
Primero, existen informes médicos que -por lo menos- ponen en duda el riego inminente de la salud del condenado.
Segundo, existen documentos que prueban que los funcionarios que se ajustaron a la ley y que proponían el regreso inmediato del reo al penal fueron cambiados o presionados “desde arriba”.

Cuarto, un hombre que está al borde de la muerte no pasa sus últimos días en un gimnasio, levantando pesas.
¿Puede haber sido sorprendido el Jefe del Estado en un asunto tan delicado como controversial?
Salvo que aceptemos ser zonzos, nadie puede creer esto.
Aquí el único vivo es J.E. Crousillat que ahora se hace el loco y dice que le han fabricado una prueba de mala manera, que fue su hijo quien firmó el contrato con Vladimiro Montesinos que vendió la línea editorial de América Televisión, y que ahora no sabe que cosas es eso de “ la línea editorial” de un medio televisivo.

Quizás en esto último esté la madre del cordero.
Los peruanos tenemos el derecho a preguntarnos si acaso este bolondrón jurídico ha sido armado con fines políticos.
Dicho más claramente, para que el gobierno use a los ex dueños de América Televisión y presione a los actuales directivos del Canal 4, como lo acaba de hacer J.E. Crousillat en entrevista RPP.

El indulto viciado es una mala señal para la lucha contra la corrupción y envía un mensaje de impunidad que lesiona la moral de la Nación.
El mensaje es que no importa si existen videos y pruebas de la entrega de dinero de manos del corrupto Montesinos, la cosa es hacerse el zonzo, o el loco, esperar un poco, y salir a declarar como si nada hubiese pasado. ¡Qué vivos!