El Perú ha puesto en banco y negro su disputa con Chile por un área de 35 mil kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico que reclama como suyo. Un trángulo en el sur peruano, frente a las costas de Ilo y Tacna, donde Chile ejerce hoy soberanía. A esa zona la ha llamado “área de controversia”. Chile, por supuesto rechaza esta posición peruana y señala que no existe diferendo marítimo ni territorial fronterizo con el Perú. Corresponde por tanto a las partes dirimir sus diferencias en una corte neutral, La Corte Internacional de la Haya, para hablar en términos amistosos y no otros.
Lo que ha hecho el Perú es ratificar que su dominio marítimo comprende 200 millas marítimas de su mar adyancente, es decir, definir un límite de dominio marítimo que es el espacio que proyecta el perfil de su franja costera, 200 millas mar adentro. Fijar por ley las Líneas de Base del Dominio Marítimo de Perú, aprobada en 2005, es una decisión soberana. Lo ha hecho Chile también. Pero, resulta que las pretensiones de ambos países se sobreponen en el triángulo de 37 mil metros cuadrados. Tienen pues que dirimir sus diferencias.
Es un tema que compete sólo a los dos Estados. De ahí que no sería conveniente mezclarlo con los intereses -legítimos también por cierto- de Bolivia de acceder al mar. Sin embargo, no es casualidad que en las últimas semanas se hable con insistencia de un acuerdo inminente entre su Chile y Bolivia, según el cual Bolivia obtendría un corredor en Arica con “soberanía pendiente” hasta que el Perú se pronuncie. La salida que Chile ofrecería a Bolivia no sería otra que un corredor “al norte de Arica”, cuya proyección marítima caería en el triángulo de 37 mil metros cuadrados que el Perú considera un área de controversia con Chile. El problema, entonces, ya no sería de dos, sino de tres. Un burdel. Además, Chile ratificaría su posición del uso del paralelo como límite fronterizo marítimo. Esta solución es inviable si antes no se resuelve la disputa territorial marítima entre Perú y Chile.
El hombre que ha hecho posible que Bolivia sueñe con un corredor sin soberanía en Arica es el ex consul de Bolivia en Santiago, Roberto Finot. Durantes casi tres años, Finot ha machacado su propuesta a los miembros más connotados de la clase política y militar del país del sur. Su tesis es la siguiente: “Chile estuvo íntimamente vinculado a la inestabilidad política que se vivió en Bolivia. La crisis de octubre del 2003 se desata por la imposibilidad de Bolivia de acceder a los mercados del Pacífico, incluso a EE.UU., para exportar el gas natural. Si Chile el 2004 estaba en su mejor año como el país de referencia de América Latina, Bolivia era identificada como la antítesis por la situación interna que confrontaba. Y si a esto sumábamos que Argentina se veía en la imposibilidad de honrar su compromiso con Chile en el gas natural, entonces estábamos en una situación muy especial. Chile necesita resolver el problema boliviano para afirmar su liderazgo en la región y proyectarse como plataforma de las inversaciones y comercio del Asia Pacífico con América del Sur. Resolver este problema resuelve el problema con el Perú y el abastecimiento de gas”. (El Mercurio, 7 de agosto de 2007).
En palabras del propio Finot, “Si Chile quiere comercio, energía y diplomacia, debe resolver el problema del mar con Bolivia”. Una variante de la tesis boliviana de gas por mar; vendida a Chile como "desarrollo por mar". Lo que preocupa de esta terna de intereses en juego es que Bolivia ya está convencida de usar su gas como instrumento de negociación. Y Chile sabe que si no encuentra energía pronto sus planes de seguir desarrollando serían nulos. Por eso, lo mejor en esta película de a tres es avanzar de a dos y luego invitar al tercero. Todo a su debido momento.
Límite fronterizo Perú y Chile
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3 comentarios:
Muy buen artículo.
Sin embargo debo, tratando de mantener la mayor objetividad, aclarar que al parecer Chile no asistirá a la Corte Internacional de la Haya. Recordemos que esta Corte tiene jurisdicción sólo a solicitud de parte y jamás, como bien dice su estatuto, ejercerá labores jurisdiccionales si uno de los Estado no lo desea.
La presidenta Bachelet no tiene el respaldo suficiente para asistir a la Corte, es un costo político que ella no está dispuesta a asumir. Los dos bloques políticos chilenos no están dispuestos a arriesgarse a resolver esta disputa en la Haya, incluso el Canciller (Demócrata Cristiano, partido que no está dispuesto al dialogo) ha dicho que con Perú no hay temas pendientes.
Concuerdo contigo que él tema debe resolverse, pero en Chile ni siquiera hay apoyo para tocar el tema.
Un buen punto el que tocas, Nicolás, que ha sido plenamente corroborado por el diputado chileno Jorge Tarud. Chile no reconocerá jurisdicción a la Corte Internacional de La Haya para definir el límite marítimo, porque en su opinión el límite ya está establecido en los acuerdos pesqueros de 1952 y 1954 a los que ellos les dan categoría de Tratados Fronterizos Bilaterales. De todas formas la batalla debemos mantenerla en el plano jurídico diplomático.
Gracias por participar.
yo opino que el ronald y el jose comen mucho
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