11 junio, 2009

Ganar a crisis revuelta

24 policías muertos, 9 civiles caídos. Un operativo policial mal planeado, con costos en vidas nunca antes visto. Y ningún responsable del gobierno. Nadie que reconozca una pizca de autocrítica y, por lo tanto, que asuma su cuota de responsabilidad.

Ahora resulta que la ministra del Interior no dio orden de nada, ni supo del inicio de operaciones, ni los planes operativos puestos en marcha. Nada. La ministra no vio ni supo nada. Todo fue hecho por la Policía. La Policía planeó y ejecutó el operativo. ¿Puede alguien creer eso?

Y sin embargo, lo dicen y siguen adelante como si nada pasara.

Este gobierno ha entrado en una vorágine de violencia y dureza legal abominable. La careta democrática ha caído para dejar ver el rostro fiero de un gobierno autoritario.

Sin derecho a defensa, siete congresistas de la oposición han sido sancionados por 120 días.

Luego de andar perdido en medio de la tormenta política post Baguazo, el primer ministro recompone una Mesa de Diálogo invitando a la Defensoría del Pueblo, a las iglesias evangélica y católica, pero, oh, sorpresa, no invita a los miembros de la AIDESEP.

El gobierno se zurra en la oposición. La borra de un plumazo. La arrincona legalmente. La saca de la mesa de negociaciones. La aporrea en las calles.

Por momentos, el gobierno pareciera empeñado en tensar él mismo la situación política. Como si buscara llegar a puntos extremos, quien sabe con qué intenciones.

Colocar a Nidia Vílchez en el Ministerio de la Mujer es, en esa línea, una provocación. En la práctica se está cumpliendo lo que dijo alguna vez Agustín Mantilla. “No se preocupen, compañeros, en dos años entramos al Gobierno”.

En medio de la peor crisis política, el Apra se inunda en sangre, y sin embargo: mantiene un premier timorato, se queda con su dama de hierro quita-cuerpo, termina por copar el ministerio encargado de los Programas Sociales, convoca a un alcaldillo felpudo –que quiere hacerle una marcha de desagravio en una semana– y se saca de encima a siete congresistas revoltosos. Mejor no les podía salir. Pero si este país es de maravilla.

1 comentario:

Jaime Del Castillo dijo...

Las cifras de muertos deberían ser al revés, eso apesta. Hay algo que no cuadra.