28 marzo, 2014

Modelo Cuenca de Lurín: Gestión del agua para salir de la pobreza


El cambio es posible. En las alturas de la Cuenca de Lurín –a dos horas y media de Lima– existe una experiencia que lo demuestra. El cambio gira alrededor del almacenamiento y manejo racional del agua, la introducción de nuevas técnicas de cultivo y riego y la asociatividad de los hombres y mujeres del campo para  ser considerados sujetos de crédito e ingresar competitivamente al mercado.
El impacto: la mejora directa en su calidad de vida y el ascenso social que lenta, pero sostenidamente, los viene sacando de la pobreza.
Represas altoandinas
El primer gran cambio fue observar los andes y descubrir que en las zonas más altas, llueve entre diciembre y marzo; es decir, se produce abundante cantidad de agua que va al río y termina en el mar. Agua hay, lo que falta es infraestructura física para almacenarla.
Los pobladores de San Andrés de Tupicocha, liderados por el entonces comunero y hoy alcalde del distrito, Teodoro Rojas, idearon y propusieron construir reservorios de mediana capacidad en las depresiones naturales de las laderas de los cerros, ayudados por muros de contención con lo que llegan a convertirse en verdaderas represas.
Construyeron 8 reservorios que en cojunto almacenan 1 millón de M3 de agua de lluvia. Hoy, se tiene proyectado construir las represas de Chanape y Huillcapampa con capacidad para almacenar 7 y 8 millones de M3 de agua, respectivamente, que servirán para irrigar 10 mil nuevas hectáreas de tierra.
Riego tecnificado
El segundo cambio fue el riego tecnificado. Los agricultores constataron que el agua almacenada no podían desperdiciarla sembrando con el tradicional método de “inundación” de las chacras. Buscaron ayuda técnica y no sin esfuerzo vencieron la desconfianza inicial de regar “solo con gotitas”.
Al gestionar eficientemente el agua, ampliaron sus tierras de cultivo y lograron tener dos campañas al año. Una, producto de la estación de lluvias y la otra regada con agua de las represas.
Impacto económico
Tener excedente de producción en una época en la que no todos cosechan, les enseñó las técnicas de mercado, empezando por la básica ley de la oferta y la demanda. A mayor producción, menor precio. Si el producto es escaso, el precio sube.
El caso de la arveja es notable. En época de mayor producción se comercializa a 1.30 soles el kilo. Pero, cuando pocos tienen en stock, su precio se eleva hasta 3.50 soles el kilo.
La agricultores de Lurín aprendieron una lección para toda la vida: quien maneja el agua, maneja el mercado. El desarrollo de capacidades para la innovación productiva es la tercera pieza de este engranaje para salir de la pobreza.
Asociatividad y confianza
El mercado también les enseñó que no basta tener un producto para comercializar, sino que este debe ser de calidad y en una cantidad que el propio mercado demanda. De manera que de agricultores de subsistencia pasaron a ser productores y empezaron a formar sus respectivas asociaciones.
Formar asociaciones de productores les permitió a su vez que el sistema bancario les abriera las puertas y se generara, en el proceso de evolución económica, una condición necesaria para el éxito: confianza.
Indicadores y validación
El desarrollo y monitoreo de esta experiencia de desarrollo en la Cuenca de Lurín ha estado a cargo del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia (CGDD). Se inició el año 2010 y a lo largo de cuatro años ha contado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (FOMIN-BID) y la Fundación Interamericana (FIA).
Para certificar el avance del proceso y extraer algunas conclusiones, el 2010 se trazó unas líneas de base y se aplicaron encuestas de seguimiento el 2011, 2012 y 2013 a 123 familias en cinco distritos del ámbito de intervención, de un total de 700 familias. Se analizó la estructura productiva, innovaciones y rendimientos por cultivos, ingresos y empleo, cambios en estratos sociales, actitudes y capacidades de las familias.
El estudio concluye que la mejora de la competitividad de las familias y las localidades es una condición necesaria para superar la pobreza en forma sostenible, para lo cual se requiere producir con calidad, desde un soporte de capacitación e información a los productores, a fin de que conozcan las potencialidades de sus productos.
Esta experiencia se desarrolla en una de las 53 cuencas orientadas al Pacífico que tiene el Perú. Dependerá ahora que las autoridades regionales, nacionales -Ministerios de Agricultura, Producción-, analicen su viabilidad y conviertan la experiencia de manejo integral del agua en una política de Estado para las cuencas altoandinas del Perú.
EL PROCESO DEL CAMBIO
Los resultados muestran que la inversión en el capital social, la gestión eficiente del agua, la innovación técnica en el campo, y la asociatividad son componentes de un proceso que fortalece la confianza de los productores para insertarse en el mercado de manera competitiva y salir de la pobreza. Veamos las características de este cambio, distrito por distrito:
Antioquía.- Los productores exitosos se incrementan como consecuencia de la diversificación productiva en fruticultura, servicios turísticos y transformación de frutales, así como la ampliación de la producción agrícola. También disminuye el número de familias del estrato bajo, y se crea un patrón de distribución más equitativo.
Langa.- los productores exitosos se dedican más a actividades como servicios turísticos, transformación de frutales y fruticultura. El crecimiento económico disminuye el porcentaje del estrato muy bajo y aumenta el porcentaje del estrato alto.
Lahuaytambo.- los productores exitosos se caracterizan por combinar actividades de fruticultura y actividades no agrícolas, como el comercio. Con el crecimiento económico disminuyó el porcentaje del estrato muy bajo y aumentó el del estrato bajo y alto, logrando un crecimiento más homogéneo o inclusivo.
Tupicocha.- los productores exitosos se caracterizan por una mayor dedicación a la producción de forrajes, ganadería y la producción agrícola de pan llevar (arvejas, papas). Con el crecimiento económico disminuyó el porcentaje del estrato muy bajo y surgieron los estratos medio y muy alto. Fue el distrito con mayor crecimiento en la cuenca.
San Damián.- los productores exitosos se dedican más a la fruticultura y a las actividades no agrícolas y a la expansión de tierras agrícolas. Con el crecimiento económico se constata un aumento del estrato alto y muy alto y también del estrato muy bajo.

* Artículo publicado en Diario 16. Lima, 27 de marzo de 2014. Pp. 8 y 9.

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