12 enero, 2013

El Perú nació Serrano


El ataque racista del Diario Expreso contra el Ex Presidente Alejandro Toledo es señal clara de que esta tara sigue vigente en nuestra sociedad. Nuestro país ha avanzado en la democratización de los derechos civiles. Amplias masas, antes rechazadas o disminuidas socialmente, tienen ahora los mismos derechos, aunque no siempre, los mismos espacios.
Aún discutimos, por ejemplo, si las nanas o personal del servicio doméstico, pueden o no hacer uso de los servicios higiénicos de los clubes privados donde sus patrones son socios. Ellas tienen el derecho de trabajar, pero no tienen el derecho de hacer pis en la misma tasa de quienes las contratan. No importa si acuden a los clubes privados a cuidar a los hijos de sus patrones. 
No falta tampoco, cada verano, el prepotente que cree que comprar un departamento o casa de playa le da derecho a extender su propiedad sobre arena, sol y mar y más allá. El nivel de irracionalidad es tan alto -como el negocio inmobiliario de casas de verano-, que dentro de poco tendremos con seguridad un nuevo movimiento cívico: Los Sin Playa.
El racismo desembozado y el racismo asolapado son dos expresiones de las muchas fracturas sociales que tenemos como país y que remontan quizás a etapas coloniales o incluso anteriores. Somos un mosaico étnico, una sopa serrana en pleno hervor donde entra de todo, desde olluco hasta brocoli, pasando por zanahoria, mote, todo tipo de papa y por supuesto carne con hueso.
En esta ocasión, el Diario Expreso (11 de Enero de 2013), publicó en su sección Azotes y Chicotazos –una área destinada a flagelar políticamente a sus opositores– un galimatías que nadie entendía, si no en su parte final donde denostaba a Toledo señalando su condición de Serrano.
El párrafo de marras decía lo siguiente: “Según el toledista Juan Sheput, el ministro de Economía, Miguel Castilla, es culpable de la salida de Campodónico de Petro-perú. A propósito, Toledo es “aliado” del gobierno humalista, del cual forma parte el correcto y eficiente ministro Castilla. ¿Qué les parece el comportamiento de Toledo? Serrano nunca bueno, si bueno nunca perfecto, y si perfecto siempre serrano”.
Es evidente la intencionalidad racista del comentario. Un ataque contra su condición de Serrano. Las reacciones no se hicieron esperar. Las redes, verdaderos desfogues sociales contemporáneos, estallaron con opiniones a favor y en contra. La mayoría, hay que decirlo, rechazando el tufillo discriminatorio del diario contra un hombre que personalmente ha superado este tema por sus convicciones, estudios y experiencia internacionales.
Pensando en lo que este tipo de agravio -por el color de la piel o los rasgos físicos- representa para una gran mayoría en el país, Toledo envió una carta de protesta al director del diario, Luis García Miró Elguera, en los siguientes términos:
“Universidad de Stanford, California, 11 de Enero de 2013.
Diario Expreso.
Estimado señor Director:
Lamento el deplorable nivel utilizado por su diario para referirse a mi persona, con evidente sesgo racista. Confieso mi indignación con este tipo de pensamiento anacrónico, en momentos en que el país se esfuerza por fortalecer la inclusión social.
El Perú tiene demasiadas fracturas como para ahondar una de ellas, quizás la más profunda, relacionada con su identidad.
En un mundo abierto, global y democrático, como el que nuestro país construye, no debe existir espacio para el racismo o la intolerancia étnica.
Toda conducta xenófoba debe ser erradicada desde su raíz por retrógrada, anticívica y dañina a la conciencia nacional.
Por tal motivo, Señor Director, exijo, de parte de ustedes, públicas disculpas, no conmigo, sino con el país.
Hasta para discrepar hay que tener decencia y lealtad. Lealtad a los principios de igualdad ante la ley, respeto a todos los ciudadanos y libertad de expresión con responsabilidad.
Construyamos juntos el Perú del futuro; no discriminemos.
Atte.,
Alejandro Toledo
Ex Presidente del Perú 2001 – 2006”

A las pocas horas, producto de la presión ejercida por la ciudadanía, desde las redes sociales, el diario pidió disculpas y anunció la separación del redactor responsable. No dijo nada, sin embargo, sobre la responsabilidad del editor de sección o del propio director.
El caso será recordado como una muestra del rechazo activo que el tema del racismo genera en nuestra sociedad. Integración y tolerancia hay y cada vez más. Pero también conductas retrógradas que confunden crítica con ataque y diferencia con discriminación. 
Habrá que seguir en estado de vigilia permanente. Lamentablemente.

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