29 mayo, 2007

Lecciones de Santa Anita

Culminado con éxito el operativo policial de desalojo de los comerciantes del terreno de Santa Anita, hay balances para todos los gustos. Desde Augusto Alvarez Rodrich que no se come las calculadas apariciones mediáticas de Castañeda Lossio hasta el reconocimiento gélido de Juan Paredes Castro por este mismo comportamiento al alcalde de Lima, pasando por la franela batiente de Aldo Mariátegui a Luis Alva Castro. Sólo añadiré algunos apuntes a modo de lecciones aprendidas.

1. El alcalde de Lima debería cambiar de inmediato de nombre a su partido y eliminar la palabra “Solidaridad”. Ante la situación de indigencia en que han quedado cientos de familias desalojadas ha dicho que apoyarlos sería “aplicar un subsidio a la invasión”. Darle la espalda a un grupo de hombres y mujeres desposeídos, engañados por traficantes de terrenos, no es una buena carta de presentación para un político que aspira a mayores responsabilidades.

2. Se equivocan quienes creen que el problema ha terminado. Queda pendiente el tratamiento de las familias que han pernoctado en un parque de Ate –Vitarte y que reclaman atención del Estado. Olvidarse de ellos será como tolerar una nueva invasión de terrenos. Una bomba de tiempo para autoridades locales y nacionales. El fin supremo del Estado es la persona humana.

3. El manual policial de operativos antimotines existe. En el caso de Santa Anita se aplicaron todas las medidas previas recomendadas, entre ellas, acciones psicológicas para doblegar al contrario, cerco restrictivo, corte de servicios básicos de agua y luz, eliminación de derechos ciudadanos, y finalmente canciones folklóricas preparativas de clima.

4. El trinomio Alva Castro, Mercedes Cabanillas, Luis Gonzales Posada, ha funcionado de manera articulada, felicitándose unos a otros, logrando la bendición de Papá García y dejando sin espacio en la foto a Jorge Del Castillo. El Premier Bombero pasó desapercibido en este tema y el respaldo obtenido por Lucho Alva podría preocuparlo.

5. Los políticos que en la próxima campaña electoral piensen recurrir a la oferta fácil de prometer soluciones a invasores precarios deben mantenerse a buen recaudo. Cuando se les necesito nunca se les vio. Estuvieron ausentes de la solución real de los problemas de la ciudad. Los partidos de izquierda, los organismos de derechos humanos también brillaron por su ausencia.

6. Se impuso el Estado de derecho. Pero qué difícil se nos hace a los peruanos instaurar la cultura del diálogo.



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