05 junio, 2012

No se aisle, Presidente


El país ha ingresado a una etapa de confrontación muy complicada. En Cajamarca, los colegios están cerrados, los negocios igual. Las carreteras se cierran por zonas. Hay piquetes de revoltosos dando vueltas por allí. En otras provincias como Celendín o Bambamarca, la cosa luce peor.

En Espinar, Cusco, no hay autoridad con quien dialogar; su alcalde está preso en Ica. En diversos puntos del país se registran movilizaciones en apoyo a Espinar y Cajamarca.

El partido de gobierno ha perdido tres congresistas. Y se teme que otros dos se sumen a la diáspora política, generando incertidumbre ante la elección de la próxima Mesa Directiva del Congreso.

En suma, un sistema democrático que es arremetido por fuerzas políticas radicales, obtusas, y un Poder Ejecutivo jaqueado, sin capacidad de respuesta. ¿Qué hacer? ¿Qué debiera hacer el Presidente de la República?

Dos consejos, Presidente. Uno, dialogue con el pueblo. Dos, actúe políticamente.

En el primer caso, explique usted el cambio que ha tenido. Su pensamiento inicial se ha transformado en el poder. Ha madurado. Bien, explíquelo. Dígale usted al pueblo los beneficios de la inversión, de la gran minería.

Haga docencia. Lidere la Nación. Díganos con claridad a dónde vamos, qué idea de país tiene ahora y a dónde lo quiere llevar. Puede hacerlo de a pocos, como ahora en la inauguración de agua potable en Villa María del Triunfo.

También puede viajar a diferentes puntos del país y tener contacto directo con la gente. Hable con el pueblo. Explique las cosas difíciles en términos sencillos. No tenga miedo. Hablando se entiende la gente.

Puede usar el mensaje a la Nación, aunque, la verdad, creo que ese formato acartonado no va con usted. Endurece su lenguaje.

En el segundo caso, haga política. Reúnase con sus congresistas. Con sus ministros. Convoque a especialistas. Conozca. Analice. Ejecute. Y delegue. No pretenda inmiscuirse en pequeños detalles. Dar instrucciones no significa manejar directamente las cosas.

Concerte. Persuada. Negocie. Conceda. No sólo exija. Mande. Ordene. O Imponga. La política implica trabajo, sangre, sudor y lágrimas.

Lo que no puede hacer, Señor Presidente, es esconderse. Encerrarse. Quedarse en Palacio. O contentarse con los twitts de su esposa o, ahora, del Primer Ministro.

No puede tampoco permanecer en silencio forever. Su silencio tiene un límite. Usted sabe que los problemas no se resuelven ignorándolos; sino afrontándolos.

Olvídese de las encuestas. Hable. Viaje. Explique. Convenza. No hacerlo, alimentará el clima político; enrareciéndolo. En serio, presidente, no se aisle.

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