01 junio, 2012

Encuentro, acuerdos y desacuerdos

La reunión del Presidente Ollanta Humala y del ex presidente Alejandro Toledo en Palacio de Gobierno, siendo un acto democrático, usual en un país civilizado, ha sido tomada por los demás grupos políticos bajo sospecha.

Una conversación alturada, donde se trataron diversos temas de agenda nacional, con franqueza y seriedad, ha sido resumida a tratativas para obtener cupos para la Mesa Directiva del Congreso.

La agenda política fue por un lado y la agenda mediática la cambió por otro.

Bajo la modalidad de 1 + 1, los líderes de Gana Perú y Perú Posible conversaron en estricto privado. Después de más de dos horas, se unieron dirigentes políticos de ambas agrupaciones: Javier Reátegui, Carlos Ferrero, Marcial Ayaipoma, Carmen Omonte y Luis Thais por Perú Posible y Freddy Otárola y Víctor Isla por Gana Perú.

Los temas conversados fueron de índole nacional: el accionar del narcoterrorismo, los conflictos sociales y las inversiones mineras, las relaciones Perú – Chile y el fallo de La Haya, el aumento salarial a las Fuerzas Armadas y Policiales.

La tónica que usó Perú Posible en esta parte de la reunión fue de absoluta franqueza y crítica constructiva y directa de estos primeros once meses de gobierno.

El presidente escuchaba y tomaba nota de cada una de las recomendaciones que planteaba la dirigencia de PP.

Al final, Ollanta Humala hizo una síntesis precisa de cada una de las intervenciones y repitió pormenorizadamente las observaciones y propuestas que le hicieron, denotando agudeza, inteligencia, memoria y capacidad de síntesis.

Quedaba claro que la invitación del Presidente Humala fue a Perú Posible.

Nada de lo que se dijo semejaba a una toma y daca. Ningún atisbo de negociaciones debajo de la mesa. Al salir a la prensa, el ex presidente Toledo reiteró que Perú Posible no apoya al gobierno, sino a la gobernabilidad. Esto en buen cristiano significa que PP apoya todo aquello que considere positivo para el país y que se opondrá a lo que sea contrario a este propósito.

Perú Posible –lo dijo también Toledo en la rueda de Prensa– renunció hace tiempo a participar en el Ejecutivo, sea asumiendo ministerios, embajadas u organismos públicos en general.

Su ámbito de acción se limitará al Poder Legislativo y, en ese contexto, pensando en lo que para él mismo significó la conducción del país en el quinquenio 2001-2006, admitió haber conversado con el presidente Humala sobre la futura Mesa Directiva del Congreso y opinó que sería conveniente que el partido de gobierno continuara al frente del Poder Legislativo con los respectivos contrapesos. Eso fue todo.

¿Se adelantó Toledo en hacer este anuncio? ¿Debió consultarlo previamente con su bancada? Si Toledo debió decir o no su posición es un cálculo que no tuvo en ese momento, pero no deja de ser la posición del líder de la agrupación convocada a Palacio de Gobierno.

Toledo habló en representación de Perú Posible. ¿Puede alguien dejar de reconocerle ese derecho? Como acaba de decir el propio presidente Ollanta Humala, “Perú Posible es el buque insignia que hizo el trabajo a nivel nacional para lograr esa importante votación que tuvieron, que permitió que otros partidos se beneficiaran yendo al Congreso”.
Por otro lado, discrepar o asumir caminos diferentes no debe sorprender a nadie. Es parte de la vida política y de los objetivos planteados por cada estructura partidaria. Si los intereses no sólo difieren, sino que son contrapuestos o irrenunciables, entonces, no hay más remedio que sancionar las diferencias y resolver la alianza política, sin traumas ni rencores, sino con madurez, altura y respeto. El país necesita políticos maduros. Los aliados democráticos de hoy no pueden volverse enemigos acérrimos del mañana. Simplemente eligen su propio camino en pos de un mismo objetivo.


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