— PUESTA EN ESCENA EN TRES ACTOS —
ACTO 1.- El sol de Pucallpa.
Es la
ceremonia de inauguración de la Expo Amazónica 2018. El presidente de la
República Martín Vizcarra ha llegado con una comitiva de siete ministros. La
maloca principal es enorme, los techos altos, pero el calor pulveriza cualquier
resistencia.
El
presidente suda copiosamente. La asesora se le acerca por detrás y
discretamente le alcanza una servilleta. Él lo acuna entre sus dedos. Su mirada se
extravía por un momento. Un breve soponcio lo invade. ¿Usará el
papel?, ¿se secará?, ¿lo hará frente a cámaras?
El
presidente mira hacia un lado y otro. El calor ahora incendia todo su cuerpo. Respira, ¿suspira? Finalmente, toma una decisión. Dobla el papelito una vez, luego otra vez, y una vez más, hasta
que lo guarda en el bolsillo posterior de su pantalón.
ACTO 2.- El otro ingeniero.
Una
bandera peruana flamea en lo alto del edificio en construcción, un hospital
regional de nivel 3. Lo reciben los ingenieros de la obra quienes
despliegan un plano. El presidente pregunta dónde estamos, cuál es
el acceso principal y dónde queda el área de hospitalización. Los ingenieros
señalan los puntos en el plano. El presidente alza la vista para corroborarlos
en el terreno. Enseguida camina a paso firme y se dirige a la segunda planta.
Cuando regresa, los obreros le piden que se tome una foto con ellos. Accede.
Mientras se establecen breves lazos de confianza, se cuelan las voces:
—¡Presidente,
cierre el Congreso!
—¡Siga
adelante con el referéndum!
—¡Aumente
el sueldo mínimo!
El
presidente sonríe. Mientras se retira, en la calle más voces se unen al coro
anónimo e irreverente. Desgarbado, el presidente intenta responder a
todos.
—Estamos
empezando una reforma de la justicia. El referéndum es un mecanismo para darle
poder al pueblo.
—Tenemos
que actuar con responsabilidad.
Sube
a su carro. Seguridad del Estado, con tablets y celulares en las manos, graba a
todas las personas que se arremolinan en torno al presidente.
ACTO 3.- Habla al Pueblo.
No
solo el ambiente está caliente. La plaza también lo está. El presidente
despliega su estrategia. Habla directamente a la gente. Les dice que la reforma
del sistema de justicia debe ser profunda, llegar hasta el final. Que no basta
con reformar la justicia en Lima, ni siquiera a los que se escucha en los
audios Ustedes creen que solo esos magistrados en Lima han obrado de manera
inadecuada o delincuencial o también existen igual en todo el Perú, les
pregunta. Enseguida se responde: no podemos poner un parche y pensar que la
solución está en cambiar a ese juez. Tenemos que reformular todo el sistema de
justicia del Perú y eso es lo que nos proponemos. No basta cambiar un corrupto, tenemos que sacar a todos. Por eso hemos pedido que el pueblo se pronuncie para cambiar la elección del Consejo Nacional de la Magistratura, porque los jueces eran elegidos por un grupo de personas que no tenía capacidad moral.
—¡Cierra
el Congreso, presidente!-, se vuelve a escuchar entre el público.
El
presidente ya no suda. Sus ojos tienen ahora otra expresión. Arremete entonces
contra el statu quo y pregona sobre
la reforma política. Explica que el referéndum va de todas maneras este año, sí
o sí. Explica en términos sencillos que el referéndum es un mecanismo para
escuchar al pueblo, para hacer que su decisión sea tomada en cuenta por los
gobernantes. Que está convencido que es la mejor manera de avanzar en la
reforma de las instituciones. Que él es un provinciano identificado con las
regiones y que ahora debemos reformar la política dándole el poder al pueblo. Y les anuncia que apenas llegue a Lima irá
al Congreso a entregar los proyectos de ley donde plantea la no relección de
los congresistas, el retorno al Congreso bicameral y el financiamiento de los
partidos políticos.
Epílogo
El
presidente está aprendiendo a menajarse a pasos agigantados. Tiene reflejos y
está pendiente del manejo de las cámaras. Todavía le falta afilar su mensaje
político en medios, pero tiene un entrenamiento riguroso (habla por lo menos
cuatro veces en público), y eso lo ayudará. Por ahora habla mejor a la gente
que a los medios.
El
día que visitó Pucallpa había subido 10 puntos (empieza a cerrarle la boca al
cocodrilo, como dijimos). Y, por lo que ví ese día, si mantiene esa posición
estratégica de colocarse al lado del pueblo, va a seguir subiendo. En pocas
semanas, le tocará el turno al Congreso. Si éste diluye las propuestas del
presidente Vizcarra, las cambia o tergiversa o, peor aún, las rechaza;
entonces, solo entonces, el presidente podría activar el Plan B. ¿Populista? ¿Efectista?
¿Demagogo? Política, señores. Política.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario