La Política
Palacio de Gobierno seguirá siendo la cocina de los fogonazos políticos del próximo año. El Presidente Alan García, sin atender las recomendaciones de sus colaboradores –sabemos que García no tiene, ni admite, asesores-, seguirá apareciendo en televisión mañana, tarde y noche, haciendo del verbo su mejor arma.
El debate de la ampliación de la pena de muerte, animará el Congreso los primeros días de enero. Pero la discusión más rica estará en los extramuros del Congreso, en la sociedad civil, la iglesia, los medios de comunicación y los organismos democráticos internacionales.
Las regiones iniciarán proceso de articulación, más como mecanismo de negociación frente al poder central que como proyecto político descentralista. El proceso será gradual. Primero se unirán por macroregiones, tal como lo ha anunciado Yehude Simon, que articulará a los presidentes del norte. El Presidente de Arequipa, Juan Manuel Guillén, podría liderar a sus colegas del sur y Vladimiro Huaroc -si moderniza su discurso de izquierda académica-, podría hacer lo propio con sus pares del centro. Alex Kouri y Federico Salas buscarán bloquear esta iniciativa, buscando ser la pieza de recambio el 2011.
Los conflictos regionales dejarán el estado de latencia y se manifestarán con crudeza y realismo. El resto de asociaciones gremiales, sindicales, laborales lucharán por conservar su reducido espacio de poder manifestándose en paros y huelgas. El primer encontronazo del Ejecutivo con los profesores, dependerá del número de despedidos que genere el examen de evaluación.
La Economía
Primeros signos de preocupación del manejo doméstico en medio de un escenario internacional sin mayores amenazas. El primer campanazo fue la condonación de deudas del Banco de Materiales. Le siguió luego el fallido intento de gravar con impuesto a la renta los ahorros del público y ahora tenemos la liberación sectorial de aranceles.
Todos reconocen que el presente gobierno está cosechando lo dejado por el gobierno anterior, fruto del manejo responsable de la caja fiscal y de una adecuada política de promoción de las exportaciones. Producto de ese ahorro nacional hoy se puede pagar la deuda social a jubilados, policías y fuerzas armadas.
Fruto del esfuerzo de todos los peruanos, ahora el Estado puede continuar la política de inversiones en proyectos de gran impacto social como agua y desagüe, carreteras y aumentar los recursos de “Juntos”, el programa de subsidio directo a los más pobres.
Pero pensar que las reservas tengan un techo de 20 mil millones de dólares –llegado el cual deben gastarse- o creer que la política monetaria depende del Ministerio de Economía y no del Banco Central de Reserva, además de considerar que desde el Gobierno se puede orientar el desarrollo económico, son señales de un pasado que considerábamos superado.
Ningún gobierno heredó jamás una situación económica en crecimiento y una situación política estable como la que recibió este Gobierno. Las transiciones democráticas en el Perú fueron siempre periodos de crisis económicas y desesperanza política.
El mejor capital que por ahora tienen los peruanos es el optimismo. Pero al mismo tiempo al ser un indicador más psicológico que tangible, es frágil y puede trocar en decepción o pesimismo si no se cumplen las expectativas previstas. Es responsabilidad de todos mantenernos vigilantes y cuidar que nada afecte este momento especial que atravesamos como país. Feliz año 2007.
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3 comentarios:
Hoy estaba escuchando CPN radio y la mayoría pedía que se acuerden de aumentar a los jubilados de la ley 1990 y de la 20530. Cuando la caja está llena, ¿qué se debe hacer? gastar en atender la deuda social o aumentar el ahorro a costa de los pobres?
garcía está desperdiciando -por incompetencia- la oportunidad de hacer del crecimiento económico un desarrollo sostenible. Y si a la incompetencia le agregamos un conjunto de intereses mercantilistas que nos llevarán a un segundo gobierno que probablemente sea más corrupto que el primero de García. Y esto con la complasciencia de una prensa que se niega a ver lo evidente y un Congreso absolutamente mediocre.
Yo creo que es momento que la oposición -¿existe?- haga un esfuerzo por pasar de la crítica a la propuesta. Por ejemplo, quienes tuvieron responsabilidad de gobierno, como Juan Sheput -joven político que no tiene pelos en la lengua-, podrían convocar conferencias de prensa para que nos cuente que está pasando en el Ministerio de Trabajo con la ministra Pinilla. Según sé, además de separar a técnicos, no han hecho cambios mayores. Necesitamos que un gabinete en la sombra realice un seguimiento a las acciones de este gobierno e informe periódicamente sus descubrimientos.
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