29 agosto, 2007

Sub 17: Buenos muchachos



Hay algo que diferencia a los chicos de la Sub 17 del resto de seleccionados peruanos: firmeza en la cancha de juego, disciplina táctica, anticipación en la marca y aguante hasta el final. Si tendría que resumirse en una palabra esta nueva forma de encarar el fútbol, sería: actitud.

Estos muchachos saben lo que quieren en la cancha de juego. Sin mucho aspaviento, trasladan con propiedad el balón sin adormilar el juego con pases laterales, improductivos. Avanzan en diagonal, encaran, sirven la pelota a las espaldas del rival; tienen horizonte de juego.

Por lo que les hemos visto, adolecen de ese mal de las selecciones de mayores que hace que el equipo se desarme en los minutos finales y pierda irremediablemente el partido: la falta de concentración.

Lo ha dicho Reimond Manco: “cuando estás bien de la mente todo es posible”.

El fútbol se juega con los pies, pero se diseña en el cerebro. El jugador mide al rival y se mide a sí mismo en relación al orden que ocupan los demás jugadores en la cancha.

El cerebro analiza las posibilidades que tiene de trasladar el balón con efectividad, y la técnica y el físico indicarán el grado de eficacia de la jugada.

La pasión, el corazón, la garra, son resultado de estas mismas variables combinadas y aceleradas de nervio templado, mente rápida y músculo activo.

La gambeta es por eso el chispazo armónico entre el cerebro y las piernas en una fracción de segundo.

Estos chicos nacieron en 1990. Jamás vieron a su selección nacional de fútbol en un mundial. Las hazañas futbolísticas que tienen en su retina son los triunfos del Cienciano a nivel sudamericano e intercontinental.

Son muchachos de barrio, provincianos muchos de ellos. Buenos muchachos, que nacieron en la era del internet, el MP3 y el play station.

No se han mareado con los triunfos. Y, por el momento, son inmunes a los flashes y luces de las cámaras.

No es que sean infalibles, tampoco. Se están acostumbrando a ganar. Y cuando eso ocurre en un jugador, le duele la derrota y la vende más cara.

Ojalá aún viviera Augusto Ferrando para que hubiera visto jugar a Hermoza, Arce, Duarte, Hernández, Muñoz, Bazalar, Salazar, Correa, Manco, Avila y La Torre, y pudiera este sábado reiventar su frase a todo pulmón: “¡No nos ghanan!; ¡No nos ghanan!”.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡Ghana no nos gana, carajo!!!!!!

Anónimo dijo...

Una cosa me preocupa: si pierden los jotitas ante Ghana. ¿Seguirán apoyandolos? ¿Se acabará la magia? ¿Tendremos que volver a empezar?