12 mayo, 2007

El alcalde solidario

El mediador que reclamábamos en el caso de la invasión del Mercado Santa Anita ha aparecido. Es el obispo de Chimbote, monseñor Luis Bambarén, quien este lunes debe recibir el beneplácito de las partes para –de inmediato- ponerse en acción. No debiera haber mayor problema en aceptar sus buenos oficios, de no ser por la negativa del teniente alcalde de Lima, Marco Parra.

Parra se opone a la intervención de monseñor Bambarén, pues, señala, que el prelado habría ofrecido “alternativas de reubicación a los invasores en otros terrenos de la Municipalidad de Lima”.

Es una majadería la posición intransigente adoptada por el primer regidor metropolitano, entendida sólo por el silencio sepulcral del señor alcalde de la ciudad.

Decíamos anteriormente que nadie dudaba de que la ley debía cumplirse. Pero, como bien ha señalado monseñor Bambarén, “debe cumplirse sin violencia”.

Antes de abocarse o negarse a conversar, lo primero que debe construirse es un clima adecuado de diálogo. Cocaleros, mendigos y niños deben retirarse de inmediato para evitar daños que lamentar. Lo mismo debe ocurrir con la policía. Deben cesar sus maniobras psicológicas: sobrevuelos de helicópteros y envío de ambulancias a medianoche.

El acuerdo que se busca no debe ser encontrar “terrenos alternativos”, como cree y teme Marco Parra. Lo que el prelado de la Iglesia debe buscar es que los invasores acaten la medida del juez y desalojen el mercado de manera pacífica.

Ese retiro de los invasores no debe ser a la nada. Tiene que encontrarse fórmulas creativas que eviten que esas familias se queden de pronto sin un espacio para trabajar.

En lugar de interferir en la labor mediadora y pacifista de monseñor, Parra debería aconsejar al alcalde de Lima que convoque de manera urgente a una Asamblea Metropolitana de Alcaldes para que en un plazo perentorio estudien la posibilidad de acoger en sus respectivos mercados distritales a grupos de comerciantes de Santa Anita.

Se requiere medidas efectivas de política social y no sólo repetir que las 10 mil familias deben salir del mercado porque así lo dispone la ley y simplemente olvidarse de ellas. No vale, en este caso, ni poses de sheriff de Condado, ni quedarse callado.

El alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, debe liderar la solución a este problema y apoyar la intermediación de monseñor Bambarén.

Es una oportunidad inmejorable para mostrar las bondades del principio de la solidaridad que inspira su acción de gobierno local.

Reclamamos un alcalde solidario, no una autoridad insensible.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este comentario no se si está escrito por Herminio Porras; o por algunos ex parlamentarios o dirigentes de Perú Posible, que pretendieron en el gobierno pasado quitarle a la capital su mercado, por no sé que oscuros motivos.
No hay nada que negociar, sólo cumplir la ley; y esta es clara: los invasores tienen que salir, a las buenas o a las malas. Esa posición no sólo la ha expresado el Teniente Alcalde, Marco Parra; sino igualmente el Alcalde Castañeda. Es decir, es una posición institucional, además de legal, y que tiene el respaldo de la ciudad de Lima.
Si se aplicara el criterio de ustedes, para conseguir vivienda o una propiedad, bastaría invadir la del vecino, pedir a un obispo que interceda; y luegio exigir que les busquen otro sitio o les otorguen la posesión, porque los pobrecitos no tienen donde vivir. ¿Qué fácil verdad? ¿Y la ley que debe regir la convivencia donde queda?.
Sobre lo que guardan silencio es sobre el crimen de usar niños como escudos humanos; e incluso, como lo ha denunciado la policía, de alquilar niños para estos protervos fines. ¿Allí no dicen nada?.
Santa Anita es para la ciudad de Lima;y no para los delicuentes que la han ocupado ilegalmente, para estafar y lucrar con ella. Lean El Comercio, para que sepan que pingüe negocio están haciendo los "dirigentes".¿Alguien más se está beneficiando o se pretende beneficiar con esa mamadera?
El mercado de Santa Anita va a ser para los comerciantes de La Parada, ese foco insalubre y de delincuencia, que por fin se va a poder cerrar, para que Lima tenga un mercado mayorista moderno.

Anónimo dijo...

¿Hugo Garavito? ¿Qué hace arañándose por Castañeda y Parra? ¿No era de Perú Posible? ¿o ya cambió de camiseta?... nuevamente.

Politikha dijo...

Todo está decidido. La autoridad municipal ha decidido cumplir la ley. Así, a secas. No hay nada más que hacer. Ha puesto de lado a la Iglesia y ha dispuesto un operativo para desalojar a los invasores.

Los helic´pteros de la policía siguen sobrevovolando la zona. Los hospitales están en alerta. Las mujeres policías se encargarán de los niños.

El escenario de combate va quedando listo. Las visceras de los gallinazos empiezan a segregar líquido.

Sólo queda esperar los resultados.

Pero eso sí, si todo sale como esperan las autoridades, felicitaciones por el operativo y a construir el mercado modelo de Lima, se ha dicho. Sino, si se producen bajas humanas, si hay víctimas que lamentar que las autoridades y los invasores asuman los costos políticos.

Estamos advertidos. Amen.