11 junio, 2007

Turba que perturba

El Chino todavía no viene y ya causa alboroto. Se ha convertido en un factor perturbador no sólo para las fuerzas políticas peruanas, sino, también para las relaciones bilaterales. Sectores informados de Santiago saben que si lo extraditan incomodarán a Lima y si no lo hacen también. No hay cómo salir del embrollo. Por eso es que el tema Fujimori no sólo es un tema jurídico; es, esencialmente, un asunto político.

Los primeras puyas entre apristas y fujimoristas ya empezaron. Mulder y Raffo han cruzado sables atacando uno y defendiendo el otro la posición de Keiko de vaticinar la inestabilidad del gobierno si se concreta la extradición de su padre.

En realidad entramos a un proceso de realineación acelerada de las fuerzas políticas.

Conforme avance el proceso de extradición, el APRA sentirá la presión de los sectores democráticos y su relación con el fujimorismo se debilitará.

Los primeros escenarios donde se evidenciará el deterioro de este compromiso serán en la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, la composición de la Mesa Directiva del Congreso y las reformas constitucionales planteadas, la bicamerialidad y la anulación del voto preferencial.

Nunca como ahora los fujimoristas harán valer el peso de sus trece votos.

La capacidad de movilización callejera de las huestes fujimoristas –amparada en el 20% de respaldo al líder extraditable- es sólo una ilusión coyuntural de las encuestas.

En la medida que el juicio se ventile y la gente recuerde los horrores en materia de derechos humanos y la organización delincuencial de los latrocinios, el nivel de aprobación se reducirá.

Esa masa de fujimoristas alterados perturbando el orden público es, por lo tanto, un “trabajo de boquilla”, como los insultos que se dicen al oído dos peleadores callejeros antes del combate.

Más importante es el rol que asuman los sectores democráticos. Fujimori no va a venir al Perú sólo por la decisión del Poder Judicial chileno. Sino por el grado de presión social que puedan ejercer las organizaciones nacionales.

Para ello, es necesario articular un espacio que ensanche la mesa de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.

Procesar a Fujimori es un derecho de la sociedad.

El dictamen fiscal chileno nos recuerda que no puede haber impunidad para quien traiciona la voluntad popular.

Las sociedades democráticas deben garantizar un juicio justo. Incluso para aquel que violó el principio democrático. Este principio es más fuerte que cualquier turba que perturbe.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y van a ver, y van a ver,
ya viene EL CHINO OTRA VEZ...

jajaja

Politikha dijo...

Permítanme utilizar este espacio para darle la bienvenida a "Buen Gobierno", el diario digital que dirige Guillermo Gonzales Arica, en reciprocidad a la gentileza que ha tenido el autor de recomendar esta hoja en su medio electrónico.

Anónimo dijo...

Al parecer el Apra tiene algún compromiso con el fujimorismo: algo hay entre ellos, por eso García y los Apristas no se pronuncias para nada por el caso "fujimori". Bueno como dijo Javier Diez Canseco, el apra sabe de persecusiones. En 1992, el fujimorismo le permitió volver al Perú a García. Más claro ni el agua. YA SE LLEGARA A DESCUBRIR QUE SECRETO HAY ENTRE ELLOS.

Anónimo dijo...

Pronunciamiento público de Perú Posible

CUIDADO CON EL NEOFUJIMONTESINISMO

Nuevo proceso para nombramiento de miembros al Tribunal Constitucional.


El país viene observando con preocupación cómo, bajo el amparo del gobierno aprista, personajes vinculados a la etapa más corrupta de la historia peruana reciente (el fujimontesinismo) vienen recuperando posiciones en la escena política local.

En política no hay casualidad. El reciente destape periodístico de la revista Caretas, confirma que hay un nexo entre los más oscuros sectores del aprismo y el fujimontesinisno.

La reunión en la que participan el ex ministro del Interior del primer gobierno aprista, Agustín Mantilla, el operador de fujimontesinismo, Oscar López Meneses, dos oficiales en actividad del Ejército Peruano y un recientemente elegido por el Congreso, magistrado del Tribunal Constitucional, Javier Ríos Castillo, ratifica que está en camino una reconstitución de fuerzas del fujimontesinismo al amparo de oscuros sectores del partido de gobierno.

Los recientes hechos también han puesto en evidencia el afán de copamiento de las instituciones tutelares de la democracia en el país por parte del Partido Aprista. Esto ha quedado en evidencia en la reciente fraudulenta elección de cuatro magistrados del Tribunal Constitucional (TC).

El TC es el órgano de control de la Constitución, que garantiza el equilibrio de poderes y evita el abuso de la ley, razón por la cual no puede estar en manos de personajes vinculados a fuerzas políticas antidemocráticas.

Perú Posible se pronuncia exigiendo la anulación de todo el proceso de elección de magistrados del Tribunal Constitucional, la convocatoria a una nueva elección transparente, con votación individual, magistrado por magistrado, y prevalencia de la independencia política y capacidad profesional.

Los mejores magistrados, los más probos y demócratas del país, con una vida intachable política, profesional, moral y éticamente, deben estar al frente del Tribunal Constitucional. Este no debe convertirse en un apéndice ni del partido de gobierno, ni del fujimontesinismo con el objeto de proteger la impunidad.

Quienes recuperamos la democracia en las calles no podemos quedar callados e impasibles ante la arremetida de las fuerzas antidemocráticas.

Juntos defendimos el sistema democrático; juntos forjaremos su afirmación.

LA COMISIÓN POLÍTICA

Lima, 15 de junio de 2007.