03 noviembre, 2007

El imperecedero Siglo XXI

Los territorios conquistados por Chile durante la guerra siguen aportando al desarrollo económico del vecino del sur. Al guano y el salitre, frutos de estas tierras que despuntaron en el Siglo XIX, le siguió el cobre, actualmente uno de los motores de la economía y la defensa de Chile.

La industria del cobre inició su ascenso en las primeras décadas del Siglo XX con el ingreso del capital norteamericano. Una de los primeros asientos mineros que se abrió fue Chuquicamata, portentoso complejo productor de cobre a tajo abierto ubicado en Antofagasta. Hace poco, en agosto de este año, después de 93 años, esta mina cerró sus operaciones.

Tras la tímida nacionalización del cobre dispuesto por el gobierno de Frei en los sesenta, el general Pincochet, en los setenta, decidió vender todo, menos el cobre cuya producción y comercialización lo mantuvo en manos del Estado.

Pinochet utilizó el mineral como flujo de caja para las Fuerzas Armadas. Gracias a la Ley 13.196, “Ley Reservada del Cobre”, las Fuerzas Armadas de Chile no sólo han renovado sino que han modernizaado su sistema militar de defensa.

¿De dónde de vienen estos aportes?

El siguiente cuadro ayudará a comprender mejor esta situación. Según la Memoria Anual de Codelco 2006, la producción 2005 – 2006 de cobre y molibdeno fue la siguiente:
El cuadro indica que el 53% del cobre y el 65% de molibdeno provienen de la unidad Codelco Norte ubicado en Antofagasta, el antiguo territorio boliviano.

En ese mismo periodo, los ingresos fiscales que generó la riqueza de los territorios conquistados fueron 4.442 millones de dólares el 2005 y 8.334 millones de dólares el 2006; casi la tercera parte de la deuda externa peruana... ¡sólo en los dos últimos años!

Ahora bien, si revisamos el aporte al PIB nacional de Arica-Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, veremos que, juntos, son la zona más rica de Chile, más productiva incluso que las regiones de Biobío y Valparaíso.

Tarapacá y Antofagasta suman 10,2% del PIB nacional, mientras que Biobío 9,5% y Valparaíso 8,0%. Mucho más abajo están Los Lagos con 4,5%, Maule con 3,6% y Coquimbo con 2,2%.

El desarrollo económico de Chile no se puede explicar sin el aporte que a lo largo de los últimos 128 años han hecho los territorios perdidos en la Guerra del Pacífico. Estudios recientes indican que frente a las costas de los ex departamentos de Perú y Bolivia existe gas, petróleo y minerales. Lo que evidencia que la riqueza de estas tierras parece no agotarse jamás. ¿Ya lo ve canciller Foxley? El recuerdo es imperecedero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PERO YA HOY LES DEVOLVIMOS LOS LIBROS. AL MENOS UNA COSA YA TIENEN... NO MIREMOS MAS EL PASADO. AVANCEMOS HACIA EL FUTURO.