25 septiembre, 2010

Yunus o el otro capitalismo

Después de unos años, vuelvo a la labor editorial. INCLUSION, es la revista institucional que el Centro Global para el Desarrollo y la Democracia me ha encargado editar.
Aquí les presento el editorial del primer número dedicado a la visita del Profesor Muhammad Yunus al Perú. Gracias a todos los colaboradores que hicieron posible el nacimiento de INCLUSION.


Las escuelas de negocios han empezado a revisar sus conceptos y dogmas. El capitalismo no puede ser entendido sólo en su base material, egoísta y acumulativa.

En un mundo con más de la mitad de seres humanos viviendo en la pobreza, el objetivo final de una empresa no puede ser sólo la rentabilidad económica.

Felizmente existe un hombre en el mundo que piensa diferente.

Que vio a los pobres como seres humanos con habilidades y oportunidades; que sólo esperan que crean en ellos.

Muhammad Yunus.

Este economista, natural de Bangladesh, una de las regiones más pobres del planeta que está saliendo a pasos agigantados de esta situación, pensó un día ¿por qué no hacer un Museo de la pobreza para que la gente recuerde como había sido vivir en la miseria?

Un museo de la pobreza. Un lugar donde los seres humanos verían el fracaso de su propia especie en más de seis mil años de evolución. Pero, para ello, primero había que atacar la pobreza. En su raíz.

Yunus desarrolló su teoría de que el ser humano trae consigo –en su ADN economicus– el instinto de intercambiar bienes y servicios, el comportamiento natural de comprar y vender.

Pero, entonces, pensó: ¿Era acaso posible formar una empresa para no ganar dinero?

Su pensamiento derribaba mitos. ¿Proponía Yunus el anticapitalismo?; ¿planteaba terminar la paradoja del desarrollo del ser humano: riqueza, ergo, pobreza.

¿Cómo es posible que alguien arriesgue su capital para producir un bien o servicio, trabajar duramente en ello, y al final no ganar nada; no acumular riqueza?

El razonamiento es provocativo y de una fuerza explosiva: hacer empresa para –sin perder el capital de trabajo– ganar rentabilidad social.

Acumular de a pocos riqueza puede significar para algunos alimentarse mejor ese día, tomar agua limpia, vacunarse, asistir al colegio, estudiar una carrera. O simplemente, no morir.

Yunus pensó incluso en aprovechar los materiales desechables –como un contenedor en el que se embala materia prima o mercadería. ¿Se puede comer?, preguntó una vez. ¿Cómo dice; comer el contenedor? Sí, respondió Yunus. Cuando compro un helado me lo dan en un barquillo y me lo puedo comer. Piensen en una solución. Hagan contenedores con material nutritivo, que los pobres puedan ingerir.

Este es el mundo de Yunus. Microcréditos empresariales, confianza en el ser humano, mirar al otro como uno mismo, confiar en el desamparado, acumulación no sólo material, sino social.

Trabajar la otra cara del capitalismo. Hurgar en el corazón, pero también en la razón, para desarrollar un nuevo hombre de empresa; el capitalista sensible.

Bienvenido al Perú, profesor.

El Editor

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