22 noviembre, 2008

De nuevo en el Perú... cómo es

Regreso a Lima, un día antes de la llegada de los líderes de APEC. En el aeropuerto encuentro los problemas de siempre. Interminables colas para pasar migraciones, papeletas alcanzadas a última hora, maletas extraviadas y taxistas abusivos cometiendo pequeños atracos al paso en sus tarifas de servicio. ¿Qué pasa si chapo mi combi?, me pregunto. Nada. Vamos. Subo. Doble tarifa por el bulto, me dice el cobrador. Se refiere a la maleta. Dale. Avanzó por la avenida Fauccett. Todo sigue igual. A pocos pasos del aeropuerto paso por el peaje fantasma. Ese que construyó Kouri siendo alcalde del Callao al módico precio de 25 mil dólares por caseta de 3x2 metros. Nadie cobra, nadie habita. Un monumento al robo, pienso. Un hombre salta de pronto de la combi y el cobrador lo persigue, paga carajo. En medio de la pista se trenzan a puñetazo limpio. La gente sale en defensa del cobrador y le pide al chofer que baje a ayudar a su asistente. El chofer sale con un fierro en la mano y de un golpe hinca de rodillas al hombre que no quiere pagar. El cobrador aprovecha y le patea la cara. Lo dejan tirado en la pista y arrancan raudos. Bien hecho, dice la gente, debe estar drogado o borracho. Por la ventana alcanzo a ver que un vehículo del serenazgo se ha acercado a la escena y un par de agentes ayuda a levantar al sujeto. El chofer sube el volumen de la radio. Escucho a Miguelito ¿cantar? atrás, para atrás, pa’ trás, pa’ tras. La combi dobla por la Av. La Marina. El destello de luces de neón, los olores a pollo y cerveza me indican que estamos atravesando por uno de los puntos de diversión de la ciudad. Ningún cartel de bienvenida a los líderes del mundo. Ya en Javier Prado, a la altura del cruce con la Av. Arequipa recién caigo en cuenta que algo importante se realiza en la ciudad. Un patrullero, estacionado en esa esquina, obliga a la combi a cambiar de ruta. Baja la música. Entra a la Arequipa, dobla por la primera cuadra, avanza hacia Petti Thouars y vuelve a aparecer por Javier Prado. ¿Sigue allí? Pregunta el chofer. No ya se fue, responde el cobrador. Ah, entonces no han cerrado la avenida; sólo está chequeando. Todavía podemos dar una vuelta más. Vuelve a subir la radio. Bajo en la esquina de San Luis para tomar la conexión a mi casa. Paro un taxi. ¿Qué tal, maestro, cómo va la APEC? Mañana empieza la vaina. Va a ser en el Pentagonito de San Borja, me cuenta. Dicen que van a vender el Pentagonito, me chismea. Carajo, este Alan está vendiendo todo. ¿Cómo se le ocurre vender un centro militar? Noo, esto ya es el colmo. Sigue. Primero fue el terreno de La Molina, luego Collique, ahora El Pentagonito. Hasta a los loquitos del Larco Herrera los quieren sacar. Deben estar haciendo buenos negocios. Así fue lo del Tren Eléctrico, ¿se acuerda? Construye, cobra su tajada y deja la obra a medio hacer. Lo mismo que el rata ese de Rómulo León. ¿Sabe donde estaba escondido? No. Acá nomás, en Loma Verde, cerca de donde va usted. Frente a un parque, a dos cuadras de la Municipalidad de Surco y a media cuadra de casas de generales de la Policía Nacional. Si acá todo se sabe, señor. Todo está podrido. Y ahora nos vienen con el cuento de que las inversiones llegarán con la APEC. Todo es cuento, señor, todo es cuento. Aquí lo que importa es cómo es, cuánto hay y cómo es la mia. No cabe duda, pienso, estoy de nuevo en el Perú.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

muy interesante redacción. nuevamente sorprendiendonos con tus anecdotas.

Anónimo dijo...

El Perú es un pais de sorpresas y la mejor fuente de información son sus taxistas. Buena crónica.

Anónimo dijo...

Terrible y triste lo que relatas. Trasgresiones de todo tipo, improvisación, falta de autoridad, anomia y respuestas de gran violencia cotidiana. Grave también la desconfianza y fatalismo paralizante expresado en "Todo está podrido".
Personalmente, también sufro cuando, luego de algún tiempo fuera, regreso a mi país. Sin embargo, cuando me dice algún taxista que "todo está podrido" reclamo con fuerza. No es cierto. Cada día somos muchos los que nos esforzamos, trabajamos con honestidad, cumplimos con nuestros deberes como condición para reclamar nuestros derechos, etc. A diario tengo ocasión de tratar con personas buenas, sacrificadas y generosas. El Perú, los peruanos, tenemos valores y fortalezas que también hay que relievar. De ellos podemos sacar fuerzas para resolver los grandes problemas que nos aquejan.
Un abrazo, Luis Alberto, y mis mejores deseos de éxito en tus tareas.

politikha dijo...

Cierto lo que dices, Sonia Luz. Yo también creo que no todo está perdido y que hay hombres y mujeres que se esfuerzan y trabajan diariamente con honestidad. Allí está nuestra fortaleza moral y nuestra reserva, por supuesto... gracias por visitar este espacio.
LACH

Anónimo dijo...

Bien cachoso es el mensje de caballo loco esta noche. Con el cuadro de fondo de Bolognesi y pistola en mano Alan Garcìa se dirigió a todos los peruanos y obviamente a sus opositores políticos como un triunfador. Qué connotación le ha querido dar García en su mensaje con el cuadro de Bolognesi de fondo ¿Acaso que defenderá con las "fuerzas" culminar su mandato presidencial?

Anónimo dijo...

Bien cachoso fue el mensaje a la nación de caballo loco esta noche. Con el cuadro de fondo de Bolognesi y pistola en mano Alan Garcìa se dirigió a todos los peruanos y obviamente a sus opositores políticos como un triunfador. Qué connotación le ha querido dar García en su mensaje con el cuadro de Bolognesi de fondo ¿Acaso que defenderá con las "fuerzas" culminar su mandato presidencial?

Anónimo dijo...

Bien cachoso fue el mensaje a la nación de caballo loco esta noche. Con el cuadro de fondo de Bolognesi y pistola en mano Alan Garcìa se dirigió a todos los peruanos y obviamente a sus opositores políticos como un triunfador. Qué connotación le ha querido dar García en su mensaje con el cuadro de Bolognesi de fondo ¿Acaso que defenderá con las "fuerzas" culminar su mandato presidencial?