Del debate electoral municipal entre la decencia y la corrupción hemos pasado al debate ideológico.
Un espacio que Lourdes y Susana han salido a defender a puño cerrado.
Es un debate saludable; pues es mil veces mejor una confrontación de ideas que uno de felonías y latrocinios.
Lo que demuestra que las elecciones municipales concebidas como no políticas o para elegir “al buen vecino”, son sólo quimera.
Las elecciones municipales son elecciones políticas. Y como tal son luchas descarnadas, aunque civilizadas.
Lourdes está demostrando que puede pasar al ataque, algo que adoleció en los procesos que se presentó anteriormente.
Susana está momentáneamente entre las cuerdas, reaccionando con rapidez, lo que indica que tiene reflejos y esquina.
El nuevo escenario ha pintado también el papel de los medios y los periodistas. La objetividad y neutralidad periodística no existe. Se toma posición hasta en la publicación de una foto.
El debate ideológico de esta segunda fase electoral ha permitido ver el fustán fachista, racista y confusionista de algunos colegas.
Puño en alto: marxista. ¡Horror! ¡Vuelven los rojos! ¡Terror! Vuelve la política del miedo. El mismo lenguaje usado en el pasado. Cuidado.
Al Perú le costó mucho recuperar la democracia del autoritarismo. Las ideas de izquierda del pasado han sucumbido ante el avance del nuevo siglo.
La caída del muro de Berlín fue no sólo física, sino sobre todo mental.
Nadie quiere ideas trasnochadas, violentistas, pero tampoco pensamientos y actitudes facistoides, macartistas.
De manera que este segundo tiempo del juego electoral municipal no se desarrolla más en una cancha de fútbol -dividido por una raya al centro-, sino, en un campo de rugby donde los equipos avanzan de yarda en yarda, a trompicones.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario