11 septiembre, 2016

La Tecno Sociedad

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Las nuevas tecnologías generan cambios no solo en el campo científico, sino en nuestra vida diaria. Muchas veces, estos cambios irrumpen en la sociedad sin regulación, generando un cierto caos por el choque de derechos.

Y es que el derecho camina a la zaga de la innovación. Y es natural que así sea. No se puede legislar lo que no existe.

Sucede ahora con la incursión de Uber, un negocio electrónico por Aplicación del servicio de taxi. Y ocurre también con Pokemón Go, el popular juego de Realidad Virtual Aumentada, cuya práctica se ha visto regulada por un alcalde distrital.

Para nuestro estándar de taxis informales, descuidados y hasta peligrosos, Uber es, en efecto, un mejor sistema de transporte privado de pasajeros. Su problema no es de precio, unidades o calidad de servicio. Su dificultad es que los vehículos que ofrecen este servicio no cuentan con la autorización municipal y demás requisitos que demanda la ley. Y eso se llama competencia desleal.

En el caso del juego de Pokémon Go, la Municipalidad de La Punta, en el Callao, reguló a través de una ordenanza los horarios y lugares específicos donde se puede activar este juego. Para quienes violen la ley, se establece una multa de  395 soles e incluso la retención del teléfono celular.

La pregunta es: ¿puede cualquier persona esgrimir su derecho al libre tránsito, perjudicando el derecho a la tranquilidad de los vecinos en su propiedad? No. No hay derecho absoluto. El derecho de uno termina cuando se vulnera el del otro. La autoridad debe regular este derecho pensando en el bienestar general. El decomiso del teléfono sí parece un exceso.

Las nuevas tecnologías, siempre que no estén orientadas a la guerra, son por lo general, para mejorar u optimizar la calidad de vida de la gente. Pero, como hemos visto en estos dos ejemplos recientes, sus implicancias en la vida diaria pueden traer dificultades impensadas.

En el mundo desarrollado se realizan intensos debates sobre el número de desempleo que generará la robotización o automatización completa de los procesos de producción en las grandes fábricas.

La tecnología a lo largo de la historia ha tenido un impacto positivo o negativo en nuestra sociedad, pero no se puede negar su proceso indetenible, ni su evolución inherente al desarrollo humano.

Estamos en la era del conocimiento. La microelectrónica, la biotecnología, la tecnología química, la investigación genética, la nanotecnología, la robótica, son parte de nuestras vidas y cambiarán nuestra forma de ver y entender el mundo. 

La realidad aumentada cambiará la industria del entretenimiento y ojalá también el de la cultura y nuestra forma de aprender. El cibersexo será la evolución tecnológica de la pornografía y al mismo tiempo, la expresión de nuestra más terrible orfandad y desintegración como seres sociales.

Ahora mismo, en Sillicon Valley, se prueba el primer vehículo conducido sin chofer, manejado completamente por una computadora. Su ingreso al mercado es solo cuestión de tiempo. Cuando eso ocurra, desaparecerán los taxistas, incluidos los ahora modernos de Uber. Entonces, habremos ingresado a un nuevo estado evolutivo: la tecno sociedad.




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