28 febrero, 2008

Cusco un error más del Gobierno

El Gobierno ha abdicado de su derecho a presentar un Estado unitario, regido por la ley y el orden, capaz de mostrar al mundo lo mejor de la herencia de sus antepasados: Cusco y sus riquezas. Machu Picchu y su portentosa presencia milenaria.

Ante la arremetida violentista en los últimos días de un sector del pueblo cusqueño, protestando en el paro agrario y por la ley de concesiones de terrenos arqueológicos, el gobierno ha respondido con un exhabrupto: dejar a Cusco fuera de las sedes de las reuniones de la APEC.

El Presidente García – se dice- tiene en sus manos una lista de ciudades alternativas y decidirá en solitario cuál de ellas será finalmente la elegida.

A estas alturas que la noticia ya dio vuelta al mundo, seguramente habrá participantes que preguntarán qué está pasando en Perú que no puede organizar una cita internacional en Cusco.

La respuesta del Ejecutivo indica claramente que este Gobierno no quiere dialogar. No le gusta escuchar, ni consensuar. Busca imponerse a cómo de lugar, sin importar el daño que pueda causar su decisión. Por lo pronto la Cámara de Comercio de Cusco calcula en 2 millones de dólares las pérdidas.

No es la primera vez que hay protestas, actos vandálicos y violencia ad portas de un evento de magnitud importante. El Perú no puede pretender mostrar una tendencia distinta a la que ocurre en el mundo. En todas partes se cuecen habas y se tiran piedras. Pero a nadie se le ocurre cambiar una sede por eso.

La Policía Nacional conoce procedimientos de seguridad y tiene amplia experiencia en el control del orden público. Ocho presidentes y representantes de otros cuatro gobernantes inauguraron en diciembre del 2004 en Cusco la III Cumbre Sudamericana.

Igual hubo protestas, desmanes y actos de pillaje, pero todo fue controlado. Se hicieron hasta tres cercos de seguridad para garantizar la tranquilidad del evento. Se restringió el libre tránsito, se chequearon las casas cuadra por cuadra. Pero principalmente, se conversó políticamente con la dirigencia regional. En otras palabras, se ejerció autoridad; se gobernó.

Lo que ahora se ha hecho es retraer la autoridad. El razonamiento del gobierno parece ser: como en este lugar no puedo garantizar orden público me mudo a otra parte. Y sanseacabó, adios los cusqueños.

No es una medida acertada. La lección que pretende imponer el gobierno puede resultar al revés. ¿Qué garantiza que las protestas no se trasladen a las otras sedes? ¿Qué harán en ese caso? ¿construirán una isla flotante en medio del Titicaca?.



3 comentarios:

ocraM dijo...

hola, soy marco sifuentes, del útero de marita.

estoy avanzando un proyecto con bloggers y me gustaría contactarme contigo. de hecho, no sé si podrías darme tu teléfono o al menos tu mail. por favor, escríbeme a ocram@uterodemarita.com

Anónimo dijo...

SANTIAGO PEDRAGLIO EN PERU 21:

¿País ingobernable?

La decisión del Gobierno de no considerar al Cusco como sede de APEC está basada en el supuesto de que no pueden impedir que los eventos que se iban a realizar en esa ciudad sean boicoteados por los revoltosos. Esto en base a lo ocurrido en las últimas semanas, donde se paralizó el aeropuerto en varias oportunidades, no circularon los trenes a Machu Picchu y los caminos estuvieron bloqueados.

En una palabra, el Estado peruano está reconociendo que es incapaz de mantener funcionando el segundo aeropuerto del Perú en cuanto a número de vuelos, que no puede garantizar que la vía férrea al principal atractivo turístico del país esté despejada y que no puede responder por la seguridad de los visitantes de APEC. Es decir, que no gobierna en el Cusco, por lo menos en asuntos básicos.

Anónimo dijo...

Cumbres: sin calentarse

La preparación de las dos cumbres -América Latina-Unión Europea y luego APEC- se está convirtiendo, ante la opinión pública, en un asunto de limpieza y buenos modales: parchar las pistas, limpiar las calles de mendigos, tener los hoteles en óptima situación, garantizar la seguridad de los invitados y, sobre todo, acallar las protestas: cero 'anticumbres' y otras fealdades por el estilo. Es decir, un acontecimiento único en el mundo.

Harían bien el presidente Alan García y su equipo en relajarse un poco, sin descuidar, obviamente, la seguridad de los invitados. Pretender que todos sonrían para las cámaras, bajo amenaza de ser acusado de incendiario, es una demostración de debilidad que los políticos visitantes repararán con suma facilidad.

... no hay que asustarse ni asustar tanto con las protestas, que toda cumbre sale con su 'anticumbre'. Tampoco concentrarse en el castigo, por ejemplo quitándole la sede al Cusco -el destino bandera del turismo peruano- porque supuestamente no garantiza la seguridad de los visitantes, cuando se sabe que recibe a más de un millón de turistas al año.