01 septiembre, 2007

Las dos Bolivias


Cada cierto tiempo Bolivia es asaltada por el fantasma de la división. El año 2005 un informe del Consejo Nacional de Inteligencia -oficina encargada de estudios a largo plazo de la CIA- reveló que el país altiplánico incubaba movimientos escisionistas poderosos cuya lucha podía terminar desgajándolo en dos. La semana que pasó, el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández, volvió a proponer esta vieja tesis de dividir a Bolivia, en medio de un paro en apoyo al pedido de Sucre de trasladar los poderes del Estado, reunidos en La Paz: “la única forma de poder convivir bien en el país es hacer dos naciones: una oriental o de los llanos, con Santa Cruz, Pando, Beni, parte de Cochabamba y Chuquisaca, y la otra con la occidental. Hacer dos naciones, una del oriente y la otra del occidente”.

En lo que va del año, Bolivia ha sido remecida por 156 conflictos sociales, unos 26 al mes, según datos de la Fundación Unir. El paro de esta semana –que afectó las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Sucre y Cochabamba - ocasionó pérdidas por alrededor de 20 millones de dólares. Por momentos las protestas fueron tan extendidas y radicales que lograron paralizar el sector productivo del país.

Los más importantes conflictos sociales de los últimos años que de alguna manera han configurado el escenario actual de lucha política en Bolivia aluden connotaciones belicistas: la "guerra del agua" el 2000, la "guerra del gas" el 2003 y la amenaza de "guerra civil" si no ganaba Evo Morales el 2006. Si a ello le agregamos el componente étnico social que tienen estas pugnas, con masas indígenas pobres, por un lado, y concentración de la riqueza en pequeños sectores aristocráticos, por el otro, el riesgo de un fraccionamiento futuro existe.

Bolivia se divide entre un oriente próspero y un occidente pobre representados políticamente hoy en día por Jorge Quiroga (PODEMOS) y Evo Morales (MAS), respectivamente. Pero una cosa es evidenciar esta realidad económica y política y otra muy distinta es expresarla en una división física del país como propone el alcalde cruceño. Partir en dos Bolivia sería condenarla al fracaso como Estado republicano, y dar la razón al informe de la CIA norteamericana que proyectó a zonas de la Región Andina -no necesariamente países- dentro de la categoría de "Estados fallidos", es decir, lugares donde se producirá el colapso del gobierno y sus instituciones democráticas representativas.

El gobierno de Evo Morales ha acusado al gobierno de Washington de alentar estos movimientos -más golpistas que separatistas, en realidad-, y ha anunciado que se investigará el destino de los fondos que a través del USAID entrega los Estados Unidos como cooperación internacional –unos 120 millones de dólares anuales-, y que, se especula, una parte de ellos sirve para financiar a los partidos opositores al MAS.

El portavoz adjunto del Departamento de Estado norteamericano, Tom Casey, ha desmentido esta versión: "No son ciertas para nada las alegaciones de que Estados Unidos está utilizando sus fondos de ayuda para influir en el proceso político o minar de cualquier manera al Gobierno (de Bolivia)". Este martes, el vicepresidente boliviano, Alvaro García, viajará a Estados Unidos para expresar a las autoridades norteamericanas los alcances del uso de los fondos de USAID.

Además de la calle, el espacio en el que Bolivia dirime sus diferencias es la Asamblea Constituyente. Pero aquí también ocurre otra tragedia. Después de once meses de instalada, hasta ahora esta asamblea no puede aprobar un solo artículo de la nueva Constitución. Si las cosas siguen así podrían desatarse nuevas tormentas que amenacen la ya frágil estabilidad democrática del gobierno del presidente Morales.



3 comentarios:

Politikha dijo...

Un extracto de la entrevista a Jorge Quiroga publicada hoy 2 de setiembre por el diario El Comercio que ayuda a entender un poco más el complicado panorama político boliviano. Ojo al concepto de "Guerra Civil":

¿Por qué Evo Morales ganó las elecciones el 2005 y no usted?

Hay que entender lo que había pasado en Bolivia, en donde la experiencia del 2003 al 2005 fue traumática. Yo hace tiempo que pedía segunda vuelta, como ustedes tienen en el Perú. En un sistema de segunda vuelta, Sánchez de Lozada jamás habría sido presidente el 2002. Él ganó con el 25% de los votos y llegó a un acuerdo con el Parlamento a cambio de entregar ministerios. Él tenía el rechazo de dos tercios de la población.

¿Ud. habría ganado con segunda vuelta?

No lo sé. Pero es claro que en un sistema de segunda vuelta, un candidato con dos tercios o un 70% de rechazo es inviable, aunque sí puede acceder a la presidencia. De modo que el gobierno de Sánchez de Lozada era extremadamente débil desde el inicio. Ya habían caído dos presidentes y medio, cae Sánchez de Lozada, cae el vicepresidente, no dejan jurar al presidente del Congreso, había bloqueos, y cuando llegamos a la elección del 2005, el MAS maneja un discurso de nacionalización, de sacar a los extranjeros --esa era la promesa de campaña, no lo que se ha terminado viendo, es decir, el poder de los proyectos chavistas--, y así concentra el voto.

¿Por qué usted no pudo contrarrestar esa estrategia?

En los últimos 8 o 9 días, un discurso que seguro es difícil de comprender, aunque aquí también lo intentaron, le decía a la gente: "Si ganan los otros, guerra civil". Es decir, "o ganamos nosotros o guerra civil". Ese discurso funcionó. Acá no funcionó porque en el Perú no habían pasado tres presidentes. Pero en Bolivia había un temor muy grande y se pensó que esa era la única forma de tener paz social.

Politikha dijo...

Y esto dice Luis Pásara en su columna de hoy de Perú 21:

(Extracto)

"En Bolivia, donde la Asamblea Constituyente lleva un año en funciones, el espejismo es palpable. El Movimiento al Socialismo (MAS), partido de gobierno, ha alcanzado poco más de la mitad de los votos, tanto en la elección de Evo Morales como en los comicios para elegir a los constituyentes. Con ese capital político pretende imponer al país una transformación radical -por lo menos, en el papel en el que escribe sus propuestas de un nuevo texto constitucional- que transfiera el poder a "los pueblos originarios".

La redacción de la constitución está entrampada desde hace meses. Pero el radicalismo de base indigenista sí avanza rápido hacia una división del país en dos: indígenas de un lado, "cambas" de otro. De allí que la propuesta de establecer una Bolivia de los Andes y otra de Occidente -formulada la semana pasada desde el lado "camba" por el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández- no hace sino formalizar públicamente algo que está en la mente de los bolivianos desde hace tiempo".

Anónimo dijo...

La histórica y extrema fragmentación social, cultural, económica y política que padece Bolivia hace sumamente complejo el proceso de reducir las brechas. A ello se opone también la aparición de corrientes ideológicas externas - léase chavismo - que lejos de buscar mecanismos de integración, tratan de exacerbar las diferencias.

Observo, con preocupación, que forzar medidas legalistas - como la Constituyente - parece ser visto como una salida de mediano plazo. Sin embargo, la historia nos ilustra - sabiamente - que las diferencias no se suprimen por decreto, sino por un esfuerzo duro, conciente y conjunto. Luchar por objetivos y no por posiciones, pareciera ser un mejor camino que conduzca - progresivamente - a la distención social, para de alli alcanzar otros objetivos de desarrollo.

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