Fernando Rospigliosi, especialista en temas de defensa, narcotráfico y terrorismo, maneja la teoría que la emboscada de Machente fue un golpe del narcotráfico a un operativo exitoso realizado por la policía antidrogas semanas atrás. Para responder la estrategia represiva del Estado, los narcos contrataron a su brazo armado, Sendero Luminoso y emboscaron la patrulla para decir: aléjense de nuestras tierras. No los queremos aquí.
Otro analista, Jaime Antezana, sostiene que la emboscada fue más bien en respuesta a la presencia de los ministros de Defensa e Interior que estuvieron en esas tierras apenas dos semanas antes del atentado. En esa oportunidad, las autoridades anunciaron acciones conjuntas de las fuerzas armadas y policiales, mayor presupuesto para el sector y la conformación de la región policial del VRAE. Es decir, mayor presencia del Estado en esa zona.
Un tercer observador político, Santiago Pedraglio, afirma que es necesario que las autoridades definan cuál de las fuerzas es la más activa para poder delinear qué tipo de estrategia diseñar, qué fuerzas se requieren y qué papel se le debe asignar a las Fuerzas Armadas y Policiales.
En lo que no hay duda es en la importancia que ha ganado el eje del Valle del Río Apurímac – Ene (VRAE) en el mapa de la droga en el Perú, al punto que hay quienes piensan que en poco tiempo esta zona desplazará al Alto Huallaga en la producción de hojas de coca.
Según las conservadoras cifras de Devida la producción de cultivos de coca en el país es 48,200 hectáreas. De éstas, el 65,4% están en el Alto Huallaga, Monzón y en el VRAE.
En su informe oficial, "Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2007-2011", Devida reconoce que el narcotráfico en el Perú ha pasado de productor y exportador de PBC a ser productor y exportador de cocaína, sin necesitar a intermediarios colombianos o mexicanos.
El narcotráfico inyecta además unos 380 millones de dólares netos a la economía nacional, producto de la sobre producción de hoja de coca que excede en once veces la demanda legal. Aunque hay quienes piensan que esta cifra se debe multiplicar por cuatro.
Para atender el mercado tradicional y medicinal se necesitan unas 9 mil toneladas de hoja de coca, pero se producen 106 mil toneladas de hoja de coca. Un fuerte impacto que es responsable de un tercio de las tierras deforestadas en el país. Demasiado como para pensar en usarlas en ensaladas como propuso recientemente el Presidente Alan García, ¿verdad?
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3 comentarios:
La industrialización de la hoja de coca es algo que puede salvar al Perú. Si la Coca Cola utiliza esta hoja en su bebida mundial, imáginense lo que podría hacerse en la industria química o farmacéutica. El Perú podría pagar su deuda externa con esas más de 100 mil toneladas de hoja que produce. Quizás el presidente García quiso decir que hay alternativas para industrializar la hoja de coca.
La industrialización de la hoja de coca es una falacia, lamentablemente. Lo ha probado hasta la saciedad, Fernando Rospigliosi. ¿Cuánta tortas de coca podemos consumir, además de la que Evo Morales le llevó a su amigo Fidel?
Jaime antezana quien es? porque de pronto todos los medios lo invitan como si fuera el unico experto o analista en temas de narcotrafico? donde se especializó?
Para mi que es un asalariado de la embajada norteamericana al igual que muchos analistas parcializados con la politica entreguista de la derecha.
El atentado del polo, a pocos dias de la llegada de bush no quedo claro, cabe la hipotesis de que fué un atentado de la cia apoyada por rospigliosi.. algun dia...
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