20 noviembre, 2006

Elecciones: exclusión y fragmentación

En la columna del 13 de Noviembre advertíamos algunas premisas elementales sobre las elecciones de ayer:

a) Los partidos políticos perderían las elecciones municipales y regionales.
b) Los independientes se impondrían, aún siendo malas copias de los partidos.
c) La democracia se asienta y fortalece sobre partidos políticos, enseña la teoría.
d) En el Perú, la teoría política –a secas- no funciona.

El Perú republicano no se asentó sobre una estructura democrática ni participativa. A diferencia del proceso de consolidación de las democracias occidentales en otros países, en el Perú, lo que hubo fue un largo proceso militarista excluyente y la afirmación de grupos de poder elitista.

Cuando en 1871 se funda el Partido Civil, el primer partido político peruano, éste no escapa a sus orígenes caudillista y aristocrático. La gran masa indígena o rural no tenía ni voz ni voto dentro de este proyecto. Basadre señala que pertenecían a este partido: “generalmente (con algunas excepciones notorias)… los grandes propietarios urbanos, los grandes hacendados productores de azúcar y algodón, los hombres de negocios prósperos, los abogados con los bufetes más famosos, los médicos de mayor clientela, los catedráticos, en suma, la mayor parte de la gente a que les había ido bien”. En suma, un modelo elitista y excluyente.

En general, nuestra historia está signada por la heterogeneidad cultural, étnica, social, que la política no pudo resolver, sino casi hasta nuestros días. Tenemos atravesados en nuestra estructura fundacional el uso de la fuerza y la coerción como métodos para unir voluntades y pueblos.

Lo incas aplicaron este modelo para construir su imperio. En base a la fuerza de las armas o a la negociación impuesta por ventaja militar, ellos impusieron un modelo de dominación que los españoles encontraron a medio cuajar.

Los dominios del imperio incaico eran un mosaico de naciones e identidades unido por la fuerza. Los españoles desataron ese nudo y liberaron fuerzas que luego ellos mismos atraparon bajo el sello imperial y cristiano. De un modelo de dominio y coerción “desde dentro”, se pasó a uno “desde fuera”.

Las revueltas criollas por la independencia no hicieron más que devolver a un grupo de poder las riendas de dominio otra vez “desde dentro”. Pero no terminaron nunca con el proceso de formación de la nación, ni del reconocimiento de la existencia de millones de seres humanos que nunca se fueron de estas tierras.

Lo que hubo desde el comienzo en nuestra historia fue exclusión y fragmentación. Estas características tuvieron su propia dinámica en los campos social, económico y político. Somos tan diversos, amplios y complejos que lo mostramos hasta en nuestras cosas cotidianas como la música, el baile y los vestidos que exhibimos.

En lo político, la exclusión se expresa en el gradualismo que hubo en la obtención de la ciudadanía. El voto inicial fue censatario, es decir, votaban sólo aquellos que estaban al día con sus impuestos. La mujer no votó sino hasta la década del cincuenta. Y la masa analfabeta recién lo pudo hacer en los ochenta.

Hemos avanzado, por supuesto. La resolución de conflictos se da hoy en una mesa amplia de varias sillas. Ya no sólo hay asiento para el patrón minero y el gobierno, también la población tiene algo qué decir. La violencia se canaliza más civilizadamente, aunque no lo parezca.

A sólo quince años del bicentenario de la independencia, los peruanos somos diversos y dispersos. Estamos construyendo nuestra identidad como Nación y nuestra representación política está marcada por la división y el localismo. Hemos conquistado democracia, pero estamos insatisfechos con ella. Los partidos tendrán que ponerse a estudiar esta realidad y dejar de ser los aparatos electorales que cada cinco años se pelean por pequeños espacios de poder.

Una visión local articulada a una propuesta nacional con líderes de las propias zonas es la ruta hacia la consolidación de movimientos homogéneos que permitan soldar nuestras diferencias históricas.

2 comentarios:

Sarita Colonia dijo...

politikha21@yahoo.es
tu correo debe estar lleno porque rebota los mensajes.
sarita
saritacolonia72@hotmail.com

Politikha dijo...

Sarita:
Te enviaré un correo de prueba.
Saludos,
P.