13 enero, 2018

Palabras cruzadas


El cambalache político que vivimos ha tergiversado el sentido de las palabras. Las cosas se nombran de una manera y significan otra completamente diferente. Debemos recuperar la esencia de las palabras, su espíritu, para no confundirnos en su uso o aplicación. Veamos unos ejemplos:

Indulto Humanitario: Indulto fue. Pero no humanitario, ni médico, sino político. Se tranzó a cambio de conservar la cabeza del ejecutivo, que no es poca cosa. Fujimori salió de la DIROES y PPK se quedó en Palacio. La CIDH determinará en breve los alcances jurídico supranacionales de la medida. Si se revoca a este nivel el indulto, se vuelve a armar la pampa.

Gabinete de la Reconciliación: Ni de reconciliación, ni de coalición. Este gabinete es solo de la continuación. Es más de lo mismo y menos de lo que esperaba. Reconciliación es una palabra ecuménica que pertenece más a la religión que a la política. Ojalá el gobierno encuentre el norte y (además de reconstruirlo), empiece la verdadera reconciliación, es decir, con los que más necesitan.

Diálogo Democrático: Ni uno ni otro. Nadie dialoga en estos momentos. ¿Con quién dialoga el gobierno? ¿Con FP, la izquierda, APP, AP? No. Solo con Kenji. Tampoco la oposición dialoga. Dos de los “advangers” fueron expulsados de la Comisión Permanente del Congreso por su partido, sin consulta de ningún tipo. El Apra expulsó a Barreda y Salinas al mismo tiempo que decían “sí, juro” en el gabinete. La izquierda de Arana no dialoga con la de Marisa Glave. Ni con la de Goyo Santos. Los únicos que “hablan”, entre sí, son los marchantes. Unos para que Fujimori regrese al penal (y se vaya PPK). Y otros, para celebrar la libertad del Chino. No hay diálogo. El único diálogo que existe es el de sordos.

Popularidad Presidencial: El término más preciso sería impopularidad presidencial. Según DATUM, 75% desaprueba la gestión del presidente Kuczynski; solo 20% lo aprueba. Las razones: Mala gestión (22%). No hace nada (18%). Indultó a Fujimori (15%). Es mentiroso (14%). Sus voceros se consuelan con decir que solo se trata de “la foto del momento”. Pero la película que se vislumbra no es mejor. Apenas se vaya El Papa, volverán las oscuras golondrinas, en las calles, sus alas a batir. Lo más preocupante no es el “The End”, sino que este se adelante.

Publicidad Estatal: Mejor llamarla por su real intención: Mordaza estatal. El proyecto de ley del congresista Mulder que prohíbe la publicidad del Estado en medios privados, limitando la difusión de campañas públicas a medios de comunicación del Estado y a redes sociales. Un pre dictamen incorpora una frase salvadora: “A excepción de los casos de emergencia”, que permitiría disponer del 0.5% del presupuesto asignado para estos casos. Un avance. Lo que aún no se termina de entender es que los Estados requieren tener alternativas directas de comunicación, sobre todo, cuando el manejo de prensa no es suficiente para comunicar mensajes. La democracia cuesta.

El Club de la Construcción: Si la hipótesis de la fiscalía es correcta, el término preciso para denominar esta práctica empresarial debiera ser: El Club de la Corrupción. Resulta que se ha detectado a un grupo de empresas de construcción –no solo brasileñas– que conformaron un “club” para entre ellas “ruletearse” las obras de construcción que licitaba el gobierno durante la administración del presidente Humala. En una operación relámpago, la Fiscalía de Lavado de Activos ha intervenido 47 domicilios y se ha detenido a ex funcionarios públicos, entre ellos un asesor del Ministerio de Transportes, a quienes se ha levantado su secreto bancario y de comunicaciones. Nunca más vigente la sentencia karmática de Manuel Gonzales Prada: donde se pone el dedo, salta la pus.

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