20 abril, 2008

Popularidad y corrupción coctel explosivo



A poco menos de tres meses de cumplir dos años de gobierno, la corrupción se ha convertido en el principal problema de la segunda gestión del Presidente Alan García. Esta sensación de que la coima, el arreglo y el robo cunden en la administración pública se ha vuelto a instalar en la percepción pública, desplazando a problemas como la falta de empleo o la pobreza.

Al fantasma de la inflación se ha sumado ahora el fantasma de la corrupción, el mismo que se enseñoreó en su primera administración, tanto que el lema que triunfó en las elecciones de 1990 fue precisamente el que enarboló "Honradez, Tecnología y Trabajo".

A fines del primer gobierno aprista la gente estaba harta de la ineficiencia administrativa, la hiperinflación, pero también de la corrupción generalizada expresada en los emblemáticos Dólares MUC, las compras sobrevaloradas y el copamiento partidario del Estado.

Estos mismos males vuelven ahora. La corrupción lleva al descontento y éste al calentamiento social; ingredientes que afectan la popularidad presidencial. "Todo está podrido", parece pensar la gente. "Otra vez los apristas; han entrado a robar". La opinión pública es devastadora.

García viene cayendo sostenidamente desde setiembre del año pasado en que tuvo 44%. El 26% que tiene hoy representa una caída de casi 55% en 7 meses. El presidente ha vuelto casi a los márgenes de apoyo obtenido en la primera vuelta electoral (24,3%).

Esto explica el mal humor presidencial de estos días.

Y, lamentablemente, explica también las acciones desesperadas -como el reparto de bolsas de alimentos-, diseñadas por un grupo de amigotes del Jefe del Estado, con el único fin de recuperar la popularidad presidencial.

Corrupción y popularidad presidencial es un cotel muy peligroso que puede aún tener consecuencias insospechadas.



1 comentario:

Anónimo dijo...

En el oriente García Pérez tiene 11% y a este paso superará a Toledo en rechazo.