23 diciembre, 2017

Acuerdo por el Bicentenario


La crisis política ha sido conjurada, pero nada indica, ni por asomo, que ésta haya acabado. El presidente ha conservado el puesto, pero las razones que lo llevaron a esa situación crítica siguen en pie. Es como si en una emergencia médica hubiera salido de Trauma Shock para pasar a Sala de Observación.

Para que le den de alta, debe reestructurar su gobierno. Recomponerlo. Reinaugurarlo. Relanzarlo. Es la segunda y última oportunidad que tiene el Presidente para realinear la correlación de fuerzas existentes en el Congreso. No habrá otra. El gobierno del Presidente Kuczynski o se abre y convoca a nuevas fuerzas o se termina.

Lo que tiene que construir el Presidente es un gobierno de coalición, una nueva alianza o pacto con agenda propia, un Acuerdo por el Bicentenario, en el que se establezca un conjunto de objetivos concretos a realizar de aquí al 2021, necesarios para fortalecer el sistema democrático y generar desarrollo y bienestar para todos los peruanos.

En lo político, uno de esos puntos del acuerdo debiera ser el retorno del Senado, volver a tener un congreso bicameral. El propio proceso de vacancia ha servido de mejor ejemplo al pueblo para que entienda los riesgos que conlleva el acelerar plazos y precipitar decisiones, en lugar de reflexionar más profundamente sobre ellos, asegurar una doble instancia y evitar consecuencias apresuradas o desproporcionadas.

El Acuerdo por el Bicentenario no debe ser un rosario de objetivos incumplibles, ni una lista de buenos deseos, ni siquiera un plan de políticas públicas deseables (para eso ya existe el Acuerdo Nacional).

No es tampoco un papel escrito y una foto para las tribunas.

Es un compromiso expresado en acciones y decisiones, con votos asegurados en el Congreso para llevarlo adelante. Es en realidad un Plan de Gobierno mínimo en lo económico, político y social; un conjunto de decisiones ejecutivas y legislativas que pasa por la construcción de una nueva mayoría parlamentaria.

El Acuerdo por el Bicentenario es fruto del compromiso de esa nueva alianza política que necesita el gobierno para esta segunda fase (2018-2021). ¿Con quiénes construye el Presidente esta nueva correlación de gobierno? ¿Qué fuerzas se unen? Como flautista de cámara que es, el Presidente sabe que no basta ya un instrumentista solitario. Necesita una nueva orquesta, pero, principalmente, alguien que ordene y armonice todos los instrumentos. ¡Ah!, y no más bailecitos, por favor.




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