10 septiembre, 2017

Gobierno de PPK: Segundo aire

Los maratonistas conocen mejor que nadie el fenómeno.

A los principiantes les ocurre al comienzo de la carrera, pero a los expertos mejor entrenados puede pasarle en cualquier momento del esfuerzo.

Es una sensación de ahogo, de cansancio, de mente que quiere seguir corriendo, pero de piernas que no responden.

Salir de ese estado, normalizar el ritmo de carrera y aún superarlo, requiere de lo que los entrenadores llaman apropiadamente el Segundo Aire.

Es como si el corredor que ya tocó fondo, recibiera de pronto un balón extra de oxígeno. Su sangre fluye con intensidad por el organismo logrando que los músculos respondan a las órdenes del cerebro.

En política sucede algo parecido.

Gobernar no es una carrera de 100 metros, es una maratón. No es, por tanto, una carrera de velocidad, sino de resistencia. Aunque los opositores insistan en convertirla en una de obstáculos.

Cuando el gobierno en su conjunto da signos de agotamiento es cuando se requiere ese Segundo aliento.

La caída en la aprobación presidencial en agosto (DATUM, 22% y GFK, 19%), es una señal clara de cansancio político, que amerita de manera urgente una bocanada grande de aire fresco.

No hacerlo alarga peligrosamente ese momento de quiebre antes de pasar al Segundo aire, que se conoce también como Punto muerto.

El gabinete Zavala —el verdadero balón de oxígeno presidencial— debe salir del Punto muerto en que se encuentra y pasar a grandes trancos al Segundo aire que necesita el gobierno.

Si es con Fernando Zavala o sin él, es otra cosa.

Lo que se requiere es un cambio de la política y su forma de ejecutarla y comunicarla ante la opinión pública.

Lo que no puede hacer el gobierno es mantener las cosas como hasta ahora. Hacerse el muertito no lo mueve del Punto muerto.

Los maratonistas saben que llegado a este punto solo tienen dos opciones. O mente domina al cuerpo y refuerzan la máquina —toman un Segundo aire y siguen—, o simplemente, tiran la toalla.

Si el gobierno quiere salir del Punto muerto requiere realizar acciones políticas con mayor intensidad, mejor comunicadas y sostenidas en el tiempo.

¿Puede un atleta sin aliento y cansado encontrar repentinamente la fuerza para seguir adelante y continuar su carrera hasta llegar a la meta?

Por supuesto. Es lo que hacen los fondistas. Y los políticos, cuando actúan como tales.


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