02 febrero, 2009

La respuesta inmediata de la Policía: robo

Lo que parecía hasta hoy un atentado a la colombiana contra la fiscal de la Nación, ha sido reducido, por la Policía, a un vulgar intento de robo.

Ahora resulta que un grupo de despistados muchachos no midieron que el auto que pensaban robar era de la fiscal.

Los hechos, según la Policía, son los siguientes: uno de los malechores -el chico de la foto- se acerca al auto de la fiscal vociferando -palabras que nadie recuerda- y amenaza a los ocupantes con un arma.

El chofer del auto amenazado se dobla hacia la palanca de cambios y desde el asiento de al lado, la escolta de la fiscal le dispara al asaltante.

Realiza tres tiros, pero ninguno impacta en el joven ladrón de autos; éste responde con cuatro tiros al vehículo oficial. La fiscal, recién peinada, se arroja en el asiento de atrás. Escucha siete disparos.

El asustado asaltante fuga en un auto que lo esperaba metros más allá. Nadie lo persigue.

En 48 horas, la policía ha realizado un identifac con la declaración de los testigos, entre ellos la de la fiscal Echaíz que pudo ver el rostro de su atacante.

Se han recogido los casquillos y se afirma que no hubo disparos a la llanta del vehículo de la fiscal. La policía sostiene que la llanta se desinfló debido a que la pestaña del aro mordió la goma en una maniobra evasiva.

Esta versión, sin embargo, no tranquiliza a nadie.

En la mañana de hoy, el presidente Alan García se dirigió al Cerro San Cristobal,que amaneció enrejado; habló en tiempo record y se retiró raudo seguido de un impresionante cordón de seguridad.

Algo parecido ocurrió con Yehude Simon. Su escolta lo subió en vilo a su auto.

“Dispararon a matar”, aseguró por su parte el fiscal José Peláez.

“Nadie dispara a las llantas si va a robar un auto”, dijo la propia fiscal Gladys Echaíz.

“Probablemente sólo querían intimidarla, amedrentarla”, señaló el ministro del Interior.

¿Robo?, ¿atentado?, ¿amedrentamiento?

Quizás pronto tengamos la información completa; cuando la policía capture a los sospechosos. Pero, si fue un simple robo ¿Por qué nuestras principales autoridades están tan nerviosas?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Puede alguien creer en la versión de un ministro del Interior que antes justificó la muerte de dos policías en los bosques de Pómac señalando que ni el Presidente Kenneddy pudo librarse de la muerte con el equipo de seguridad que manejaba?

L.G.D.

Anónimo dijo...

jajaja... a otro perro con ese hueso....