07 abril, 2009

Fujimori: preso hasta el 10 de febrero de 2032

La sentencia de 25 años de cárcel a Alberto Fujimori por los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, en efecto, trasciende al Perú. Es una lección al mundo.

Ayer decíamos que muy pocos países pueden exhibir a un ex jefe de Estado sometido a juicio público con todas las garantías del debido proceso judicial.

Pero así como es una lección al mundo debiera ser -en primer lugar- una lección para toda la clase política.

Los delitos de lesa humanidad cometidos desde el aparato del Estado son un hecho cruel, inhumano, que deshonra a quien el pueblo le confió el privilegio de gobernar.

Nada justifica el asesinato de personas inocentes. Mucho menos, razones de Estado invocadas siempre en delitos de esta naturaleza. La sentencia reconoce que ninguna de las personas asesinadas en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta pertenecía a organizaciones terroristas.

Es un hecho indubitable que no se puede acabar el terror con más terror. Y menos con terrorismo de Estado.

Lo que se ha castigado es la práctica sistemática y selectiva de desapariciones forzadas y ejecuciones arbitrarias ejecutada por un grupo que nació desde las entrañas del poder.

La lección que debemos sacar de esta sentencia es que la mejor garantía que tienen los gobernantes para no cometer abusos es la conducción democrática del poder.

Democracia, equilibrio de poderes, instituciones sólidas, libertad de expresión, inclusión social, justicia, deben ser siempre las primeras palabras en el diccionario de un gobernante.

Nunca más crímenes de Estado ni aparatos paralelos de terror.

Finalmente -como bien ha señalado el Presidente Alejandro Toledo-, es entendible la desazón y dolor de la familia Fujimori-Higuchi.

Pero aquí no se ha juzgado al padre que ellos conocen y quieren; se ha juzgado al político que se equivocó como gobernante.

Se ha sentenciado, en suma, al hombre que desde el poder se manchó las manos de sangre.

2 comentarios:

YO, SI OPINO dijo...

Para dar garantías plenas de limpieza y de honorabilidad lo primero que debe hacerse es sacar de la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Lima al operador de Alan García el Dr. Cesar Vega Vega mientras ese personaje esté ahí manipulará en la Corte Suprema para que su factótum que digita desde Palacio no sea perjudicado por decisiones judiciales que luego reviertan en su contra. No olvidar el próximo que debe ser condenado de igual forma e ir a prisión es el que ahora se cobija bajo la higuera de Pizarro.

Sonia Luz dijo...

Satisfacción y serenidad. Y a trabajar mucho en educación ciudadana.

http://hablasonialuz.wordpress.com/2009/04/07/sentencia-a-fujimori-justicia-que-hace-patria/