“Estoy aquí en su país para promover el TLC entre los Estados Unidos y Perú, el cual es vital para nuestro país”, le dijo el Presidente García a su homólogo George W. Bush, durante su encuentro en Washington. Era un nuevo García, otro García, distinto al de marzo, abril, mayo y julio del 2006 que se oponía rotundamente a firmar el Tratado de Libre Comercio entre el Perú y los Estados Unidos.
Para bien de todos los peruanos, el tenebroso Mr. Hyde de campaña -anti TLC- había, por fin, recuperado la razón y se mostraba ahora como un pudoroso y sensato Dr. Jekill Presidente.
Este renovado personaje reconocía ahora que para continuar el camino de desarrollo iniciado por el país es necesario “un gran espacio y grado de inversión, y para ese cometido es esencial un TLC”.
“Es importante demostrar al mundo que una democracia con inversión nos lleva al desarrollo. Y el desarrollo no se consigue sin hacer nada y sin abrir nuestras puertas al mercado”, argumentaba el reinventado ser.
Y luego, para hacer más creíble su discurso, le dijo algo que sonó a música celestial a su anfitrión: “Hemos iniciado un lucha frontal contra el narcotráfico en mi país, contra el lavado de dinero y contra el cultivo de hoja de coca”. Por supuesto, no le dijo nada de la claudicante Acta de Tocache firmada por su ministro de Agricultura.
Una buena performance, por donde se le mire. Pero quizás, algo tarde y un tanto descolocada al no llevar ni a su ministra del sector, ni a su representante personal en el tema.
El discurso de Washington deja en claro que el Dr. García se equivocó en su postura inicial de oponerse a un TLC con Estados Unidos, se volvió a equivocar al trabar la aprobación del tratado en el Congreso peruano, y reiteró su metida de pata cuando habló de renegociación y de borrar la firma de Toledo si no se discutía a fondo el tratado.
Su discurso frente a Bush ha buscado también reparar el error que tuvo en su primer viaje a Washington de no conversar directamente con congresistas demócratas y republicanos, como sí lo hicieron su antecesor en el cargo y su amigo y vecino, el presidente colombiano.
Por fin ahora comprende que conversar con representantes o senadores no implica “rebajar de nivel al Presidente”, como dijo en su momento Jorge Del Castillo.
“Es responsabilidad del Presidente de la República Alan García asumir personalmente la tarea de impulsar las relaciones con el establishment político norteamericano a fin de lograr la ratificación del Tratado de Libre Comercio”, señalamos en un post de noviembre del año pasado.
Ojalá no sea muy tarde. Por el bien del Perú, necesitamos que mantenga la personalidad del Dr. Jekill, comprometido con su trabajo y abierto a todos, y entierre de una vez por todas al misterioso y oblicuo Mr. Hyde que tanto daño hizo al país mientras teníamos posibilidades serias de conseguir la ratificación del Tratado.
Alan García
TLC + Washington
Bush + García
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2 comentarios:
Javier Diez Canseco afirma que ya no hay tiempo para el TLC. Por mucho que García "cambie", o muestre una cara más agradable a Washington parece que ya los dados están tirados:
"Vienen, relativamente pronto, las elecciones presidenciales en los EEUU, en las que los republicanos las verán mal por el fracaso en Irak y los problemas económicos y sociales que su política ha generado en su propio país. Muy difícilmente se aprobará este TLC con el Perú antes del receso parlamentario en que terminan los plazos para el "fast track" o aprobación acelerada.
Adicionalmente, es interés del Perú tomar el camino de la renegociación del TLC y de la extensión del ATPDEA, en nuevas condiciones que el Presidente debería plantear para facilitar nuestro desarrollo y crecimiento, y para promover el progreso en las zonas cocaleras. Los voceros demócratas de las comisiones congresales que evalúan el TLC, como Rangel y Levin, y la misma vocera central –Nancy Pelosi– lo han dejado claro: este TLC está en la congeladora y sacarlo tendría para ellos un alto costo político".
¿Leyeron la "equivocaciòn" de Charles Rangel? Le preguntaron sobre la visita del presidente peruano y el polìtico demòcrata lo calificò como "la persona más conmevedora que he conocido"... después aclaró que se refería a Toledo y no a García... que buena.. jajaja.
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