¿Qué fue lo que realmente irritó tanto a Jorge del Castillo como para que califique de “terrorismo financiero” las expresiones del Ex Presidente Alejandro Toledo quien -tras criticar las sobredimensionadas expectativas del gobierno en el manejo económico- señalara que “ojalá el Perú crezca 1% este año”? ¿Las cifras económicas? ¿O que Toledo le haya dicho que primero aclare el “faenón de los Petroaudios”?
En economía, las predicciones de Toledo han sido de lo más ajustadas a la realidad, a decir por los informes oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INEI).
En efecto, el INEI acaba de anunciar que en Julio el Perú decreció -1.38%, la tercera tasa negativa en lo que va del año. La primera fue en Abril (-1.8%) y la segunda en Junio (-2.1%). No son tres caídas consecutivas –necesarias para calificar técnicamente al país en recesión-, pero casi.
Por lo demás, las predicciones de Alejandro Toledo sobre crecimiento económico del país no son de ahora. El primer campanazo de alerta lo dio el 24 de julio del 2008 al analizar los primeros dos años de gobierno. El 4 de enero de este año, ratificó su crítica al excesivo entusiasmo y vapuleó el llamado Plan Anticrisis.
En ambas ocasiones, Toledo advirtió públicamente que no era cierto que nuestra precaria economía doméstica sería inmune a los efectos de la recesión económica que afectaba a casi el 60% de la economía mundial.
No lo hacía por pesimista. Ni por causar alarma innecesariamente. Todo lo contrario. Buscaba fijar una posición realista y anticipar lo que –viendo el contexto global de la economía– consideraba debía realizarse de manera urgente en el país.
Dijo por entonces con toda claridad que si no se adoptaban medidas expansivas por el lado fiscal y la demanda, la economía se desaceleraría. Tal como ahora viene ocurriendo.
La caída de Julio ha superado los escenarios más negativos que pronosticaron analistas de la banca y las consultoras. Según Reuters se esperaba una contracción de -0.5% y ha sido de -1.38%.
Por supuesto es una necedad haber afirmado que sólo el Perú y China crecerían este año en 10% (China sí crecerá entre 6% y 8%). Y ya resulta temerario insistir en cifras de crecimiento de la economía peruana de 5%. O siquiera 3%.
De ahí la frase de Toledo de que “Ojalá crezcamos 1% este año”.
¿Dónde está entonces el “terrorismo financiero”? Cuidado que sobreestimar el crecimiento sí puede ser un ingrediente desestabilizador de la economía al contrastarse con la realidad.
Mantener artificialmente en alza las expectativas dificulta el conocimiento real del desarrollo económico. Esto a su vez dificulta la planificación del crecimiento, las nuevas inversiones y las previsiones de gasto del propio Estado.
Anunciar un crecimiento ficticio de la economía es crear una burbuja. Y ya sabemos qué pasa cuando la burbuja revienta, producto del pinchazo que acomete una cifra real.¡Plop!
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