que enfrentar el partido en la cancha grande y ajena de Washington. Su visita con el Presidente Bush, no fue acompañada de una iniciativa similar ante los legisladores de ambos partidos.

La tarea de contactar a las nuevas fuerzas de poder recayó en nuestro embajador recién llegado y en el economista Hernando de Soto que actúa sólo, sin admitir esfuerzos de empresarios, congresistas nacionales o, al menos, la ministra del sector.

Ahora debemos enfrentar el plan B. Lograr que se amplíe la ATPDEA, mecanismo que ha logrado potenciar nuestra balanza comercial. No hacerlo, haría peligrar más de un millón de puestos de trabajo.

Estas son las consecuencias de la democracia. El pueblo norteamericano le ha dicho, en las urnas, basta a su Presidente. Y esa decisión, de alguna u otra manera nos afecta a todos. Después de todo, Tocqueville, en su tiempo, también fue duro con ciertos aspectos de la democracia estadounidense. Dijo, por ejemplo, que la opinión pública podía tender hacia la tiranía y que el gobierno de la mayoría podía ser tan opresivo como el gobierno de un déspota.

Y eso que no pudo avizorar el necio proceder de un gobernante que se metió a Iraq para lograr mayor seguridad mundial y lo que ha conseguido, es todo lo contrario. Habemus democracia.

08 noviembre, 2006

Beatriz Merino: el contrapeso necesario

Hay varias formas de definir una democracia. La clásica la define como el sistema de gobierno originado en elecciones libres y que divide la administración del Estado en tres poderes autónomos.

Norberto Bobbio define la democracia como un conjunto de reglas, producto de las cuales, queda claro "quién está a cargo de tomar decisiones colectivas y bajo qué procedimientos".

En tanto que Robert Dahl indica que en una democracia existe control de las decisiones del gobierno, cuyo poder está depositado en los funcionarios electos.

Es decir que en una democracia existen organismos que ejercen contrapeso al poder electo. Esto asegura la protección de la libertad de los individuos frente a la prepotencia del Estado.

Ese es el elemento central que separa la democracia de la dictadura: la existencia de mecanismos de pesos y contrapesos al poder nacido de la voluntad popular.

La ausencia de estos contrapesos sería peligrosa, pues, envanecería al gobernante y lo llevaría a confundir poder delegado por poder absoluto.

Cuando el gobernante se rige por su voluntad antes que por la ley, se fractura la democracia. Por eso el papel que empieza a jugar la defensora del pueblo, Beatriz Merino es saludable.

Ante la ausencia de una voz orgánica opositora, con partidos políticos disminuidos y líderes afónicos, la voz de la Defensoría del Pueblo llena un espacio y juega el rol de contrapeso al poder político que, por momentos, pareciera marear al gobernante de turno.

Beatriz Merino se pronunció primero a favor de la pena de muerte para los violadores, sin seguir la corriente de los opositores al régimen que cuestionaron la decisión del Poder Ejecutivo.

Luego, paró en seco el desplante del Primer Ministro, Jorge del Castillo, en la protesta de la comunidad Achuar por la contaminación de sus tierras y ríos.

Y ahora pide al Congreso serenidad en torno a la aprobación de la ley que cercena la libertad de asociación, contratación y expresión de las ONGs.

Los legisladores han salido con todo a defender su fuero y se han amparado en la definición clásica de democracia, es decir, en la autonomía de los poderes del Estado y en que no pueden avocarse a mandato imperativo.

Pero, lo cierto es que la defensora empieza a marcar la cancha y ha salido a recordarnos que la definición moderna de democracia es ejercer el contrapeso necesario, dentro de un sistema en el que el poder –y su representante máximo- no pueden actuar como si en verdad se creyeran la pegajosa ranchera del pasado: “El Rey”.

06 noviembre, 2006

Fotografía: 100 días del Gobierno

Muchos balances políticos se han hecho esta semana sobre los primeros 100 días del gobierno aprista. Para no aburrirlos, pero sin desentendernos del tema, abordamos el análisis desde una perspectiva distinta, inspirada en lo mejor que ha hecho esta segunda administración: actuar para las cámaras.

Foto 1: El Gobierno

Más que el gobierno, el que más aparece en la foto es el Presidente Alan García. Buscando el flash y acomodando su mejor perfil, sonríe apenas escucha ¡click!. Posero y mediático como ninguno, no se planta frente a la cámara si no pasa antes por el baño y se mira en el espejo. Cada sesión de fotos resulta interminable en busca de la pose perfecta. Sus ministros, en cambio, se pelean para no opacar al fotogénico presidente, y si bien al comienzo salieron en busca de un espacio, algunos parecen desdibujarse con rapidez. Los más serios son los uniformados. Aparecen con sus caras de palo y no se ríen ni siquiera cuando el fotógrafo les dice ¡Whisky! o ¡Mira el pajarito!

Foto 2: La Oposición

Casi ni aparece en la foto. Tardona, sin reflejos, totalmente desubicada y desaliñada luce su peor cara, mientras su sonrisa forzada le da el aspecto de imbécil. Los representantes del Congreso ni siquiera han logrado una toma de conjunto y cada uno presenta sin haber leído bien las instrucciones una fotografía carné en blanco y negro. Los que lucen las camisetas partidarias, en cambio, y que eran los llamados a darle color a la foto se han colocado de espaldas a la cámara: están allí pero es como si no estuvieran. No existen. La fila de sentados que le correspondía a los actores provincianos está vacía. Los muy zonzos se han echado, preocupados por su campaña a la reelección. La señora de la sonrisa ancha y torcida ha preferido irse a la peluquería y parece que le ha agarrado el gusto a su silla de rectora. El bravucón de polo colorado casi arruina la foto porque quiso pegarle al fotógrafo al no entender la frase “no se mueva porque le disparo”. El ex presidente ni siquiera está en la foto. Se fue a Estados Unidos y dice que enviará su picture por Internet. Un desastre esta oposición.
Foto 3: La Prensa
En medio de tanta tecnología, en lugar de usar una cámara digital, ha ido a la sesión con una cámara de fuelle y obturador manual del Parque Universitario. Le cuesta enfocar el objetivo y a veces actúa como si no tuviera uno. Ya no usa revelador, porque no revela nada. Al contrario se mete al cuarto oscuro y, claro, como está oscuro, no ve nada y no publica nada. Así fue con el tema del sexto hijo del Presidente Alan García. Hace dos semanas que Pilar Nores está con una depre terrible -que no debiera tenerla luego de la exitosa teletón por “Sembrando”-, y la prensa, no dice nada, bien cuñau, sigamos hablando de la pena de muerte.

Foto 4: El Pueblo

Está de relleno en la foto. Por ahora. Espera con paciencia que los de adelante se peleen por salir en la toma, mientras aguarda el momento oportuno para presionar y tomar una foto con una cámara de por lo menos 7.5 megapixels. Hoy no está nítido, pero no es desenfoque, eso sólo un espejismo producto de la profundidad de foco del lente. Algunos confundidos creen que para ganar profundidad de imagen hay que abrir el obturador. Al contrario, hay que cerrarlo. Y eso significa tener claras las cosas y no dejarse seducir por el fotógrafo que para obtener un mejor precio por una buena foto le da un chupete al niño. Por ahora la foto del pueblo es una foto carné y en algunos momentos ha llegado a tamaño pasaporte. Pero si quiere hacerse notar y ser protagonista debe adquirir la dimensión de una gigantografía.

04 noviembre, 2006

Terrorismo y pena de muerte

El terrorismo es una expresión de guerra asimétrica que basa su poder en el factor sorpresa. Actualmente se le considera un peligro mundial, aunque su centro de acción no esté definido, ya que opera no desde un territorio o Estado, sino que cuenta con redes internacionales.

Su gran poder ofensivo no está en los medios que maneja -aunque hay quienes prevén el uso de bombas químicas-, sino en el recurso humano que emplea. Más que en las armas, su fuerza real está en la ideología y en su expresión extrema, el fanatismo.

El terrorismo es también una expresión de totalitarismo. El tercer totalitarismo que conoce el mundo tras la aparición y derrota del bolchevismo ruso y del nacional-socialismo de la Alemania nazi. Por eso se afirma que el terrorismo no es un fin, sino un medio para llegar a un objetivo.

Actualmente Estados Unidos libra una guerra abierta contra el terrorismo inspirado en ideología religiosa musulmana, y tiene tropas desplegadas en Irak y Afganistán que le está costando miles de muertos.

En el Perú quedan aún rezagos de una cruenta manifestación de terrorismo ideológico político que, según la Comisión de la Verdad, causó más de 68 mil muertos y 25 mil millones de dólares en pérdidas.

El Perú rechazó y rechaza el terrorismo. Los campesinos organizados, con el apoyo de sus Fuerzas Armadas lograron, después de años de aprendizaje, combatir el fenómeno de Sendero Luminoso y del MRTA.

El accionar conjunto de FF.AA. Policía Nacional y ciudadanía, con una demostración excepcional de inteligencia de los organismos coercitivos del Estado, logró desmembrar la expresión terrorista en nuestro país y encarcelar a sus principales dirigentes. El costo de aprendizaje fue alto, como sabemos, y no exento de errores, como toda guerra.

Por eso, muy pocos seguramente se pueden oponer a una propuesta como la lanzada por el Presidente Alan García de imponer la pena de muerte para los terroristas. El problema es si hay necesidad de una medida de ese tipo o si estamos –una vez más- ante métodos conocidos de operaciones psicológicas destinadas a ocultar problemas más agudos de la conducción del país. El Estado tiene razones que no siempre son entendidas por los ciudadanos. Y el mal uso de ellas puede hacer peligrar la seriedad de su administrador de turno: el Gobierno.

Según ha informado la ministra del Interior Pilar Mazzeti, el martes 31 de octubre ella recibió de la Embajada de los Estados Unidos la información de un probable atentado contra el Presidente de la República. A las pocas horas, el país fue informado por el propio Presidente García de la decisión de su Gobierno de implantar la pena de muerte para los terroristas. ¿Tiene relación una cosa con la otra? ¿Estamos ante un real peligro que amenaza la continuidad del Estado o del Gobierno y que merece la pena máxima para sus seguidores? ¿No estamos ante una respuesta emotiva, producto de un informe que la propia embajada norteamericana no ha querido reconocer como válido?

¿O es una táctica desinformativa bien planeada en tres actos: 1) Aviso a la embajada, 2) Alerta de la embajada al Ministerio del Interior y 3) Anuncio de pena de muerte para los terroristas? Adelantándose a suspicacias como ésta el Primer Ministro Jorge del Castillo ha dicho: “(La información) no ha salido del local de Alfonso Ugarte, ha salido de la embajada de los Estados Unidos”. ¿Qué fuente le entregó a la embajada norteamericana la información, en ausencia de su titular, James Curtis Struble, quien se encontraba de viaje en su país y regresó a Lima recién la madrugada del viernes 2 de noviembre?

Son preguntas que deben esclarecerse ante un hecho de suma gravedad como el que pretende imponer el Gobierno. Todos rechazamos el terrorismo mundial y local. Pero así mismo, nadie quiere un poder estatal que gobierne en base a psicosociales, con repercusiones graves para la vida de todos los peruanos, para no hablar de las implicancias que a nivel internacional tendría una medida de este tipo. Lo que tenemos que evitar es que se instale nuevamente el fantasma de un peligro mayor que ronda siempre en situaciones como ésta: el terrorismo de Estado.

01 noviembre, 2006

Hildebrandt reloaded

Vuelve César Hildebrandt. Ha sido una felina reacción política la de Juan de la Puente. En Primera, como el nombre de su periódico. No podía ser de otra manera. Es una buena forma de empezar una gestión y, al mismo tiempo, terminar las especulaciones en torno a su nombramiento. Juan no ha asumido la dirección del periódico para sumarse al corifeo tufillo aprista que tiene hoy la prensa peruana.

El hecho que De la Puente tenga una relación contractual en el Congreso y que haya entrevistado a su presidenta –su jefa?–, no significa que haya cruzado el rubicón hacia la Casa del Pueblo. Tampoco el hecho que sea amigo de Jorge Del Castillo, poder que, se afirma, estaría detrás de La Primera. El retorno de César termina esas especulaciones, me parece.

Por lo demás, la mezcla de Hildebrandt con De la Puente, o viceversa, es saludable para la prensa peruana. Y para el sistema democrático en general. Indica que podemos dejar de lado nuestras diferencias y que se puede ejercer el periodismo sin censuras ni llamadas de atención, pero también sin miedos ni medias tintas.

La denuncia de Hildebrandt –la de la compra de vacunas por 22 millones de soles- será investigada por los órganos correspondientes. Para eso está el Congreso y el Poder Judicial. La prensa cumplió su rol fiscalizador y lanzó una claraboya de alerta. El sistema debe ahora funcionar.

En el otro tema, dejemos que Federico Danton siga su vida tranquila y que la opinión pública pase más adelante la factura del costo que tiene la mentira del padre. Una primera encuesta le sonríe, por ahora, al acelerado papá-presidente. El tiempo y el silencio de Pilar dirán hasta cuando.

Bienvenido nuevamente César. Es mejor soplarnos diariamente tu maniática búsqueda de la perfección, producto de un higado bien aceitado y un humor mezcla de miel y almizcle, a no tener nada que leer.

30 octubre, 2006

AGP-AFF: Pacto de impunidad

Keiko Sofia Fujimori Higuchi, la primogénita del prófugo de la justicia peruana, Alberto Kenya Fujimori Fujimori, lanzada a la arena como parte de un proyecto politico familiar, es conocida en los predios del Ministerio de la Mujer y el Desarrollo Humano (MIMDES), como “la chochera” de Alan García.

Sus llamadas son atendidas sin previo protocolo por la ministra Borra. Sus pedidos se procesan de inmediato. Sus recomendaciones se acatan sin chistar. Keiko se pasea por el MIMDES como si fuera su casa.

El propio Alan García ha dado instrucciones precisas de atender a la congresista fujimorista. Y los funcionarios apristas no tienen remilgos en cumplir las órdenes de su jefe.

La rápida y obsecuente atención a la edulcorada representante naranja no es gratuita. Forma parte de un bien armado sistema de conexiones entre el partido aprista peruano y el movimiento fujimorista. Es producto de un pacto político de alto nivel basado en un principio de impunidad para delitos de corrupción y de lesa humanidad.

El pacto tiene componentes de política interna y externa y se viene ejecutando de manera sistemática. El plano más interesante no es la atención que recibe Keiko en los pasillos del MIMDES, sino las piezas que se han venido colocando en el escenario internacional.

El más importante de todos es, quizás, el nombramiento de Hugo Otero, como embajador del Perú en Chile. "Alan no se hubiera desprendido de su asesor principal si no fuera por un motivo de suma importancia", refiere un aprista descontento con esta situación.

A ello se suma el nombramiento del embajador Eduardo Ponce en Japón y del embajador Jorge Voto-Bernales en Naciones Unidas -piezas fujimoristas de Torre Tagle encargados de la firma de la paz con Ecuador. El embajador Jorge Valdez -el cerebro en la sombra-sería la próxima ficha que se mueva.

La propia hija de Fujimori ha sido nombrada presidenta de la liga de amistad parlamentaria peruana-chilena. Y el abogado defensor del Chino, Rolando Souza, es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.

Pero, sin duda, donde más ha avanzado el pacto de impunidad entre el Aprismo y el fujimorismo es en desmantelar el sistema anticorrupción que se creó durante la gestión del Presidente Valentín Paniagua, que permitió que militares de la más alta graduación, empresarios, ministros, funcionarios de gobierno y propietarios de medios de comunicación, fueran enviados a la cárcel por delitos de diverso tipo.

Está claro que a este gobierno no le interesa el trabajo de la Procuraduría Anticorrupción que presidieron sucesivamente Ugaz, Vargas Valdivia y Maldonado. El nombramiento de Carlos Briceño como procurador ad hoc es la mejor prueba de ello. Briceño fue despedido por Maldonado por haber cometido gruesos errores en la confección de uno de los cuadernillos, base de la de extradición de Fujimori de Chile.

En lugar de apretar el acelerador en este tema, el Apra desmontó la procuraduría ad hoc y nombró a otro procurador –el impresentable Gino Ríos Patio- para investigar con zaña el gobierno de Toledo.

Hoy pareciera que las denuncias contra Toledo son más serias que las propio Fujimori. García no tiene empacho en adelantar opinión sobre Toledo y envíar a sus ezbirros a morder al hombre de Cabana, y guardar silencio sobre su socio refugiado en Chile. Pero lo que ha colmado la paciencia de la prensa es que haya califica los crímenes y latrocinios de Kenya Fujimori como simples “pecados graves”.

La prensa ha dicho basta esta semana y ha empezado a poner en blanco y negro sus dudas y temores. La cacería contra las ONG, impulsada por los diarios "La Razón" y "Expreso", es sólo una prueba más de lo que se viene: el sometimiento de quienes alcen su voz en busca de justicia y sanción para los culpables.

En esto, García y Fujimori comparten el mismo espíritu de batalla. Su lema parece ser: impunidad o prescripción.

26 octubre, 2006

El sexto: no negarás a tu hijo

El hijo sexto de García fue flor de un día para la prensa. Salió Alan a contarnos que tuvo su pequeño entre el 2004 y 2005 mientras estuvo separado de Pilar y todos le creyeron. Ningún medio recogió reacciones. A nadie se le ocurrió tocar la puerta de la Cuqui. Todos consideraron que se trataba de un asunto privado del Presidente. Y punto.

La primera enseñanza de los viejos maestros del periodismo es desconfiar. Desconfiar del poder primero que nada. Y del político antes que todo. Un periodista es escéptico por formación profesional.

Lo que nadie podrá negar es que García tuvo un niño fuera del matrimonio que no lo presentó en la campaña. Utilizó a sus otros cinco hijos y los exhibió en el tabladillo. Los hizo bailar, hablar, posar para la prensa. Hoy se presenta como un padre responsable cuando en la práctica es sólo un padre como muchos.

García sí utilizó la imagen de la familia feliz para embaucarnos a todos. Pilar se prestó al juego y no sabemos si el resto de la familia también. Ambos apostaron por la mentira como estrategia y quizás ese sea el rasgo que marque este segundo mandato aprista que ha empezando arrojando bazofia a la prensa.

Hoy sabemos que el presidente tampoco dijo toda la verdad en su declaración pública. Nos siguió ocultando información. No dijo que el reconocimiento fue en el Condado de Dade en Estados Unidos y tampoco dijo por qué no lo declaró como dependiente en su declaración jurada.

Esta historia de mentiras y negaciones, de acuerdos políticos dentro de casa, no tiene por qué inhibir a la prensa que, de pronto, se ha puesto candelejona para hablar de este tema. Por menos hicieron portadas, enviaron equipos y desataron una implacable persecución y linchamiento mediático, para probar el romance Toledo-Bardales, ¿se acuerdan?

Señores periodistas, si siguen así habrá que replantear los 10 Mandamientos y reescribir el sexto: no negarás a tu hijo… ni lo ocultarás a la prensa si llegas a candidatear.

25 octubre, 2006

El factor Pilar

Las fotos de la prensa son elocuentes. Pilar Nores acompaña a su marido en la declaración en la que García reconoce a su sexto hijo, dando, con su presencia, soporte a sus palabras. Luce seria, circunspecta, llevando la procesión por dentro.

Sin decir nada, la Primera Dama lo dijo todo. Pilar es la compañera de ruta y asume un rol de primera magnitud en esta segunda experiencia de gobierno de su esposo.

Es poco lo que se conoce de esta mujer nacida en Córdoba, Argentina, hace 52 años, economista de profesión, excepto que tiene el don de mostrar una cara estudiada para cada circunstancia.

Pilar finge para el público. Repasa el papel que le corresponde en la escena y lo asume con profesionalismo inglés, sin apasionamiento, con cierto distanciamiento.

Es más flemática que emocional. Cien por ciento racional. Su sonrisa no le sale del alma, sino del espejo. No se apasiona, se obsesiona. No reniega, estalla. Pero siempre dentro de las cuatro paredes.

El primer día que llegó a Palacio preguntó por los sillones que había dejado en 1990.
“Seguramente se los han robado”, masculló entre dientes.

Al final los hallaron y los colocaron donde indicó. Uno a uno recuperó todos los objetos que usó en su primer despacho y se empeñó en mantenerlo igual.

De un sopapo, cerró el pasillo donde circuló su antecesora, Eliane Karp, sin saber que ella misma transitaría el mismo camino, aunque con un papel distinto junto al Presidente.

Porque Pilar es más política que Eliane.

A diferencia de la pelirroja esposa de Toledo que, iracunda, arremetía contra todos, Pilar disimula en público y maltrata en privado.

Eliane nunca perdonó la hija extramatrimonial de Alejandro. Pilar lo asume públicamente, aunque en privado quizás lo deteste. Ayer lo demostró acompañando a García en su declaración. El ceño fruncido. La boca torcida. La mirada desangelada.

“Pobre”, dirán todos. “Lo que tiene que soportar”. Na´ que ver. Lo mastica, pero no se las traga.

Para quienes creen sólo lo que ven, Palacio soltó la información de que mientras caminaban al despacho, la pareja presidencial se dio un besito. Mentira. Es el The End buscado.

Pilar es diferente a Eliane.

Eliane creyó que le correspondía el derecho de compartir el poder con su esposo, y buscaba intervenir en los actos públicos del Presidente. Pilar, en cambio, sabe que necesita ejercer el poder antes que dar a conocer que lo comparte con su marido.

Cuando explican un proyecto, los funcionarios públicos apristas le temen más a Pilar que al propio García.

En la mesa de trabajo palaciega, ella no duda en sentarse frente a su marido –no a su lado-, para no atosigar al Presidente ni hacerle sombra. Está y no está al mismo tiempo.

En la campaña, Pilar asumió su propio espacio y tareas. En el gobierno es igual.

Tiene el desplante de una mujer que actúa con energía, aunque se muestre más delicada que una flor.

Los empleados de la cocina y los choferes de Palacio ya conocen sus desahogos. Y sus desplantes. Y su mirada de hielo.

Pilar es una dama de hierro. Inteligente, calculadora, autoritaria. Es nuestra Margaret Tatcher de Cumparsita.

Fina y rápida como el zumbido de la avispa, dura y punzante como su aguijón. ¡Ay, de quien sobreviva a su almibarada ponzoña!

24 octubre, 2006

Alan, a la francesa

Que Alan hablaba francés y que tenía gustos adquiridos en su dorada estancia parisina, lo sabíamos. Lo que no conocíamos era que había adquirido la costumbre gala de tener a la señora en público, la Madame, y a la otra en privado, la amant, o, si tiene poder, la maîtresse.

En Francia, se avanzó mucho en este sentido en los últimos tiempos. Era vox populi que Francois Mitterand, caminaba con su esposa por Les Champs-Elysées y se veía con su querida en un departamento de la Rue Saint German.

Por eso, nadie se escandalizó el día en que ante la tumba de Mitterrand dos mujeres vestidas de riguroso luto –ella y la otra– lloraban la muerte del presidente francés.

En sociedades menos abiertas, como la inglesa, el caso más notorio es el de Camila Parker, que sólo con la desaparición de Lady Di, pudo cumplir el sueño de reunirse públicamente con el hombre que amaba en secreto, el príncipe Carlos.

Lima también tiene sus secretillos de salón. El affair García-Cheesman es sólo uno de la larga lista de romances y triángulos amorosos que rodean a los hombres y mujeres en el poder. El virrey Amat y la Perricholi , Bolívar y Manuelita Sánez, Piérola y Marie Cristine Leblanc, Madame Garreaud, son sólo ejemplos notorios.

El nombre de la Cuqui era conocido desde el primer gobierno de García, cuando trabajó en el Instituto de Comercio Exterior (ICE). Si hubo o no romance desde entonces, es algo que las lenguas chismosas de esta ciudad afirman y niegan en diversos tonos. Lo que es cierto es que desde entonces, la agraciada economista no pasó desapercibida para el mozabelte Presidente.

No vamos a entrar aquí a cuestionar si se trata de la vida privada o no de las personas. El hecho es que garcía reconoció a su sexto hijo, pero al mismo tiempo lo negó. Más precisamente, lo ocultó al pueblo peruano.

García Pérez no reveló este secreto por estrategia de campaña. Y por esta misma razón, se vio obligado a regresar con Pilar Nores y a presentarse como el candidato con la familia feliz. Recuérdese el papel importante que jugó Nadine con Ollanta en esta campaña y la ausencia de familia que exhibía Lourdes Flores.

Hoy sabemos que el matrimonio García-Nores es un acuerdo político. Y la señora Pilar lo asumió íntegramente. Cuando Pilar le dio el besito a Alan en el cierre de la primera vuelta, ya Federico Danton empezaba a destetarse.

Federico Danton García Cheesman nació el 11 de febrero de 2005. Ese día, pasaron muchas cosas en la cabeza del alborotado papá candidato. El juez que veía la matanza de Accomarca devolvía el expediente a la fiscalía por carecer de competencia para juzgar al ex presidente, su brazo derecho, Ricardo Pinedo, admitía que visitaba regularmente a Agustín Mantilla en prisión y los partidos de izquierda se reunían para ver si formaban un frente electoral.

Un año después, cuando mamá Cheesman celebraba el primer cumpleañitos de Federico Danton, Alan mientras prometía la libre desafialización de las AFP, alzaba a un bebito en brazos en pleno mitin en La Victoria , acaso como un mensaje a la distancia (http://www.larepublica.com.pe/component/option,com_
contentant/task,view/id,102437/Itemid,0/).

Lo cierto es que Alan negó a su hijo hasta hoy. Ese es el hecho. Lo negó en su declaración jurada, y lo hubiera seguido negando de no haber sido por el lenguaraz de Hildebrandt.

Si esto hubiera ocurrido en Estados Unidos, se habría acusado al presidente de perjuro. Y se le hubiera abierto un proceso de destitución, un impeachment político.

Pero estamos en el Perú y tenemos reminiscencias francesas. Ya somos una sociedad moderna. Ahora hay que esperar la foto del olvidadizo papá cargando a su inesperado retoño. Carne para los medios.