Una partida de cartas y una negociación tienen parecido. Los
jugadores o negociadores se sientan en la mesa con el objetivo de obtener un resultado
satisfactorio. Sólo hay una diferencia. En el juego, no se muestran las cartas. En la negociación, se debe aprender a mostrarlas.
El flamante presidente del Consejo de Ministros, Fernando
Zavala, tendrá que escoger bien cómo inicia este juego de conversaciones y negociaciones con
los diferentes grupos políticos, con la finalidad de, si no ganar el juego, al
menos, empatarlo.
Y no hay dos juegos iguales.
Para la reunión con el fujimorismo, por ejemplo, es más
conveniente empezar por Seguridad Ciudadana que por las medidas para la
recuperación del crecimiento. Hay más similitudes en la primera baraja que en
la segunda.
Ambas fuerzas reconocen que la inseguridad es el principal
problema del país. Usando los datos del
Barómetro de las Américas, Fuerza Popular señala que en Lima existen 121 zonas
de gran incidencia delictiva (en 32 distritos), siendo el Cercado de Lima el
distrito de mayor incidencia criminal.
Existe igualmente similitud en plantear la inequidad en el acceso a la seguridad. Santa
Anita, tiene un policía por cada 2,793 habitantes, cuando el estándar de
Naciones Unidas indica un policía por cada 250 habitantes.
Aquí encaja Barrio Seguro, la propuesta de Peruanos por el Kambio, que
pretende vigilar y patrullar las calles y los barrios, combinando policías con
serenos municipales y vigilancia ciudadana organizada. No habría mayores resistencias. Especialmente si se empieza y focaliza el programa por el
7.5% de los distritos del país, que es donde ocurre el 80.5% de los delitos,
según el plan de PPK.
Liderar el combate al crimen organizado desde la Presidencia
de la República, activando el Consejo Superior de Estado (como plantea Fuerza Popular) o fortaleciendo el
Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana - SINASEC (como propone PPK), es también un objetivo
compartido.
Lo mismo que fortalecer la inteligencia y prevención, así como
elaborar un observatorio nacional del crimen, monitorear los puntos críticos y
actuar de manera rápida y efectiva.
Los nudos a destrabar estarían en el uso y rol de las Fuerzas
Armadas para vigilar establecimientos públicos estratégicos como Sedapal,
Plantas de energía, entre otras, que propone Fuerza Popular y que Peruanos por
el Kambio rechaza de plano. O en "refundar" la Policía, propuesta que el nuevo
gobierno planteó en la campaña electoral y que Fuerza Popular no comparte, al punto de pretender
regresar al viejo y derogado sistema de 24 x 24.
El acuerdo tampoco tiene que ser escrupulosamente puntilloso,
detallista, línea por línea. En todo caso, no se debe permitir que Fuerza
Popular pretenda maniatar o trabar la implementación de la política de gobierno
de Peruanos por el Kambio. Menos poner vetos a quienes resulten designados para
liderar el sector. PPK ganó y tiene todo el derecho de llevar adelante su
programa de acción; con la gente que considere más conveniente.
El papel que le corresponde a Fuerza Popular es fiscalizar
dicho plan y a sus autoridades; no perforarlo ni bloquearlo. La compra de
patrulleros y las observaciones que acaba de hacer la Contraloría General de la
República podría ser también otra señal de acercamiento antes que de conflicto. Un punto de avance más que de freno.
Como hemos dicho, los jugadores de cartas cuando se sientan
en la mesa, buscan ganar. En una negociación, es igual. La diferencia es que en
la mesa de juego, necesariamente, hay un solo ganador. En la mesa de negociación,
en cambio, si se actúa con estrategia, paciencia e inteligencia, se puede
llegar a una situación win-win, en la que ambas partes ganan, sin entorpecerse
unas con otras. Por el bien del país.
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