Al asumir el poder, García nos apantalló con marketeros capítulos mensuales que él mismo tituló. Agosto sería el mes de la austeridad; setiembre, de la descentralización y octubre el mes “del shock de las inversiones”. Pero, en realidad, agosto fue el mes contra Toledo y las ONG, setiembre fue el mes de la pena de muerte y octubre el de la pena a violadores de niños.
Mientras entretenía a la platea con estos temas, el Presidente hizo otra cosa. En setiembre pidió un primera ampliación del Presupuesto General de la República por 1,937 millones de soles. Lo insólito es que dicho monto debía ejecutarse en obras de desarrollo social hasta diciembre. Es decir, proponía gastar 465.5 millones por mes, o 15 millones de soles por día. Una locura, según los entendidos.
El contralor Matute se lo dijo en su cara en Palacio de Gobierno la primera quincena de enero de este año. El Ejecutivo había comprometido recursos apenas por 154 millones de soles; el 8% de lo solicitado. Una pobre capacidad de gestión. Pero como el Presidente es Jalisco y nunca pierde, le sopló la pluma a los gobiernos locales y regionales.
Frenético -como es-, echó mano al proceso de reforma del Estado y se las agarró contra el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). No pasaron quince días del jalón de orejas del contralor, cuando el Gobierno dispuso un nuevo crédito suplementario, esta vez, por 1,206 millones de soles para todo este año, siempre para impulsar el shock de inversiones.
Erre con erre, más plata para gastar lo que no pudieron hacer en el trimestre pasado, y cuando el Presupuesto 2007 tenía recién un mes en ejecución. Increíble. Hay que reconocer que García es honesto... con su forma de pensar. Lo ha dicho varias veces, pero no le hemos prestado la debida atención.
El Presidente no cree en el “chorreo”. No cree en esta parte de la teoría liberal del desarrollo que dice que la economía primero debe crecer en la cima –los agentes productores-, para luego, desde allí, chorrear hacia abajo a todos los sectores.
García cree en la redistribución. Para qué esperar. Hay que tomar lo que tenemos y repartir. 10 millones de soles para los sueldos atrasados de los Policías, 130 millones de ampliación de fondos para Agrobanco, ¿Banco Agrario?, ¿Banco Agropecuario?, ¿Banco del Campo?, otros milloncitos para cubrir a las AFP, y, claro, millones para comprar patrulleros para la seguridad ciudadana, medicina para los pobres, ambulancias para los mismos y así por el estilo.
La sensibilidad social de nuestro Presidente colisiona con la teoría económica, dirán algunos. La irresponsabilidad de sus impromptus, es la verdadera razón de los males, dirán otros. Lo cierto es que alguien debiera pedir las actas del Consejo de Ministros. Allí veríamos el afán persistente del Presidente García por promover el shock de inversiones apurando las compras, instando a sus ministros-secretarios a agilizar los procesos de adquisiciones del Estado, a saltarse procesos y normas, a flexibilizar el SNIP.
La doctora Mazzetti fue la primera que sucumbió al asedio. Y su ejemplo ha servido para que estallen apurados e irregulares procesos en otros sectores como Salud y Educación.
Mulder –vivo, como siempre- ha intentando zafar cuerpo y acusar a mandos medios de gobiernos anteriores. Pero su argumentación no resiste el menopr análisis. Quien gobierna es el Apra. Están en todos lados de la administración pública. Nada se hace sin su conocimiento y sin su consentimiento. Miren, sino, a quién han puesto al frente del Programa Agua para Todos.
No nos vengan a contarnos cuentos ahora. Y cuidemos, más bien, que la nueva ampliación del Presupuesto no se dilapide y que el cacareado shock de las inversiones no siga siendo el shock de las improvisaciones, ¿si o no, Alan?