20 abril, 2012

Primicia en la zona de combate

La difusión en medios televisivos y prensa del encuentro que un grupo de periodistas tuvo, de manera casual, con el cabecilla del operativo militar neosenderista en Kepashiato ha irritado al gobierno.

Al punto que el ministro de Defensa y otros voceros del oficialismo sostienen que la prensa se excedió en el tratamiento de la información, en especial, debido a las declaraciones del camarada Gabriel ufanándose del asesinato de soldados y policías.

Una vez más se pretende sancionar al mensajero de la noticia.

La prensa tiene como razón de ser informar. E informar con la verdad. El encuentro con el grupo terrorista constituye, desde todo punto de vista, una primicia, aún cuando haya sido compartida por más de un medio de comunicación.

El valor del material periodístico obtenido consiste en haber mostrado de manera desnuda el verdadero rostro del grupo de senderistas de neo cuño que subsisten en esa zona del país. El camarada Gabriel ha revelado su entraña asesina, cínica y fría, lo que a su vez ha permitido que, por contraposición, la población los rechace y se solidarice con los soldados y policías muertos y heridos.

El sistema de inteligencia tiene ahora material actual para hacer su trabajo. Tiene datos precisos de rostros, armas, sistemas de comunicación, desplazamientos, organización y mandos.

Puede que el hecho que un grupo de periodistas haya encontrado al camarada Gabriel en un punto cercano a Las Lagunas –centro de las acciones armadas de los últimos días– sea leído como un golpe a la moral de las fuerzas del orden. Pero no es así.

El encuentro periodístico tiene un valor informativo como cualquier otro producido entre dos fuerzas en conflicto en cualquier parte del mundo.

Además, si la zona era considerada un teatro de operaciones militares, en la práctica, no funcionaba de esa manera. Los periodistas no encontraron puntos de control en la carretera. Se desplazaron por más de cinco horas sin que en el camino de ida o al regreso se encontraran con algún destacamento militar.

Pero lo más valioso de la información periodística es que si el camarada Gabriel pensó utilizar a los medios de comunicación como cajas de resonancia para difundir su mensaje y ganar adeptos a su causa, se equivocó. La prensa no maquilló sus declaraciones y lo mostró tal cual. Un tipo curtido y pervertido por los horrores de la guerra. Hosco. Dogmático. Sin una pizca de humanidad, ni dolor, ni arrepentimiento, ni perdón, ante la muerte ocasionada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El articulo comienza mal cuando dice" que de manera casual se encontraron con Gabriel"es lamentable que el periodismo ,no todo siga constituyendose en un poder paralelo que hasta servicio de inteligencia tiene,y hace sus arreglos en forma oculta sin ayudar a los que ponen el pecho y arriesgans u vida y pone a los terroristas como Robin Hood modernos.