13 noviembre, 2009

De espías y traidores

El descubrimiento del espía peruano trabajando para Chile es un hecho que lacera el orgullo nacional. ¿Qué puede ser más deshonroso –más aún para alguien que tiene formación militar- que la traición a la Patria?

El espionaje es un acto noble y heroico cuando se realiza en beneficio del país de origen. Pero es abyecto cuando es en contra de los intereses del propio país.

Por eso, a lo largo de la historia, los actos de espionaje y traición se sancionaban con la pena capital.

Aún hoy, en caso de guerra externa, un acto de traición a la Patria, se castiga con la muerte.

No es el caso del suboficial FAP, Víctor Ariza Mendoza, por supuesto, innoble connacional.

Lo que este hecho revela –más allá de la iniquidad de carácter del suboficial peruano- es la conducta hostil por parte del gobierno de Chile.

Es un acto ofensivo e inamistoso, como bien ha señalado el canciller José Antonio García Belaúnde.

En medio de un intento de compra de armamento por 665 millones de dólares, notificada al Congreso norteamericano por la Agencia de Cooperación de Seguridad y Defensa de Estados Unidos.

La lista incluye misiles Stinger, sistemas de radar Sentinel y misiles AIM de mediano alcance de tierra y aire-aire que Chile necesita para sus cazabombarderos F-16.

La notificación de la agencia norteamericana estará treinta días en el Senado por si algún legislador quiere preguntar algo al respecto. Y por si algún gobierno quiere hacer lobby. Pero, me temo, que nada conseguiremos aquí.

Una vez que el mercado de armas inicia su operación de venta, nada puede impedir su concreción.

Lo que nos queda es perfeccionar nuestros sistemas de seguridad. Nuestros sistemas de inteligencia y contrainteligencia. Y nuestra formación ética y patriótica.

Espías de uno y otro lado existirán siempre. Y traidores también.

2 comentarios:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Estimado Luis Alberto:

1. Lo más curioso es que, a pesar de todo, Chávez sigue siendo el enemigo del Perú, mientras que Chile sigue siendo nuestro amigo y socio comercial.

2. ¿Hasta cuándo se seguirá sosteniendo la tesis de las "cuerdas separadas"? Siempre he afirmado que ésta no ha salido de ningún cerebro político sino de uno mediático, por cuanto nunca la humanidad ha hecho la guerra por otra razón que no tenga que ver con los negocios y con los intereses económicos.

3. Por lo tanto era absurdo pensar que podíamos "hacer negocios como amigos y la guerra como enemigos" con Chile.

4. Sin embargo, la prensa nos presenta que es Chávez el verdadero y único enemigo. ¿Nos ha atacado militarmente el señor Chávez? ¿Tenemos algún litigio con él en La Haya? ¿Tiene acaso inversiones en nuestro país como para dominar nuestros puertos, nuestros cielos, nuestros mercados? ¿Tiene Chávez el manejo monopólico de nuestra energía eléctrica? Nada. Pero es el gran enemigo del Perú.

5. Y será gracioso ver cómo algún día “cierto vecino” nos ataque, nos invada, se burle de nosotros y la prensa diga: "el enemigo solo es Chávez". Y que Estados Unidos nos ponga de rodillas, nos dé órdenes, nos espíe y llene de militares armados, y la prensa diga: "Chávez, y solo Chávez tiene pretensiones de intervenir en el Perú".

5. ¿Hasta cuándo soportaremos esta farsa, esta comedia barata de decirnos que lo negro es blanco, que el cielo es la tierra, que lo alto es lo bajo, montada por la prensa gobiernista (o sea, por casi toda la prensa)? Porque todo control mental hecho mediáticamente tiene límites, y ello no puede durar para siempre. En algún momento el poblador se dará cuenta del sinsentido y empezará a descreerle a la prensa. Eso es un fenómeno universal.

Muchas gracias.

Politikha dijo...

Cierto, Luis Enrique, el sentido común -el menos común de los sentidos, dicho sea de paso- finalmente es el que se impone en una situación de incertidumbre.
Sls
LACH