La salida de Mazzetti en el Ministerio del Interior permitirá que el partido de gobierno se reacomode. El Apra ha ganado un espacio más en el Ejecutivo, tal como venían reclamando las bases en comunicados pagados en los medios de comunicación.
Esto permitirá que Mercedes Cabanillas trabaje con mayor tranquilidad su campaña a la reelección del Congreso -sin Alva Castro como pre candidato que le haga sombra-, y que Mauricio Mulder se perfile para un segundo tiempo al frente de la secretaría del partido.
Por donde se le mire, un enroque a tres bandas.
No es que los compañeros sean unos maestros de la carambola política. La disonancia entre el Presidente y el Premier en el manejo de la primera crisis política ha revelado que lo que predomina como estrategia es el humor del jefe del Estado; siempre cambiante.
Del apoyo público inicial a la Mazzetti se pasó a la jalada de alfombra y de allí al salto al vacío sin paracaídas. Al final nos quedamos con una ministra que ingresó a la política con la imagen de técnica eficaz y se va con la de ingenua política e ineficaz.
Alva Castro es al mismo tiempo una pieza de recambio harto conocida, trajinada. No representa el aire fresco que el gabinete necesita. Huele más bien a airecillo rancio, de ese que encontramos al abrir el baúl de repuestos de segundamano.
Los teléfonos abiertos de las radios así lo demostraron y no pararon de sonar con opiniones mayoritariamente en contra del nombramiento del ex mochero Luis Alva Castro.
La gente no se ha olvidado del hombre que estuvo al frente de los primeros dos años de la burbuja económica aprista. Fue durante su gestión que se dilapidaron las reservas y se incubó la hiperinflación más alta del mundo.
Este Lucho, de economía, no es que sepa mucho, la verdad. Y de seguridad ciudadana es una incógnita al cuadrado.
Falta también el descenlace que tendrá la renegociación con la empresa Gildemeister. Cada vez hay más elementos que apuntan a su lado de la mesa, lo que podría comprometer escenarios distintos a los locales.
En Chile se informa al detalle de la situación de esta empresa. Mientras, el contralor ha anunciado que revisará todos los contratos de Gildemeister con el Estado.
Es la primera misión que tendrá el flamante ministro del Interior. Seguramente esperará los resultados de la comisión Webb, pero también podría decidir por rescindir el contrato, asumir el pago de la penalidad y convocar a nueva licitación.
Lucho Alva es un nombramiento político. El Apra toma el control del ministerio que se encarga de controlar el orden interno y de nombrar a las autoridades políticas en el interior del país. El Presidente le ha pedido mano dura. Los gremios en conflicto están avisados.
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