Una dosis de autocrítica es saludable, presidente, pero no abuse.
No queremos escuchar un mensaje en tono lastimero.
No queremos ver a un presidente rasgándose la piel, señalando sus
propios errores.
Deje ese trabajo a la oposición. Que sean ellos quienes lo despellejen.
Su papel es otro, presidente. Es decir la verdad sin estridencias
y señalar el norte con firmeza.
Le corresponde inyectar optimismo, confianza, seguridad.
No queremos ver y escuchar al analista que señala que Lava Jato y
El Niño Costero nos ha costado 1.5 puntos del PBI.
Queremos al estadista que domina la economía y
sabe cómo salir del estancamiento en que nos encontramos.
Queremos escuchar al experto que sabe cómo generar más puestos de
trabajo y cómo atraer más inversiones. Al que conoce cómo devolverle la
confianza al país.
No queremos un discurso para las tribunas, ni para los tribunos. Queremos
que le hable a la gente de a pie.
Queremos que le hable a la mamá de "Tubito" y le diga qué hará para no tener más jóvenes
trabajando como esclavos, ganando 20 soles diarios, encerrados con llave y sin
poder ir al baño.
Queremos que les hable a más de un millón de jóvenes que estudian y
les diga que resolverá la huelga magisterial y que de ninguna manera perderán
el año escolar.
Queremos que les diga a los enfermos del Hospital Loayza que
tendrán el tomógrafo operativo.
Y a los enfermos que están en los hospitales públicos, dígales que
su gobierno abastecerá la farmacia de medicamentos.
Queremos que resuelva la huelga médica y de profesores, señor
presidente.
A los padres de familia que sienten miedo ante el avance de la
delincuencia, no los llene de cifras de capturas y desarticulación de bandas.
Dígales mejor que construirá más comisarías, que pondrá más
policías en las calles; y que éstos cuidarán los paraderos de buses, los
puentes peatonales, los colegios y los mercados.
Presidente, sabemos que estamos mal en economía. Pero necesitamos
que nos diga que con las correciones que hará nos irá mejor. Esa es su chamba. Para eso lo elegimos.
Necesitamos saber que creará más empleo. Que construirá más
infraestructura. Que más pueblos tendrán agua y desagüe, electricidad e
interconectividad.
Así como se puso las botas en la emergencia, necesitamos que las vuelva a usar en la reconstrucción.
Necesitamos estar convencidos que se moverá la industria, la construcción, las exportaciones.
Y sin demagogia y falsas expectativas, queremos no solo
escuchar, sino, sobre todo ver y comprobar, que luchará contra la corrupción.
Si algo de esto no será posible, también dígalo, señor presidente.
Pida, si es necesario, sangre, sudor y lágrimas. Pero de todos. Empezando por sus colaboradores.
Usted, comprometa su mayor esfuerzo y su trabajo para sacar al
país del atolladero.
Ejerza liderazgo, señor presidente. Gobierne.
Necesitamos un líder que no solo inspire, sino que transpire.
Eso.
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