06 julio, 2012

Adiós, señor Valdes


Siete meses después de juramentar el gabinete Valdes, con el saldo de 17 muertos, víctimas de la represión de las Fuerzas del Orden en conflictos socioambientales, cinco de los cuales se produjeron en los últimos dos días de violencia en Celendín y Bambamarca, el presidente Humala decidió salir de su incómodo silencio para anunciar que el Ejecutivo propone a monseñor Miguel Cabrejos como mediador en el conflicto por el proyecto Conga.

Una respuesta positiva, aunque tardía, tristemente tardía.

El presidente regional de Cajamarca, Santos, ha aceptado la participación de monseñor Cabrejos y  ha presentado a su vez como su representante al padre Gastón Garatea, propuesto ayer como mediador por Alejandro Toledo.

La primera víctima de esta nueva etapa de diálogo que se abre en Cajamarca es el Presidente del Consejo de Ministros, Oscar Valdes.

Sin juego alguno que no sea la posición inamovible del uso de la fuerza pública y legal, Valdes, sintomáticamente fue desautorizado anoche  por la vicepresidenta Marisol Espinoza quien insinuó que había perdido su capacidad negociadora.

"Tú no puedes sentarte a la mesa con sectores o con alguien que no es visto con confianza… si realmente queremos encontrar una solución o salida, entonces no podemos empecinarnos en colocar a alguien que en este momento ha recibido cuestionamientos por parte de la población", señaló.

De esta manera, la figura principal del Ejecutivo terminaba su función. Se ha despojado del principal valor que encierra un cargo como el que tiene: confianza.

Confianza para gestionar el conflicto y sacarlo del punto de quiebre en que se encuentra, afectando seriamente al gobierno de Ollanta Humala.

Confianza para resolver los temas calientes que amenazan con prenderse en diversos puntos del país.

Confianza, en suma, como dice la vicepresidenta, para sentarse  la mesa y dialogar con los sectores en conflicto.

Así, siete meses después, Conga vuelve al punto en que lo dejó el ex premier Salomón Lerner Ghitis.

El Presidente Humala debe ahora determinar el momento del cambio del primer ministro y recomponer su gabinete.

¿Antes o después del Mensaje a la Nación de 28 de Julio? Sería ideal que fuera un poco antes. El gabinete que lo acompañe al Te Deum y a las actividades protocolares de Fiestas Patrias debiera tener un nuevo rostro, renovado y de ancha base.

Pero no tendría nada de malo tampoco hacerlo inmediatamente después del mensaje presidencial para despedir a sus colaboradores con honores y salva de cañonazos –literalmente– y mantener el control de la agenda mediática con el anuncio de los cambios.

Lo que no podrá hacer más el presidente Humala, es sostener a Valdes… como hasta ahora lo ha venido haciendo. El costo de persistir en este modelo es demasiado alto y empieza a afectar al propio jefe del Estado.

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